El miedo al fracaso a la hora de emprender está presente en todas las personas, pero sobre todo en las mujeres. La falta de conocimientos y de formación suelen ser limitantes y ese miedo puede mitigarse con el empoderamiento personal y académico. Por ello, la Fundación Nantik Lum, a través de su Proyecto WEM, cofinanciado por el Programa Erasmus+ de la UE y en colaboración con Center for Social Innovation y Associazione Microfinanza, ofrece formación en emprendimiento a mujeres migrantes que viven en Europa, además de fomentar su espíritu empresarial y mejorar su empleabilidad para que pongan en marcha sus propias ideas y proyectos.
Aunque la crisis sanitaria provocada por la pandemia de COVID-19 redujo drásticamente la motivación de las personas emprendedoras, según el último informe del Observatorio del Emprendimiento (Red GEM España), en 2021 el porcentaje de mujeres emprendedoras aumentó en todas las fases del proceso del emprendimiento, estando por delante de los hombres como emprendedores recientes. Su porcentaje creció de un 4,8% en 2020 a un 5,6% en 2021. Sin embargo, “hay un 50 % menos de iniciativas de medio y alto valor tecnológico lideradas por mujeres que por hombres, lo cual sigue suponiendo una importante brecha en el emprendimiento de alto valor añadido”, destaca el informe.
Baja tasa de emprendimiento femenino en España
En muchas ocasiones, la falta de figuras referentes o de estereotipos aumentan las barreras para acceder a ciertos puestos laborales. Según indican, la tasa de emprendimiento femenino en España está tan alejada de la media europea (4,7% frente a un 6,3%) que obliga a reflexionar sobre la educación, y su consecuente socialización, que reciben las niñas desde pequeñas.
Hoy en día, la presencia de tecnología es "fundamental" para el éxito de cualquier startup, pero tan solo el 12% de los profesionales TIC son mujeres. Además, según el Alto Comisionado para España Nación Emprendedora, solo el 14% de personas fundadoras de startups son mujeres. Estos números hacen que sea innegable el hecho de que las mujeres enfrentan más barreras, en cuanto a formación y medios, a la hora de emprender.
Experiencias del Proyecto WEM
Doce mujeres conforman el grupo de emprendedoras que participan en el Proyecto WEM. Cada una parte de una situación profesional y personal diferente. Algunas de ellas están desempleadas y otras trabajan en empleos precarios, pero todas ellas tienen algo que las une: las ganas de lanzar sus ideas de negocio y convertirse en dueñas se su propio futuro.
“Mi emprendimiento nace de la necesidad de aumentar mis ingresos para darle una mejor calidad de vida a mi hija”, señala la participante en el programa Marcela Orozco. Es colombiana, lleva 6 años en España y actualmente está en situación de desempleo. “Los temas legales me han llenado de muchos temores, pero encontrarme con una fundación como Nantik Lum me ha hecho dar un paso más hacia donde quiero llegar, que es tener mi propia marca de decoración para el hogar”, añade.
Según concluye, “es una satisfacción muy grande para mí como madre y mujer ver hasta dónde puedo ser capaz de llegar, en un mundo donde los negocios son de los hombres o donde necesitas de un hombre que sea la cara visible de tu empresa para poder surgir".