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Rosa Perarnau, directora comercial de Fraikin

La sostenibilidad necesita más que buenas intenciones

Vivimos un momento clave en el que la sostenibilidad se ha convertido, con razón, en una prioridad compartida por empresas, administraciones y sociedad. Pero para que esta transformación sea real y duradera, necesitamos algo más que buenas intenciones: hacen falta acciones concretas, apoyo eficaz y políticas que acompañen a las empresas en este camino.

Rosa Perarnau, directora comercial de Fraikin.
Rosa Perarnau, directora comercial de Fraikin.

En el sector del transporte industrial, avanzar hacia flotas más sostenibles no es solo un deseo, sino un compromiso firme. Sin embargo, la realidad que nos encontramos en el día a día complica mucho esta evolución. A pesar de los esfuerzos y las inversiones, las ayudas públicas disponibles no están llegando con la celeridad necesaria. En nuestro caso, apenas hemos podido acceder al 5% de las subvenciones solicitadas, debido a procesos administrativos largos y complejos.

Este contexto hace que la inversión en vehículos industriales eléctricos siga sin ser viable para muchas empresas. El coste inicial de adquisición continúa siendo alto, y aunque los costes de uso pueden ser más bajos, el retorno de la inversión tarda demasiado en llegar. Si además tenemos en cuenta la autonomía limitada, la falta de infraestructura de recarga y la incertidumbre sobre el valor residual de estos vehículos, la decisión se vuelve difícil de sostener.

El coste total de propiedad (TCO) sigue siendo más elevado en comparación con el diésel, y sin incentivos claros y accesibles, muchas compañías no pueden dar el paso que les gustaría. A esto se suma la dificultad de prever cuánto valdrá un camión eléctrico en el futuro, un factor clave para quienes gestionamos flotas y planificamos renovaciones a medio plazo.

La inversión en vehículos industriales eléctricos sigue sin ser viable para muchas empresas

A diferencia de otros sectores, como el turismo o la distribución ligera, la transición energética en el transporte pesado avanza a un ritmo más lento, por motivos operativos y técnicos. No existe una única solución que sirva para todo, y por eso creemos en un modelo multimodal, en el que convivan distintas tecnologías en función del tipo de recorrido, la carga y el entorno. La electrificación puede ser ideal para la distribución urbana, mientras que el hidrógeno, el biometano o incluso los combustibles sintéticos podrían ser opciones más adecuadas para largas distancias.

Como empresa que lidera el renting industrial, desde Fraikin acompañamos y asesoramos a nuestros clientes para identificar cuál es la energía más adecuada en función del uso del vehículo, el tipo de transporte y las necesidades específicas de cada operación. Esta visión personalizada es clave para evitar inversiones erróneas y avanzar de forma progresiva y rentable hacia una flota más sostenible.

Desde el sector, estamos comprometidos con una movilidad más limpia. Pero para que este compromiso se materialice, necesitamos un entorno que favorezca la inversión y elimine barreras. Las ayudas no solo deben existir, sino llegar de forma sencilla, ágil y efectiva.

En resumen, avanzar hacia un transporte industrial más sostenible es un reto compartido. Las empresas estamos dispuestas a dar el paso, pero para que esta transformación sea posible, necesitamos contar con el impulso firme de las administraciones. Solo así convertiremos los objetivos climáticos en realidades tangibles para todos.