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Mónica Batán, directora de la Fundación Wanawake

“En España, 20.000 niñas están en riesgo de sufrir mutilación genital femenina”

Con motivo del Día Mundial de la Tolerancia Cero a la Mutilación Genital Femenina, en Soziable.es hemos entrevistado a Mónica Batán, directora de la Fundación Wanawake, una asociación que defiende la igualdad entre hombres y mujeres. La activista cuenta cómo fue su experiencia realizando una maratón en Kenia, país que aún practica la mutilación genital femenina, y cómo, desde España, intentan poner fin a esta práctica que vulnera los derechos de millones de niñas.

Mónica Batán, directora de la Fundación Wanawake.
Mónica Batán, directora de la Fundación Wanawake.

Cada año, se practica la mutilación genital femenina a tres millones de niñas en todo el mundo. En España, de hecho, se cifra en 20.000 el número de niñas que están en peligro de sufrir esta práctica. Mónica Batán, directora de la Fundación Wanawake, pone de relieve la magnitud de estas cifras en una entrevista concedida a Soziable.es y, en el Día Mundial de la Tolerancia Cero a la Mutilación Genital Femenina, subraya las graves consecuencias, tanto físicas como psicológicas, que derivan de la mutilación.

- El 31 de diciembre de 2022, participó en una maratón en Kenia para luchar contra la mutilación genital femenina. ¿Cómo surgió esta idea?

Yo soy corredora popular, no me dedico a ello, pero dentro del sector social me gusta mucho utilizar el deporte como herramienta de sensibilización. Junto a una compañera, fui a Kenia a trabajar en un proyecto de cooperación al desarrollo frente a la mutilación genital femenina y al matrimonio infantil.

"Ellas a veces hacen auténticas maratones desde que salen de sus aldeas hasta que llegan a un lugar seguro".

Coincidió que estábamos allí el día 31 de diciembre, que es cuando en España corremos las San Silvestres, y a una voluntaria y a mí se nos ocurrió hacer una San Silvestre un poquito diferente. Quisimos hacer una carrera que tuviese un sentido más allá de correr. Y lo que hicimos fue correr una maratón por el entorno del Masài Mara para replicar el camino que hace una niña cuando huye de la mutilación. Las San Silvestres son 10 km, sin embargo, ellas a veces hacen auténticas maratones desde que salen de sus aldeas hasta que llegan a un lugar seguro.

Dentro de los proyectos en los que estamos involucradas, trabajamos con un centro de rescate que acoge a niñas que han huido de sus hogares para evitar la mutilación. Lo que hicimos entonces fue replicar ese camino y situar al centro de rescate como meta. Nos acompañaron algunas de estas niñas que han sido rescatadas y se unieron a nosotras haciendo relevos. Nosotras hicimos los 42 kilómetros que abarcaba el recorrido, mientras ellas corrían dos o tres kilómetros y se relevaban unas a otras. Al final, entramos todas juntas a la meta para reivindicar la lucha contra la mutilación genital femenina, esta práctica que vulnera los derechos de las mujeres y las niñas.

- Y en España, ¿de qué forma luchan contra la mutilación genital femenina?


 

Tenemos un proyecto más global en el que trabajamos también con madres que han decidido no cortar a las niñas o madres que eran mutiladoras, es decir, eran las que ejercían la práctica, era su oficio y cobraban por ello. Cuando deciden dejar de hacerlo necesitan una actividad productiva alternativa que les genere recursos. De esta forma, desde hace años estas mujeres participan en un proyecto de Wanawake que se llama ‘Maua’. En este proyecto, las mujeres de allí hacen flores que después se convierten en broches, pulseras o collares y nosotras aquí les damos visibilidad en eventos deportivos a los que acudimos. Lo que pretendemos es que, a través de algo tan colorido y positivo como es una flor, le puedas contar a tu entorno sobre esta práctica que a veces pasa desapercibida, pero que afecta a millones de niñas.

En España también trabajamos frente a la violencia de género. Es decir, cuando una flor llega de Kenia o Tanzania, países en los que trabajamos, una mujer rescatada de la trata de género termina el producto. Por ejemplo, si una flor va a ser un broche le ponen el alfiler, si va a ser un llavero le ponen lo que es la fornitura o lo transforman en un collar. Así, a través de una flor podemos hablar tanto de las mujeres que están allí como de las que están aquí y podemos utilizar una herramienta positiva y colorida para hablar de las peores prácticas de la violencia de género. Estamos hablando de precios de seis euros, o incluso pulseras a 3,80, no hecho por nosotros aquí en serie, sino a mano por mujeres supervivientes de estas prácticas. La gente lo recibe super bien porque la artesanía es realmente bonita, de calidad, algo único, una herramienta para enfrentar las peores prácticas de la violencia de género.

- Actualmente, ¿cuántas niñas sufren mutilación genital? ¿En qué países se practica?

