
Save the Children ha analizado el coste de una dieta saludable –definida por la Organización Mundial de la Salud como adecuada, equilibrada, moderada y diversa– en 167 países. Los resultados revelan que casi la mitad de los niños y niñas en estos países viven en hogares donde no pueden permitirse estos alimentos básicos.
La malnutrición está relacionada con la mitad de las muertes de niños y niñas menores de 5 años. En este sentido, Save the Children expresó que "invertir en nutrición debería ser asunto de todos y de todas”. Los datos muestran que, por cada dólar invertido en nutrición, 23 dólares revierten en la economía local, según el Banco Mundial.
En esta cumbre, se ha estimado que el colapso de la financiación de la nutrición en el mundo puede interrumpir el tratamiento de 2,3 millones de niños y niñas gravemente desnutridos y provocar 369.000 muertes infantiles más cada año. Por esta razón, Save the Children ha prometido 663 millones de dólares para acabar con la desnutrición infantil en algunos de los entornos más difíciles del planeta.
Una crisis alimentaria global
Los niños y niñas en países de ingresos bajos y medianos-bajos son los más perjudicados, con un alarmante 68% de ellos sin acceso a una alimentación adecuada. Según la organización, el alto coste de los alimentos nutritivos es uno de los mayores obstáculos para garantizar una dieta saludable a la infancia.
"Cuando el ingreso es limitado, las familias priorizan la cantidad sobre la calidad, optando por alimentos saciadores pero deficientes en nutrientes esenciales", explicaron desde la entidad. El trabajo en nutrición puede tener un impacto que va más allá de la nutrición: salud infantil, sistemas alimentarios, crisis climática, igualdad de género y mucho más.
Desde Colombia, Mayra Alejandra Obregón Ocoro, coordinadora juvenil nacional del Movimiento de la Sociedad Civil Scaling Up Nutrition (SUN CSN), aseguró que "el hecho de que casi la mitad de los niños y niñas del mundo no tengan una dieta equilibrada refleja una crisis alimentaria global que no podemos ignorar. En Colombia, la desigualdad social ha llevado a muchas familias a priorizar cantidad sobre calidad, afectando la salud de los niños y niñas".
El hambre aumenta
Hannah Stephenson, líder global de nutrición de Save the Children, enfatizó que "las dietas saludables son esenciales para prevenir la malnutrición, pero suelen ser más costosas que las opciones poco saludables. Es urgente una acción colectiva para garantizar que todos los niños y niñas puedan acceder a una alimentación adecuada. No podemos permitirnos fallarles”.
El último informe de Naciones Unidas revela que 733 millones de personas pasaron hambre en 2023, lo que equivale a una de cada 11 personas en el mundo y una de cada cinco en África. De esta cifra global, aproximadamente 275 millones eran niños y niñas. Los niveles mundiales de hambre se han estancado durante tres años consecutivos y la prevalencia de la desnutrición apenas ha cambiado, no porque no haya habido avances, sino por la concatenación de crisis.
De hecho, los niveles de hambre aumentaron durante 2020-2021 y no han vuelto a bajar: en 2023 afectó a alrededor del 9,1% de la población, frente al 7,5% en 2019. La situación es más compleja hoy en día, ya que muchos países sufren la ‘triple carga’ de la malnutrición: la existencia de desnutrición, carencias de micronutrientes y sobrepeso/obesidad.