Plant On Demand es una innovadora solución de digitalización dirigida a productores agroecológicos. ¿Puede explicarnos a qué se dedica exactamente esta startup?
Plant On Demand es una startup social cuyo objetivo es empoderar a los pequeños productores locales y sostenibles. Ofrecemos una plataforma de software que facilita la digitalización y optimización del ecosistema agroecológico, proporcionando herramientas tecnológicas que promueven el trabajo en red y mejoran la rentabilidad de los productores. Se trata de una herramienta digital con funciones de ERP, CRM, tienda online y marketplace, trazabilidad, business inteligence y mucho más.
Nuestra misión es acelerar la transición hacia modelos de producción y consumo más ecológicos y éticos. Actualmente, trabajamos en colaboración con una amplia gama de actores, como ONG, gobiernos autonómicos y fundaciones, con quienes creamos redes que conectan a pequeños agricultores ecológicos, artesanos y cooperativas. Plant On Demand actúa como el catalizador digital que permite a estos agentes vender de manera conjunta, coordinar la logística, compartir recursos y ganar autonomía en sus territorios rurales, fomentando así la cooperación y el desarrollo sostenible.
"La misión de Plant On Demand es acelerar la transición hacia modelos de producción y consumo más ecológicos y éticos"
La agricultura ecológica necesita ser más rentable económicamente para crecer, ¿cree que esto pasa por la digitalización de sus procesos y la conexión entre productores?
Sin duda, la digitalización y adopción de tecnologías para optimizar procesos y profesionalizar el sector agroecológico tiene un enorme potencial para incrementar la eficiencia y, por tanto, la rentabilidad de los proyectos. No obstante, es fundamental tener en cuenta que muchos pequeños productores aún enfrentan grandes barreras para acceder al mercado.
En este sentido, la consolidación de la oferta local a través de Centros Agroecológicos de Distribución (CADs) está marcando un cambio de paradigma. Estos centros permiten a agricultores, ganaderos y artesanos centralizar la preparación, distribución y comercialización de sus productos, lo que les permite alcanzar un volumen de clientes que de manera individual sería inalcanzable. Estos clientes incluyen desde comedores escolares y hospitales hasta restaurantes y familias.
Estas nuevas formas de organización están siendo un antes y un después para cientos de productores, que se agrupan en CADs locales de entre 30 y 100 miembros, logrando así responder de manera eficiente a la demanda local. Desde Plant on Demand colaboramos con CADs en toda España, utilizando nuestra tecnología para ayudarles a escalar y mejorar sus operaciones.
¿Qué otros factores serán relevantes para este crecimiento del sector?
Otro factor crucial es la introducción de licitaciones de compra pública sostenible, donde las administraciones imponen criterios cada vez más estrictos que favorecen la compra de productos ecológicos, frescos y locales, lo que impulsa a la restauración colectiva a abastecerse de alimentos más sostenibles y saludables. Además, el apoyo financiero de fundaciones está siendo fundamental para la creación y expansión de los CADs, acelerando así la transformación del sector hacia modelos más sostenibles y rentables.
"La consolidación de la oferta de producto local a través de Centros Agroecológicos de Distribución está marcando un cambio de paradigma"
No hay duda de que la unión hace la fuerza, pero ¿se han encontrado con dificultades a la hora de cerrar alianzas entre productores? ¿Cómo han acogido esta nueva forma de trabajar los productores usuarios de Plant on Demand y su entorno?
Las dificultades han sido numerosas, pero también hemos cosechado grandes éxitos. Partimos de un contexto en el que los productores afrontan largas jornadas laborales, con una media de 60 horas semanales, y operan en un sector primario profundamente afectado por la precariedad económica. En este entorno de ‘supervivencia’, la resistencia al cambio es comprensible: dedicar tiempo y energía a la innovación y cooperación puede parecer una tarea titánica.
