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Según datos del Barómetro de Juventud y Género

El 20% de la población joven considera que la violencia de género es un "invento ideológico"

Ante la negación de la existencia de la violencia que se ejerce contra las mujeres, especialmente entre la población joven, Cruz Roja y Cruz Roja Juventud se muestran preocupadas. Según un estudio presentado a finales de 2021 por el Barómetro de Juventud y Género, el porcentaje de chicos jóvenes que manifiestan que la violencia de género “no existe” ha aumentado.

El 42,6% de los hombres adultos considera que las desigualdades de género en España son grandes o muy grandes.
El 42,6% de los hombres adultos considera que las desigualdades de género en España son grandes o muy grandes.

Cruz Roja analiza algunas de las conclusiones de un estudio presentado en 2021 por el Barómetro de Juventud y Género, entre las que destaca el importante aumento de chicos jóvenes que creen que la violencia de género es un “invento ideológico”. Este porcentaje alcanza el 20%, frente al 12% prepandémico. Además, aumenta la cifra de personas que opinan que la violencia “es inevitable”, es habitual y, si es de poca intensidad, no supone un problema.

61.000 mujeres necesitaron la atención especializada de Cruz Roja en 2021.

A pesar de esta percepción, en 2021, cerca de 61.000 mujeres necesitaron la atención especializada de Cruz Roja, junto a sus hijos e hijas, a través del programa ‘Mujeres en dificultad social’.

Ante estas conclusiones, Paula Rivarés, directora de Cruz Roja Juventud, señaló que “el discurso de odio presente en la sociedad en los últimos años ha permeado también en las personas jóvenes. La violencia machista no se cuestiona y es algo que debe entender toda la población para poder seguir construyendo una sociedad más justa y equitativa y recorrer el camino que nos falta para conseguir una igualdad plena”.

El 72,9% de los jóvenes considera que las desigualdades de género en España son grandes o muy grandes.

No obstante, un 72,9% de los jóvenes considera que las desigualdades de género en España son grandes o muy grandes, mientras que entre los hombres adultos los porcentajes se reducen al 42,6%.

La falta de educación es uno de los grandes factores que influyen en la violencia de género, y así queda reflejado en el estudio, por lo que desde Cruz Roja Juventud aseguraron que “esto nos anima a continuar la lucha a través de la realización de campañas de sensibilización en materia de igualdad de género, para así no olvidarnos de que la violencia machista, a pesar de que en la actualidad tenga una mayor visibilidad, ha existido siempre”.

Por eso, este año lanzan la campaña ‘No desvíes la mirada, la violencia no se cuestiona’, que pone de manifiesto que no solo es considerada violencia machista aquella que supone un daño físico, sino cualquier forma de violencia ejercida contra las mujeres, entre las que podemos destacar la psicológica o económica, violencias más sutiles y normalizadas.

La subida de impuestos, la inmigración o la crisis de valores son considerados principales problemas con más frecuencia que la violencia de género, según el Barómetro del CIS. Sin embargo, la vulnerabilidad social se ha acrecentado en el contexto generado por la pandemia de la COVID-19, especialmente entre las mujeres que muestran peores indicadores de salud, empleo e ingresos, destacando la reproducción de roles de género en lo que respecta a los cuidados y el incremento de la violencia. La mayor vulnerabilidad aparece en hogares con hijos e hijas menores de edad, hasta el punto de que más del 95% de los niños y niñas atendidos por Cruz Roja se encuentran en hogares por debajo del umbral de la pobreza.

A través del plan Cruz Roja Reacciona, la organización busca dar una respuesta directa, inmediata y cercana a las necesidades de todas las personas que sufren la actual crisis derivada del conflicto de Ucrania, la pandemia o la inflación; los nuevos perfiles en situación de vulnerabilidad, como las personas migrantes, las familias monomarentales, las personas jóvenes o las personas sin hogar, son una prioridad para su actuación.

