
"Microísmos es un proyecto social que surge en 2013 de la unión de varias personas que compartíamos la inquietud de hacer un proyecto con fines sociales”, señala Christian Rojo, uno de los cuatro miembros que forman esta asociación sin ánimo de lucro con sede en Madrid que tiene por objetivo “fomentar la cultura emprendedora, sobre todo en el ámbito del emprendimiento social”.
Su primera iniciativa es ‘Caja de Cambios’, un portal de Internet que empezó a funcionar en marzo de 2014 gracias a una campaña de crowdfunding, que permitió recaudar los fondos necesarios para ponerlo en marcha. A través de ese sitio web se pueden adquirir productos elaborados por una treintena de empresas, organizaciones y emprendedores del ámbito de la economía social y el comercio justo, tanto de España como de países en vías de desarrollo. Entre ellos “cooperativas de trabajo, pequeños productores, artesanos, centros especiales de empleo, empresas de inserción laboral y ONG que producen alimentos ecológicos, como miel o chocolate, cosmética y otros productos elaborados de forma tradicional”, explica Rojo.
Esos artículos se comercializan a través de la tienda online del proyecto agrupados en cajas sobre temáticas concretas que reúnen, por ejemplo, alimentos gourmet o artículos para el cuidado del bebé, y que están funcionando muy bien como regalo a nivel particular y de empresa. Para aquellos interesados en conocer diversos productos de comercio justo y del ámbito de la economía social, también existe la posibilidad de suscribirse y recibir mensualmente un paquete con artículos variados de diversos productores. Estas cajas tienen por objetivo ser una palanca para el cambio social, de ahí el nombre del proyecto, dar más visibilidad a los productores asociados al mismo y ayudarles de ese modo a generar más ingresos. Las Cajas de Cambios “reúnen muchos pequeños emprendimientos de personas que han decidido, no sólo emprender de forma tradicional, sino aportar algo a la sociedad”, explica Christian Rojo.
Con mucho potencial
Según Rojo, el consumo de artículos ecológicos y de comercio justo está creciendo en España, aunque está lejos de la media europea, por eso considera que hay mucho potencial en nuestro país. “La crisis ha afectado a estos productos porque son un poco más caros, aunque menos de lo que muchos piensan. También tienen menor disponibilidad, ya que en la distribución tradicional se les reserva poco espacio mientras que en otros países pueden verse en supermercados. El reconocimiento está ahí, la gente sabe que existen pero muchos aún no los han probado. Para animar al público a conocerlos surge ‘Caja de Cambios’”, señala el experto. “En España se está haciendo necesario mirar a otro tipo de proyectos que no sólo tengan interés en la generación de riqueza, sino también en el cambio social, porque la situación de la economía española durante los últimos años ha sido insostenible y esto ha repercutido en las personas”, añade Rojo. “Aunque todavía estamos lejos de países como Estados Unidos o Inglaterra, en lo que se refiere al emprendimiento social, se está observando bastante movimiento en los últimos tiempos, con un aumento de los programas dedicados a la inversión en este tipo de proyectos frente a los de inversión tradicional”, concluye este experto.
Ajedrea es una pequeña firma de cosmética artesanal asociada al proyecto ‘Caja de Cambios’ que tiene su laboratorio y tienda en pleno centro de Granada. En ella trabajan dos personas, una de ellas es Hugo Villar, un apasionado del uso cosmético y medicinal de las plantas. “Hacemos productos frescos porque estamos continuamente produciendo, y eso nos ayuda a no tener que utilizar una serie de conservantes”, explica. En su lugar usan “aceites esenciales, aguas florales e ingredientes naturales como el aceite de rosa mosqueta, argán y coco, y autóctonos como el aceite oliva. Son producciones pequeñas de las que no se desecha nada, ya que a medida que vendemos vamos produciendo más”, añade.
Para Villar, sectores como la artesanía son clave para reducir el desempleo en España. “Sólo en Andalucía hay más de 2.000 talleres artesanos oficiales, lo que da la oportunidad de trabajar a mucha gente y es una economía mucho más social porque el beneficio del trabajo va directo al trabajador que, a su vez, lo reinvierte en el ámbito local porque suele tener una cierta conciencia de su misma situación”, asegura. En opinión de este joven, el sector de la artesanía precisa de un régimen de autónomos más ajustado a las características de su actividad y un “apoyo económico efectivo por parte de las autoridades”.
Josenea es una empresa de inserción laboral que trabaja en el ámbito rural en Navarra. Sus plantas medicinales y aromáticas, infusiones y cosméticos naturales pueden encontrarse entre los artículos de ‘Caja de Cambios’, algo que su fundador, Txus Cia, considera muy importante porque “muestra al público que cuando adquiere productos de empresas como las nuestras se está haciendo una gran labor social”.
Este profesional siempre ha estado vinculado con entidades de empleo del sector de la discapacidad, en concreto, centros especiales de empleo. Un día se planteó que había más personas con problemas para trabajar y decidió lanzar un proyecto social que englobara otras dificultades sociales. Y así empezó Josenea su andadura, en 2002, como empresa de inserción laboral, que ya ha integrado en compañías del ámbito ordinario a 90 de los trabajadores que han pasado por ella. Para ello cuenta con un plazo máximo de tres años, en los que les ofrece formación y apoyo.
En opinión de Txus Cia, la labor de las empresas sociales es de vital importancia, “porque cualquiera puede encontrarse en una situación de exclusión en algún momento de su vida”, y considera que estas entidades deben recibir el máximo apoyo, algo a lo que están contribuyendo las administraciones públicas, adquiriendo en ellas un porcentaje de los productos y servicios que precisan.
Lola Serra es una de las socias fundadoras de la ONG Afrikable, que desde 2009 ayuda a mujeres de la localidad de Lamu, en Kenia, “una zona musulmana donde tienen grandes dificultades para acceder al mundo laboral y a la educación”, señala.
Actualmente la organización cuenta con 15 voluntarios y en torno a 200 socios, gracias a los que ofrece formación, clases de alfabetización y un trabajo bajo los estándares del comercio justo a 50 mujeres que fabrican artículos textiles, bisutería y complementos. Estos productos se venden en tiendas y ferias de comercio justo, pequeño comercio, mercadillos, la tienda online de la ONG_y el establecimiento físico que tienen en Lamu.
Afrikable lleva más de un año colaborando con ‘Caja de Cambios’, una iniciativa con la que “estamos muy contentos, ya que en cada caja se incluye un artículo de nuestros talleres y eso nos da mucha visibilidad”, subraya Serra. Un apoyo fundamental para la actividad de Afrikable es su programa de vacaciones solidarias, ya que esas estancias contribuyen a financiar el área de desarrollo infantil, a través de la que se presta ayuda a más de 100 niños y niñas, ofreciéndoles escuelas y comedores gratuitos y becas para educación primaria y secundaria, que benefician tanto a los hijos de las trabajadoras de los talleres de la ONG como a niños de la zona en riesgo de exclusión.