
La nueva Encuesta de Condiciones de Vida (ECV), publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), pone de manifiesto que España no solo sigue sin reducir los índices de pobreza en los hogares con hijos e hijas, sino que aumentan. Concretamente, la tasa de pobreza severa en hogares con hijos e hijas ha subido con respecto al año anterior un 0,2%, pasando del 10,8% del año anterior al 11% en 2024, mientras que la pobreza severa ha bajado una décima en los hogares sin hijos e hijas. Una familia de dos adultos y dos niños vive en pobreza severa en España cuando lo hace con unos ingresos inferiores a 16.218 euros anuales.
La directora de Incidencia Social y Políticas de Infancia en Save the Children España, Catalina Perazzo, lamenta que, “un año más, nos enfrentamos a una realidad devastadora para nuestro país en la que más de dos millones y medio de personas forman parte de familias que tienen dificultades para acceder a bienes y servicios esenciales, y por lo tanto carecen de unas condiciones de vida y bienestar mínimos para la infancia”.
Más de medio millón de niños en España sigue teniendo problemas para acceder a una alimentación saludable
La carencia material severa, junto con el riesgo de pobreza y la baja de intensidad en el empleo, conforman la denominada tasa AROPE que nos indica el conjunto de la población que se encuentra en riesgo de exclusión. A pesar de los esfuerzos de las distintas administraciones, la tasa AROPE en hogares con hijos e hijas a cargo disminuye un 0,4 (pasa del 30,7% al 30,30%) con respecto a 2023, mientras que en los hogares sin hijos e hijas disminuye 0,9 con respecto a al año anterior (del 22,2% al 21,3%). Esto indica que los hogares con hijos e hijas enfrentan mayores dificultades a la hora de salir de la situación de riesgo de exclusión.
Estos nuevos datos también demuestran que, según la tasa AROPE, más de medio millón de niños y niñas en España sigue teniendo problemas para acceder a una alimentación saludable. En concreto, el 6,9% de ellos y ellas no puede comer carne, pollo, pescado o su equivalente vegetal cada dos días.
“España es la cuarta economía en la Unión Europa y también ocupa el lamentable puesto de ser el segundo país con más pobreza infantil. Es inadmisible que nuestro país se encuentre en esta situación y que cada año veamos como, cada vez más, el número de niños y niñas en pobreza severa aumenta”, explica Perazzo.
La pobreza tiene rostro de mujer
Según los últimos datos de la Encuesta Continua de Hogares del INE (2020), el 81% de las familias monoparentales están formadas por madres solas con sus hijos e hijas, lo que refleja una clara feminización de la pobreza. “Esta realidad, no es solo una cuestión estadística, sino una problemática social que impacta de manera diferenciada a las mujeres, quienes enfrentan mayores dificultades para acceder a empleos estables, conciliar la vida laboral y familiar, y recibir apoyos adecuados”, explica Perazzo.
Para Save the Children es clave reconocer esta desigualdad estructural para diseñar políticas y acciones que atiendan las necesidades específicas de estas familias y garanticen el bienestar de la infancia que crece en ellas. Por este motivo, la organización se refiere específicamente a hogares monomarentales en lugar de monoparentales, debido a que la gran mayoría de estos hogares en España están encabezados por mujeres.
El 81% de las familias monoparentales están formadas por madres solas con sus hijos e hijas, lo que refleja una clara feminización de la pobreza
La situación de los niños en estos hogares monomarentales resulta especialmente preocupante, debido a que es el tipo de familia que se enfrenta a una mayor tasa de pobreza severa. Aunque la tasa ha bajado 4,1 puntos con respecto a 2023, pasando del 26,7% al 22,6%, las mujeres están expuestas a una mayor precariedad y pobreza laboral, hecho que influye en sus tasas de pobreza, desproporcionadamente elevadas.
“Todos estos datos ponen de manifiesto la necesidad de tomar medidas urgentes para brindarles las mismas oportunidades a todas las familias, especialmente a las que tienen mayores dificultades, así como evitar que hacer frente a la crianza de niños y niñas se convierta en un factor de empobrecimiento en nuestro país”, incide Perazzo. “Es importante poner el foco en políticas eficaces que rompan el círculo de transmisión de la pobreza que, en 4 de cada 5 casos, se reproduce de generación en generación”, concluye.