
El Palacio del Senado acogió el pasado lunes 24 de febrero la Jornada sobre protección de la infancia y adolescencia en entornos digitales, un encuentro que, de la mano de la Fundación Orange y Save the Children, reunió a expertos de distintos sectores para analizar el impacto de la tecnología en los menores y los retos en materia de protección y regulación, un tema de preocupación.
Este evento se celebró en el marco del estudio Infancia y adolescencia en entornos digitales, una investigación desarrollada en colaboración con GAD3 para comprender las oportunidades, riesgos y desafíos a los que se enfrentan los menores en esta nueva era digital.
El presidente del Senado, Pedro Rollán, destacó que los menores pueden ser víctimas de muchas situaciones de riesgo en el entorno digital “que atentan contra su integridad, intimidad e incluso su propia vida”. Por todo ello, Pedro Rollán considera que “se debe tener un debate familiar, científico, escolar y político sobre la protección de los menores en el entorno digital, que cuente con la participación de todos los actores implicados”, y puso un ejemplo: “Igual que no dejamos a un niño solo en medio de una gran ciudad a su suerte, tampoco podemos dejarle solo en Internet”.
Pedro Rollán, presidente del Senado: “Igual que no dejamos a un niño solo en medio de una gran ciudad a su suerte, tampoco podemos dejarle solo en Internet”
Por su parte, el secretario de Estado de Juventud e Infancia, Rubén Pérez, destacó que “el entorno digital no puede seguir regido por la ley de la selva, por intereses comerciales que se anteponen a los derechos de la infancia. La industria tecnológica debe asumir su responsabilidad, pero no podemos delegar en la autorregulación de las empresas la protección de quienes más lo necesitan. Desde el Ministerio de Juventud e Infancia impulsamos un marco regulatorio para garantizar que los espacios digitales son seguros para niñas, niños y adolescentes".
En Save the Children, su director general, Andrés Conde, incidió en "la obligación de las personas adultas y los distintos sectores empresariales y sociales de poner en marcha las medidas necesarias para que los espacios digitales sean espacios seguros para la infancia. Los niños, niñas y adolescentes, lejos de ser nativos digitales, son huérfanos digitales: les hemos lanzado sin herramientas a un entorno que no está diseñado teniéndoles en cuenta y que, además de beneficios, plantea graves riesgos para el ejercicio de sus derechos. Desde Save the Children creemos que es una responsabilidad compartida poner en marcha los mecanismos legales y técnicos necesarios para impulsar un entorno digital que fomente y respete los derechos de niños, niñas y adolescentes".
Conclusiones del estudio
Algunas conclusiones recogidas durante la Jornada se centraron en que el 93% de los y las adolescentes encuestados considera que debería cambiar alguno de sus hábitos actuales en el uso de las pantallas. En cuanto a medidas para un uso más saludable de la tecnología, reducir el tiempo de conexión es la más mencionada por los adolescentes (el 54%); seguida de dedicar más tiempo al deporte (39%); y no dormir cerca de un dispositivo digital para evitar la tentación de echar un vistazo (34%).
Otra de los puntos fueron los riesgos digitales y su percepción. Más de la mitad de los adolescentes y adultos afirma no conocer cómo proteger su información personal en Internet. Además, un porcentaje muy elevado reconoce no saber diferenciar información falsa en el entorno digital.
Más de la mitad de los adolescentes y adultos afirma no conocer cómo proteger su información personal en Internet
En cuanto a los principales agentes formadores, los expertos consultados en el estudio, así como la sociedad en general, coinciden que esta tarea recae principalmente en los padres, frente a la opinión de los progenitores de menores de 18 años, que dan más protagonismo a las empresas tecnológicas, el gobierno o los profesores.
En relación con la supervisión parental y derechos digitales, las madres afirman mayoritariamente que supervisan y vigilan toda la actividad de sus hijos e hijas en Internet. En cambio, los padres destacan en mayor medida su rol como resolutores de dudas y por ser quienes hablan sobre los riesgos digitales. Por su parte, los adolescentes (6 de cada 10) piensan mayoritariamente que sus progenitores tienen mucho o bastante conocimiento sobre su actividad en internet.
El estudio concluye con la irrupción de la Inteligencia Artificial. Como herramienta educativa, la IA es poderosa, pero se debe incrementar la vigilancia y acompañamiento por parte de los padres y profesores para que su utilización sea eficiente, ética y no dañe el desarrollo cultural e intelectual, así como la creatividad, de los niños, niñas y adolescentes.