Sin embargo, hemos logrado transformar estas dificultades en oportunidades. A lo largo de los años, hemos impulsado casos de éxito en diversos territorios de España, que no solo han inspirado a otros productores, sino también a administraciones locales y ONG que ahora se involucran activamente en la financiación y el apoyo de los CADs en sus regiones. Estos casos de éxito han sido fundamentales para crear confianza y abrir camino a la colaboración entre productores.
Un factor clave ha sido la implicación de instituciones de confianza cercanas a los productores, ya que actúan como facilitadoras y puente entre el sector agrícola y la digitalización. Estas entidades colaboradoras comprenden el valor de la innovación tecnológica y el trabajo en red, lo que ha permitido la adopción de nuevas formas de trabajo en territorios donde el apoyo institucional marca la diferencia.
Por último, vemos que cada vez llegan más productores recomendados por otros miembros de la comunidad. Estos siempre destacan el acompañamiento personalizado y el cariño con el que tratamos a cada uno de los usuarios de nuestra tecnología, así como la calidad técnica de la misma.
Y por parte de los clientes receptores de producto ecológico, ¿cómo ha impactado el empleo de esta nueva tecnología en el producto y servicio ofrecido?
La implementación de nuestra tecnología ha transformado por completo la experiencia de compra de productos ecológicos para los consumidores. Ahora, los clientes pueden realizar pedidos de manera conveniente y accesible, a través de una tienda online profesional, adaptada al sector agroecológico. Anteriormente, los productores solían enviar la disponibilidad de sus productos a través de WhatsApp o Excel, lo que resultaba en una experiencia de compra incómoda y limitada, sin imágenes ni información detallada.
Con nuestra herramienta, los consumidores no solo disfrutan de una experiencia de compra más sencilla y fluida, sino que también pueden elegir entre distintos métodos de pago, visualizar el stock en tiempo real y calcular los costos de envío al añadir productos al carrito.
Además, gracias a la agrupación de productores y al trabajo coordinado de los CADs, los compradores pueden realizar una única compra con múltiples productores, gestionando todo en un solo pago, con una sola factura y un único envío. Esta mejora, que puede parecer trivial, ha sido clave para que cientos de escuelas, entre otros, puedan pasar a comprar directamente a sus productores agroecológicos locales, facilitando el acceso a alimentos sostenibles y frescos.
"El sistema de distribución prima los bajos precios y el aspecto superficial de los alimentos, en lugar de valorar su frescura, sabor, nutrientes o sostenibilidad"
Iniciativas como las que se promueven desde su startup ayudan a eliminar esa falsa creencia de que el ‘apellido eco’ no es rentable económicamente. ¿Se está produciendo un cambio de pensamiento en este sentido?
Las innovaciones tecnológicas y sociales que varias empresas y colectivos hemos impulsado en los últimos años están empezando a transformar la realidad de muchos productores ecológicos. Sin embargo, aún queda un largo camino por recorrer. Especialmente, los pequeños productores siguen enfrentándose cada día a un sistema de distribución que prima los bajos precios y el aspecto superficial de los alimentos (calibre y apariencia), en lugar de valorar su frescura, sabor, nutrientes o sostenibilidad.
Si tuviéramos en cuenta el verdadero coste de las externalidades negativas asociadas a la producción convencional, como la contaminación del agua, la degradación del suelo o la pérdida de biodiversidad, probablemente veríamos cómo el precio de estos productos se duplicaría.
Actualmente, tanto las personas como el medioambiente estamos asumiendo esos costos, y lo seguiremos haciendo más intensamente en el futuro. En un escenario donde estos impactos se contabilizaran, los productores ecológicos podrían competir en términos de rentabilidad de forma más justa, al verse reflejado el verdadero valor de sus productos.
Algo similar ocurre con la percepción que se tiene de los términos tradición y digitalización, que ahora necesitan estar más unidos que nunca. ¿Cómo trabajan para lograr automatizar procesos sin perder la esencia de la tradición?
Ambos conceptos, tradición y digitalización, son completamente complementarios. La tradición se basa en el uso de semillas locales, en técnicas ancestrales de riego que optimizan la captación y retención de agua en el suelo, y en trabajar de la mano con la naturaleza para promover la biodiversidad y la fertilidad del terreno.
