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Borja Santos, CEO de full&fast

Rodar sin dejar huella: el desafío sostenible del sector audiovisual

La industria audiovisual, aunque poderosa en su capacidad para contar historias e inspirar cambios, aún arrastra prácticas poco sostenibles. Frente a un cambio climático que no admite aplazamientos, el momento de replantear cómo se ruedan las producciones ha llegado.

Borja Santos, CEO de full&fast, empresa especializada en electrificación y soluciones energéticas sostenibles.
Borja Santos, CEO de full&fast, empresa especializada en electrificación y soluciones energéticas sostenibles.

Durante años, el cine y la televisión han iluminado realidades, provocado reflexiones y emocionado al público global. Pero detrás de cada escena hay una logística que implica consumo de recursos, desplazamientos constantes y una huella ambiental considerable. Rodajes que mueven decenas —o cientos— de personas, generadores diésel encendidos durante jornadas interminables, camiones de producción cruzando ciudades... Todo suma en emisiones, residuos y consumo energético.

No basta con contar historias que importan: hay que contarlas de forma coherente. Y eso hoy pasa, inevitablemente, por la sostenibilidad. El sector audiovisual y su forma de producir necesita ponerse al día.

Las claves están claras: energía renovable, movilidad sostenible y planificación ecoeficiente. Sustituir generadores contaminantes por sistemas de acumulación de energía más limpios —ya sean baterías, redes portátiles o soluciones híbridas— es posible y cada vez más accesible. Existen ya ejemplos de producciones que operan con energía limpia, sin renunciar a calidad técnica. En transporte, priorizar vehículos eléctricos, compartir traslados y reducir los desplazamientos innecesarios puede marcar la diferencia.

La sostenibilidad no es solo una cuestión de materiales reciclables o botellas reutilizables en el set. Se trata de rediseñar el proceso

La sostenibilidad no es solo una cuestión de materiales reciclables o botellas reutilizables en el set. Se trata de rediseñar el proceso. Incluir criterios ambientales en la preproducción, apostar por proveedores locales, compensar emisiones o formar al equipo en buenas prácticas o nuevas tecnologías. Todo cuenta.

En este camino, la financiación pública juega un papel estratégico. Algunas ayudas al audiovisual ya están empezando a incorporar criterios de sostenibilidad, pero es fundamental que esta tendencia se consolide y se convierta en estándar. Las instituciones deben acompañar a las productoras en esta transición, no solo como reguladoras, sino como aliadas del cambio. Iniciativas como el sello de huella verde permiten reconocer y visibilizar los esfuerzos de las producciones responsables, además de marcar una hoja de ruta clara para el resto del sector.

Si queremos que las historias del mañana se rueden en un planeta habitable, es imprescindible que el compromiso medioambiental no dependa solo de la voluntad de unos pocos.