La gente cree que la mutilación genital femenina solo ocurre en tres o cuatro países del África profundo y son más de 20 países los que practican la mutilación. Y aquí en España tenemos a niñas que son españolas y que están en riesgo de sufrirla. Son algo más de 200 millones de mujeres las que ya han sido cortadas. Cada año son 3 millones más y, en España, se cifra en 20.000 las niñas que están en peligro de sufrir mutilación genital femenina.

"Son algo más de 200 millones de mujeres las que ya han sido cortadas"

Kenia es uno de los países que más esfuerzos ha hecho por reducir la tasa de prevalencia de la mutilación genital. El presidente de Kenia asumió un compromiso personal de erradicar la mutilación a finales de 2020. Sin embargo, la COVID-19 provocó que los centros de rescate a los que acudían las niñas cuando huían colapsasen. Las niñas tuvieron que regresar a sus aldeas, donde finalmente les practicaron la mutilación, por lo que la pandemia hizo que la cifra de niñas cortadas se incrementase y que el Gobierno no pudiese cumplir con el objetivo que se había marcado en un principio.

Maratón organizada en Kenia el pasado 31 de diciembre.

Por eso motivo hicimos también la carrera, para recordar al Gobierno que debe seguir luchando y que no puede dejar a esas niñas solas. Aunque la mutilación genital femenina lleva prohibida en Kenia desde 2011, es muy difícil controlar y perseguir a aquellos que lo practican. Por eso, lo que realmente está funcionando es la educación. Es necesario que la población entienda las propias consecuencias que provoca la mutilación en la vida de las niñas  y mujeres. Para ello, deben tener acceso a un personal sanitario que les explique que, aunque no fallezcan en el momento, los problemas de salud que experimentan a lo largo de su vida tienen que ver con la mutilación.

En Egipto casi el 90% de las mujeres son cortadas. 

Países como, por ejemplo, Egipto tienen una alta tasa de prevalencia de mutilación, casi el 90% de las mujeres son cortadas. Este hecho se justifica con que la práctica se realiza en hospitales, pues es legal hacerlo en estos centros, pero no nos olvidemos de que la mutilación genital es el corte del órgano genital femenino por motivos no médicos y, por tanto, aunque sean capaces de controlar el riesgo de muerte, estamos hablando de una vulneración de los derechos humanos. No es necesario cortarlo, luego no está justificado el hecho de hacerlo en hospitales. Hay países en los que hay que seguir trabajando para condenarlo y que se prohíba.

- Comentaba que en España son 20.000 niñas las que están en riesgo de sufrir mutilación genital. ¿Qué medidas se llevan a cabo en nuestro país para evitar que esto ocurra?

Normalmente, se les corta cuando van de viaje a su país de origen; es decir, vuelven mutiladas de allí. Hay un protocolo en España mediante el cual una niña que procede de un país donde por costumbre se lleva a cabo esta práctica y que viaja al mismo, o una niña que, sin ser de ese país viaja a él, recibe obligatoriamente antes de viajar un control por parte de un pediatra. Al regresar la niña, está obligada a acudir de nuevo al centro hospitalario para un nuevo control. Este proceso lo que logra es detectar casos de mutilación en los que la niña ya ha sido cortada. Es necesario seguir trabajando en un protocolo que no solo sea médico, que implique también a trabajadores sociales, un protocolo integral frente a la mutilación genital femenina.

- ¿Cuáles son las consecuencias, tanto a nivel psicológico como físico, que provoca la mutilación genital femenina?

En España conocemos principalmente el más famoso tipo de mutilación genital femenina, que es la ablación, pero este solo es un tipo de mutilación y no es el más grave. Existe un tipo de mutilación genital más radical, en el que les cortan todo, les cierran y les dejan únicamente un orificio. Las consecuencias físicas son brutales. Los partos son muy traumáticos, mueren muchos niños por el hecho de haber sido cortadas. Se trata del corte de un órgano completo, así que produce consecuencias físicas como desgarros, fístulas obstétricas, ausencia de placer, dolor al tener relaciones sexuales…

"La mutilación genital no tiene nada que ver con la religión"

Las consecuencias psicológicas son de por vida y lo que provoca principalmente es miedo. Cuando estas niñas son cortadas pasan a ser consideradas mujeres, por lo que las casan a muy temprana edad y son obligadas a mantener relaciones sexuales. La mutilación genital no tiene nada que ver con la religión. No hay ninguna escritura que diga que las mujeres o las niñas han de ser cortadas. Tiene que ver con el hecho de ser una tradición. Para la población masai, la mutilación demuestra que la niña ha dejado de ser niña para ser mujer, es completa y puede casarse. Si no está cortada, no va a haber ningún hombre que quiera casarse con ella. Y los padres quieren casarlas cuanto antes porque el matrimonio tiene un componente económico que se denomina dote matrimonial. Aunque lo habitual era practicar la mutilación a los nueve u 11 años, para evitar que estas niñas huyan cada vez se practica antes, incluso cuando son bebés.