El tercer Barómetro de Entidades No Lucrativas (ENL) elaborado por la Fundación Deloitte, la Asociación Española de Fundraising y la Fundación Lealtad, pone el foco en la calidad del talento en el Tercer Sector, que genera trabajos de calidad estables, con profesionales altamente especializados y cualificados, creando un ecosistema de alto impacto que permite cubrir las necesidades sociales en los distintos entornos y momentos de incertidumbre que venimos viviendo en los últimos años.
El estudio se ha elaborado a partir de la información arrojada por las 133 entidades y los 268 panelistas empresariales que participaron en la edición del Barómetro de Empresas en enero de 2022. Entre sus conclusiones destaca que la mayoría de las entidades en España son de pequeño tamaño: el 66% tiene menos de 100 colaboradores, entre empleados y voluntarios, y solo el 10% supera los 500, teniendo en cuenta ambos colectivos.
Asimismo, siete de cada diez entidades disponen de presupuestos inferiores al millón de euros, lo que no les impide llevar a cabo proyectos que mejoren la vida de las personas, siendo su principal foco de actuación la acción social (71%).
“Sin duda, el papel del Tercer Sector en España es fundamental en la sociedad, construyendo un entorno más generoso y comprometido”, destaca Concha Iglesias, patrona de la Fundación Deloitte. Para ella, además de este papel tan importante, las entidades no lucrativas "contribuyen de forma importante en la generación de riqueza y son una fuente destacada de empleo, contando con un talento altamente especializado y con altos niveles de formación”.
Perfil vocacional y mayoritariamente femenino
El documento también indica que un 78% de los profesionales trabaja en el sector por vocación. Así, los perfiles más demandados son los relacionados con la captación de fondos y la gestión de subvenciones (62%), seguido de expertos en competencias digitales (61%) y medición de impacto (53%). Por otro lado, las ENL también reconocen tener necesidades de captación de profesionales de la planificación estratégica (47%) y de aquellos dedicados a la legislación y la adaptación de las nuevas normativas (39%).
Otro dato relevante es que un 26% de los colaboradores trabaja a tiempo parcial y un pequeño porcentaje (16%) no tiene contrato indefinido. Por género, el informe destaca que es un sector mayoritariamente femenino donde las mujeres ocupan el 70% de los puestos del staff y el 65% del equipo directivo.
Apuesta por el talento: formación y flexibilidad
El Tercer Sector en España cuenta, además, con unos altos niveles de formación y especialización de sus profesionales. Así, ocho de cada diez entidades no lucrativas reconocen que cuenta con el talento necesario para realizar su trabajo con el nivel requerido y casi la totalidad de las organizaciones (97%) apuesta por formar a sus empleados para mantener sus competencias actualizadas. De ellas, más de un tercio (33%) lo hace mediante cursos internos.
En cuanto al modelo de trabajo, más de la mitad ha retomado la presencialidad, puesto que al ser la acción social y la cooperación sus principales actividades, es fundamental atender a los beneficiarios de forma presencial. No obstante, una cuarta parte de las organizaciones (25%) apuesta por un modelo mixto, mientras que casi dos de cada diez (19%) ofrecen la posibilidad de trabajar en remoto.
Las ENL esperan incrementar sus ingresos
En líneas generales, el documento señala que las entidades esperan un aumento de sus ingresos respecto al 2021 y confían en que sus fondos propios se mantengan en niveles similares a los del ejercicio anterior, al tiempo que las ENL aseguran que los ingresos procedentes de particulares (64%) y de empresas (61%) se incrementarán, así como también las inversiones de la administración pública (49%).
En cuanto al impacto de los fondos Next Generation EU, tres de cada cuatro encuestados (75%) no creen que estos instrumentos tengan efecto en sus organizaciones y, quienes sí creen que lo harán, piensan que la cuantía esperada será inferior a los 500.000€. Además, el Barómetro asegura que la complejidad burocrática de los trámites de solicitud, gestión y recepción podría complicar la solicitud de las ayudas.