
Según el informe Renewable Energy Companies and Human Rights, elaborado por el Business & Human Rights Resource Center (BHRRC), Iberdrola se sitúa, por segundo año consecutivo, como la mejor empresa de renovables en materia de derechos humanos, por delante de Acciona y Orsted, quienes conforman el TOP 3 del ranking.
La empresa española ha mejorado siete puntos respecto a la edición anterior, destacando en aspectos como el compromiso público con los derechos humanos, la implementación de los Principios Rectores sobre Empresas y Derechos Humanos de Naciones Unidas y las Directrices de la OCDE para Multinacionales o la implicación de las partes interesadas en el desarrollo del enfoque de derechos humanos.
Sin embargo, el informe, el cual evalúa las 15 mayores empresas cotizadas en producción eólica y solar del mundo, incluyendo también a dos inversores (BlackRock y Brookfields) con intereses en energías renovables, revela que la mayoría de las empresas carecen de políticas esenciales de derechos humanos para evitar abusos en contra de las comunidades y las personas trabajadoras.
De hecho, los resultados del índice sugieren que ninguna de las empresas analizadas cumple actualmente al cien por cien su responsabilidad de respetar los derechos humanos, tal y como se define en los Principios Rectores de las Naciones Unidas.
Casi la mitad de las empresas analizadas obtuvo una puntuación inferior al 10% y tres cuartas partes de ellas, una puntuación inferior al 40%. La puntuación media fue de tan sólo el 22%, lo que indica que, en conjunto, la industria tiene un largo camino por recorrer para demostrar su respeto por los derechos humanos de las comunidades y los trabajadores y trabajadoras en sus operaciones y cadenas de suministro.
Falta de políticas y abusos
Desde 2010, el Centro de Información sobre Empresas y Derechos Humanos ha identificado 197 denuncias de abusos de derechos humanos relacionados con proyectos de energía renovable y ha pedido a 127 empresas que respondan a estas denuncias. Las denuncias de abusos incluyen asesinatos, amenazas e intimidación; apropiación de tierras; condiciones de trabajo peligrosas y precariedad salarial; y daños a la vida y a los medios de subsistencia de los pueblos indígenas.
Se han formulado acusaciones en todas las regiones del mundo y en los cinco subsectores del desarrollo de la energía renovable: energía eólica, solar, bioenergía, geotérmica e hidroeléctrica. Sin embargo, la región con el mayor número de denuncias es América Latina, con un total de 121 denuncias desde 2010, el 61% de las denuncias a nivel mundial.