Por otro lado, la tecnología, cuando se emplea correctamente, se ocupa de automatizar las tareas repetitivas que no añaden valor directo a la producción, como la elaboración de facturas, el etiquetado o la trazabilidad.
El propósito de la digitalización no es reemplazar la tradición, sino liberar al productor de esas labores administrativas que consumen tiempo, permitiéndole así centrarse en lo que realmente importa: cuidar su tierra, sus cultivos y el producto final con la atención que merece. En este sentido, la tecnología actúa como un aliado que potencia la tradición, no como un sustituto.
"En la solución que propone Plant On Demand, la tecnología actúa como un aliado que potencia la tradición, no como un sustituto"
En el marco de la celebración de DEMOS 2024, organizado por la Asociación Española de Fundaciones (AEF), las fundaciones son el gran motor de la sostenibilidad social y ambiental en nuestro país. ¿Deben las nuevas startup deben asumir ese papel de compromiso social y ambiental como valor inherente a su actividad?
Sin duda, en los últimos años ha crecido la tendencia hacia la creación de startups con un enfoque social o medioambiental. Cuando comenzamos con Plant on Demand hace apenas seis años, casi nadie hablaba ni conocía el concepto de ‘startups de impacto’. Hoy vemos un crecimiento acelerado y un creciente interés por parte de los jóvenes en formar parte de este tipo de empresas.
En lo personal, no me imagino invirtiendo mi tiempo, energía y trabajo en una empresa que no tenga un propósito transformador. Sin embargo, respeto profundamente a quienes no comparten esta visión. Sería un sueño que todas las startups nacieran con este compromiso, y creo que dentro de algunas décadas eso podría ser una realidad. Cada nueva empresa social que se crea contribuye a despertar conciencia y, poco a poco, estamos avanzando hacia un futuro en el que crear empresas solo por enriquecimiento personal perderá sentido.
En este sentido, Plant On Demand, nace de esta responsabilidad ambiental y también social, pero todavía queda mucho por hacer. ¿Dómo dibuja el futuro de la producción agrícola ecológica?
Imaginamos un futuro donde la producción agroecológica deje de ser una excepción y se convierta en la norma. Un escenario en el que el 100% de la compra pública esté guiada por criterios estrictos de sostenibilidad y respeto al medioambiente, y donde los productores trabajen de forma coordinada para abastecer la demanda local a través de canales de distribución cortos, eficientes y justos. En este futuro, el valor generado por la venta de los productos recaerá, en su mayoría, en los propios productores, garantizando su sostenibilidad económica y fortaleciendo las comunidades rurales.
"Estamos avanzando hacia un futuro en el que crear empresas solo por enriquecimiento personal perderá sentido"
Esto, en cuanto al sector, pero respecto a las conductas de consumo, ¿ve cercano un escenario en el que la sociedad solo demande productos que cuiden el medioambiente? ¿cree que en un futuro en el que solo exista la agricultura ecológica?
Tengo la sensación de que, en unos 30 años, miraremos hacia atrás con incredulidad al ver cómo hemos tratado nuestros campos y animales. Me sigue sorprendiendo que llamemos ‘agricultura convencional’ al uso masivo de herbicidas e insecticidas que destruyen la biodiversidad de nuestros suelos y contaminan nuestros acuíferos, o que consideremos normal el trato industrial a millones de animales en las industrias cárnica y láctea, reduciendo su vida a simples mercancías.
Detrás de todo ello, existe una red compleja e interdependiente de vida: insectos, plantas, mamíferos, aves y agua, donde cada elemento desempeña un papel fundamental en el equilibrio del ecosistema. Aunque como sociedad aún no estamos completamente concienciados de esta realidad, confío en que pronto lo estaremos. Los hábitos de consumo y las regulaciones reflejarán este cambio de conciencia. La evidencia ya es innegable y es solo cuestión de tiempo antes de que todos despertemos a esta realidad.