
El curso escolar está comenzando de forma escalonada por edades en todo el territorio español en un formato preferentemente presencial, según lo acordado por el Ministerio de Educación y FP y las autoridades educativas autonómicas. Sin embargo, existe incertidumbre sobre si la pandemia de Covid-19 hará necesario volver a un modelo online, como sucedió el pasado curso durante el Estado de Alarma, o mixto, en el que lo digital complemente la asistencia a clase, como ya se ha planteado de entrada para ciertos niveles educativos y zonas de España.
Ante esa situación, la Asociación Española de Fundaciones (AEF) ha articulado un potente proyecto colaborativo para paliar la brecha digital de los alumnos más desfavorecidos. El objetivo es que alumnos que carecen de tecnología para estudiar online puedan hacerlo si es necesario interrumpir las clases presenciales debido al coronavirus.
Se trata de toda una cadena de solidaridad en el terreno educativo que comenzó en pleno confinamiento, cuando miles de alumnos debieron quedarse en casa en muchos casos sin acceso a dispositivos electrónicos para seguir sus clases. A través de este proyecto, 28 de las fundaciones enmarcadas en la AEF y Cruz Roja Española pudieron hacer llegar a estudiantes en esa situación 7.336 tabletas, aportadas de manera altruista por Indra, así como 3.000 tarjetas SIM, donadas por Orange, Telefónica y Vodafone.
Teresa Rodríguez (Fundación Balia): "Durante el confinamiento hubo muchos niños sin acceso a tecnologías o conectividad"
“De un día para otro, todos los niños de entornos vulnerables que participaban en nuestros programas educativos tuvieron que quedarse en casa, en ocasiones en condiciones precarias y, en muchos casos sin acceso a tecnologías o conectividad”, rememora Teresa Rodríguez Hervás, presidenta de Fundación Balia. Esta entidad, una de las participantes en la iniciativa de la AEF para paliar la brecha digital, recibió 700 tablets para repartir entre los niños de 3 a 18 años que atiende en Madrid, Sevilla y Guadalajara. “Esto ha supuesto para muchos menores un cambio rotundo, sobre todo en familias con varios hijos, porque todos no podían hacer los deberes en un ordenador o utilizando los datos de sus padres”, asegura Rodríguez. El equipo de Fundación Balia, se encargó de “cargar programas y contenidos en las tabletas lo que ha sido un paso fundamental para los alumnos de Infantil y Primaria que no tenían otro medio de seguir con su educación”, agrega.
Por su parte, Fundación Exit, otra de las que toman parte en este proyecto para paliar la brecha digital, distribuyó 300 tablets a los jóvenes de especial vulnerabilidad de 16 años en adelante a los que presta apoyo en Madrid y Barcelona, con el fin de “reducir el porcentaje de abandono de los estudios y desempleo, que en España se sitúa entre los más altos de Europa, para que alcancen como mínimo los de FP de grado medio y así garantizar su inserción laboral tan importante en estos momentos”, explica María Huertas de la Gándara, directora de Proyectos de la entidad.
Beneficios para los alumnos
Sobre los beneficios de disponer de acceso a estas tecnologías para los receptores del proyecto impulsado por la AEF, Teresa Rodríguez subraya que “también han servido para que los menores pudieran ver y escuchar a sus compañeros de clase, lo que les ha dado mucha alegría, después de las duras situaciones de aislamiento que han vivido. Ha sido muy emocionante”, indica la presidenta de Fundación Balia.
Gracias a los dispositivos donados en el marco de esta iniciativa, “un alumno del grado medio de FP de Técnico en Instalaciones de Telecomunicaciones que recibe apoyo de Fundación Exit “pudo empezar a hacer los deberes sin recurrir al ordenador de su vecino”, indica de la Gándara, mientras que “otra estudiante que dependía de su hermano en Honduras para que le que descargara los contenidos digitales de sus estudios tuvo la posibilidad de hacerlo ella misma”, añade la directora de proyectos.
Preparados para este curso
Este curso los niños a los que apoya Fundación Balia podrán conservar los dispositivos digitales que esta entidad les entregó el pasado, “y además vamos a complementarlos con otros más potentes para que puedan acceder a las plataformas online de sus colegios, y a Classroom”, la plataforma educativa de Google, comenta Rodríguez. Para lograr ese objetivo, todo el equipo de la entidad está “en un proceso de formación con expertos de Google, con el fin de hacer una programación online para que los menores adquieran las competencias digitales que deben tener ya, y de cara al futuro”, agrega. Asimismo, Fundacion Balia se propone que “si algún niño tiene que hacer su aprendizaje online hacerle el seguimiento” y enseñarles a “desarrollar una identidad digital segura porque estos recursos tienen mucho potencial, pero también mucho riesgo”, concluye Rodríguez.
María Huertas de la Gándara, de Fundación Exit, destaca por su parte que este curso su entidad tiene por objetivo centrarse "no solo en que los alumnos tengan dispositivos digitales, sino también seguir trabajando para que los contenidos sean adecuados/ atractivos para jóvenes, equipos docentes y técnicos de entidades sociales y garantizar la formación de la máxima calidad, este es el reto ahora”.