Las sequías, las lluvias torrenciales y las olas de calor tienen más impacto en la vida de los niños que en la de las personas adultas. “La emergencia climática es el principal riesgo para la infancia porque tiene un impacto integral sobre todos sus derechos como, por ejemplo, el derecho a la educación o a la salud”, explica la responsable de políticas de infancia de Save the Children, Carmela del Moral.
“El colegio es mucho más que un espacio de aprendizaje, es un lugar seguro, en el que los niños y niñas se encuentran son sus compañeros y compañeras y están siempre los libros”, señala la responsable. Además, “las escuelas, con sus comedores escolares, aseguran una comida saludable al día para aquellos niños que viven en familias con dificultades económicas”.
En la Comunitat Valenciana, tras la Dana de finales de octubre, miles de niños y niñas no pudieron asistir a las clases, y todavía hoy algunos colegios siguen cerrados. En Tarragona y algunas provincias de Andalucía, con las fuertes lluvias de la semana pasada, los colegios también cerraron sus aulas. En esta y en todas las catástrofes naturales, la educación ha sido una de las primeras pérdidas.
Respecto a la salud, en el estudio de Save the Children Born into the climate crisis confirma que los niños son los más vulnerables a ver afectada su salud física y emocional por el cambio climático. Los equipos de la ONG que trabajan en las zonas afectadas de Valencia han explicado cómo niños que han sufrido la Dana han desarrollado “mutismo, pesadillas recurrentes, miedo a fenómenos atmosféricos [como la lluvia] o efectos mucho más inmediatos como no querer salir a la calle o no querer hablar de la situación”.
Planes y estrategias
La organización humanitaria, ante esta nueva realidad, reclama al Gobierno nacional y a los autonómicos que se doten de planes y estrategias de adaptación al cambio climático contemplen acciones de contingencia ante emergencias climáticas que tengan en cuenta la especial vulnerabilidad y necesidades de la infancia. En estos planes se debe incluir cuestiones sobre cómo mantener la educación, como garantizar espacios seguros y un sistema de protección social que responda a estas situaciones de forma rápida.
Save the Children añade que sería recomendable incluir en esos documentos una serie de indicaciones para familias y profesionales para salvaguardar la salud física y mental de niños o las cuestiones relativas a los desplazamientos internos ante casos como el de la Dana en la Comunitat Valenciana, en que más de 71.000 niños y niñas se vieron expuestos a la catástrofe.
A nivel internacional, la ONG, que participa en la COP29 (la cumbre mundial del clima de Naciones Unidas), solicita que los derechos, las voces y las necesidades de los niños se tengan en cuenta en las decisiones financieras clave -como el nuevo Objetivo de Financiación Climática-, en los planes de adaptación nacionales y mundiales y que se les permita intervenir en la toma de decisiones.