La vulnerabilidad añadida de las mujeres que viven en ámbitos rurales también fue subrayada por la organización humanitaria en el Boletín 'La España Despoblada' (2021), que resalta las dificultades para la protección de las víctimas debido a elementos sociales y culturales, cuestiones de imagen, falta de anonimato y, especialmente, carencias en materia de servicios de prevención, protección y atención.

Atención especializada e integral

El programa ‘Mujeres en dificultad social’ de Cruz Roja apoya a las víctimas de las diferentes violencias, sin redes de apoyo familiar o social, con hijos o hijas bajo su responsabilidad, con discapacidad, jóvenes, mayores de 65 años, migrantes, refugiadas, residentes en entornos rurales, en contextos de explotación sexual y prostitución, etc. Innumerables tipos de perfiles y situaciones con los que se trabaja la sensibilización, la protección y la prevención de las distintas formas de violencia contra las mujeres. Desde el Observatorio Nacional de las Mujeres, se detecta, analiza y actúa ante estas necesidades, que incluyen el ámbito físico, emocional y social.

Los dispositivos de acogida temporal a mujeres e hijos en dificultad social son alojamientos, centros de emergencia y casas de acogida para víctimas de violencia de género, a las que acceden anualmente unas 1.500 mujeres y sus hijos

Entre las respuestas que ofrece Cruz Roja, se encuentran los dispositivos de acogida temporal a mujeres e hijos en dificultad social. Se trata de alojamientos, centros de emergencia y casas de acogida para víctimas de violencia de género a las que acceden anualmente unas 1.500 mujeres y sus hijos. Además, cuenta con el recurso estatal de la Delegación de Gobierno contra la Violencia de Género, Servicio ATENPRO, teléfono de Atención y Protección para Víctimas de Violencia de Género, prestado por Cruz Roja, que atiende cada año a alrededor de 23.000 mujeres.

Los niños, niñas y adolescentes también se ven gravemente afectados como hijos e hijas de las víctimas y con ellos y ellas se trabaja para fomentar su participación social a través de talleres de ‘Autoexpresión y empoderamiento’ en el proyecto ‘Alzando la Voz’.

En 2021, la Unidad de Trata de Cruz Roja acompañó a 1.308 mujeres, de las cuales 750 estaban en contextos de prostitución y explotación sexual y 558, en situaciones de trata.

Además, la Unidad de Trata de Cruz Roja trabaja para contribuir a la protección de las personas en situación de trata, mayoritariamente mujeres con fines de explotación sexual. En 2021, acompañó a 1.308 mujeres, de las cuales 750 estaban en contextos de prostitución y explotación sexual y 558, en situaciones de trata. El acompañamiento se realiza desde el enfoque de género interseccional, facilitando el acceso a recursos y el ejercicio de derechos y contribuyendo en sus procesos de restablecimiento e inclusión.

Cruz Roja, asimismo, realiza intervenciones estratégicas para abordar la desigualdad estructural de género, tanto a nivel individual y grupal, fomentando la autonomía personal y el empoderamiento de mujeres en situación de dificultad social. Por ello, siendo el empleo una dimensión clave para poder salir de las situaciones de violencia, se ponen en marcha iniciativas de mejora de la empleabilidad específicas para víctimas de violencia de género y se les ofrece el apoyo, las claves y las herramientas para acceder al mercado de trabajo a través de acciones de empoderamiento personal, social y digital, de orientación especializada, de formación con prácticas en empresas muy sensibilizadas con la materia y de intermediación de ofertas para facilitar su acceso al puesto de trabajo.

Por último, las mujeres y niñas migrantes y refugiadas, a menudo sin redes de apoyo, sufren múltiples violencias no solo en su país de origen o en el tránsito, sino también en el país de acogida. Desde los programas de ‘Acogida e integración de solicitantes de protección internacional’ y el programa de ‘Atención Humanitaria a Inmigrantes’, y otros programas transversalmente, se trabaja por minimizar los riesgos y combatir las desigualdades de género, incrementando la detección de posibles casos de violencia y poniendo en marcha estrategias que permitan proteger a las mujeres y dotarlas de recursos suficientes para que puedan avanzar en su proceso de integración.