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Asuntos que redundan en un mundo más igualitario

¿Cómo perciben las mujeres directivas el liderazgo femenino, el techo de cristal y el teletrabajo?

Una fecha con tanto peso en el calendario –cada vez mayor– como el Día Internacional de la Mujer, celebrado el pasado miércoles 8 de marzo, pone cada año sobre la mesa diferentes temas que resulta imprescindible abordar puesto que de su desarrollo dependen los avances hacia un mundo más justo e igualitario. Algunos de ellos podrían ser el liderazgo femenino, el techo de cristal y el teletrabajo, en torno a los cuales han reflexionado cinco mujeres directivas.

Las mujeres directivas conciben el teletrabajo como una medida que mejora la conciliación.
Las mujeres directivas conciben el teletrabajo como una medida que mejora la conciliación.

Cinco mujeres directivas, con el Día Internacional de la Mujer como telón de fondo, reflexionaron en torno a diversas cuestiones que, sin duda, mantienen un vínculo estrecho y directo con esta jornada. Se trata del liderazgo femenino, el techo de cristal y el teletrabajo.

En concreto, quienes aportaron sus puntos de vista acerca de estas temáticas fueron Andrea González, subdirectora general de Spainsif; Ana Benavides, directora general de la Fundación Lealtad; Beatriz Sánchez Guitián, directora general de la Fundación máshumano; María Calvo, directora de Workspaces en Impact Hub Madrid; y Lorena Heras, Marketing Manager de Aguas y Otras Bebidas en Hijos de Rivera.

A todas ellas se les formuló las siguientes cuestiones: “¿Ha tenido que renunciar a algo en su vida para conseguir ser directiva de una organización?”, “¿En algún momento ha notado el famoso ‘techo de cristal’ que le impidiera seguir ascendiendo profesionalmente?, ¿Qué piensa de los sistemas de cuotas para garantizar el equilibrio entre géneros en las organizaciones?” y “¿Qué opina del teletrabajo? ¿Cree que para la mujer es una forma de facilitar la conciliación o una 'carga' añadida para su día a día?”.

Renuncias a cambio de desarrollo profesional

No son pocos los casos en los que afrontar una etapa específica en el marco profesional y dar un paso adelante supone renunciar a algo en la vida. Pero, como expone Andrea González, “no me he visto en la situación de tener que invertir más tiempo y/o esfuerzo que mis pares masculinos para alcanzar mis metas profesionales”. En su caso, añade, “he tenido la suerte de coincidir con superiores (en su inmensa mayoría, hombres) que reconocían el esfuerzo de forma exclusivamente meritocrática, sin atender a cuestiones de género”.

Andrea González, subdirectora general de Spainsif: “He tenido la suerte de coincidir con superiores (en su inmensa mayoría, hombres) que reconocían el esfuerzo de forma exclusivamente meritocrática”

Sí reconoce haber tenido que renunciar a algo Ana Benavides, quien pone de relieve que “con un puesto directivo, se tiene mayor responsabilidad y generalmente más trabajo, así que, sí, he renunciado a estar más tranquila, a tener más tiempo libre, a dedicarme más a mi familia y mis tres hijas...”. En cualquier caso, la directora general de Fundación Lealtad apunta que, en estas circunstancias, es vital “organizarse bien y no perder el equilibrio”.

También tuvo que desarrollar buenas habilidades de gestión del tiempo Beatriz Sánchez Guitián, quien comenzó a gestionar equipos a los 27 años y quien decidió formar, junto a su marido, una familia numerosa. Esta adecuada gestión del tiempo, como admite, “me permitió cumplir con mis responsabilidades y también disfrutar de una vida personal satisfactoria”.

Ana Benavides, directora general de la Fundación Lealtad: “Con un puesto directivo, se tiene mayor responsabilidad y generalmente más trabajo, así que, sí, he renunciado a estar más tranquila, a tener más tiempo libre, a dedicarme más a mi familia y mis tres hijas...”

Por otra parte, Lorena Heras considera que “todos los profesionales, dependiendo del momento, renunciamos en cierta medida al tiempo compartido con nuestro entorno, con nuestra familia, nuestras aficiones…”. En la misma línea, sostiene que “hay momentos en los que tu trabajo te pide un plus y, si estás en disposición de darlo, lo haces”.

Y, desde el punto de vista de María Calvo, “más que renunciar a algo, tienes que priorizar distintas cosas en cada etapa y ser muy honesta reconociendo esas prioridades del momento para no vivirlo como una renuncia, sino como un propósito”.

Techo de cristal

Otro de los puntos sobre los que muestran su parecer estas cinco mujeres directivas es el del ‘techo de cristal’, esa barrera invisible que dificulta a las profesionales del género femenino escalar a los puestos de poder dentro de las organizaciones.

Beatriz Sánchez Guitián, directora general de la Fundación máshumano: “En la actual guerra por el talento, las empresas demandan a los mejores profesionales para abordar los grandes retos de transformación que tenemos delante”

Tanto Lorena Heras como Ana Benavides sostienen abiertamente que, hasta el momento, no se han visto afectadas por una injusticia como la que comporta el techo de cristal. Tal y como explica la responsable de Hijos de Rivera, “he tenido la suerte de no encontrar ni techos de cristal ni cupos”. La directora general de Fundación Lealtad, sin embargo, admite que “nunca me ha afectado personalmente el techo de cristal, pero sí lo he sentido en algún momento a mi alrededor”. Además, Benavides se muestra “en contra de los sistemas de cuotas porque no me gustan las discriminaciones de ningún tipo, tampoco las positivas”, algo que justifica señalando que “creo profundamente en el talento y la meritocracia. No veo a la mujer como un ser débil que necesite ser protegido”.

En el caso de María Calvo, más que techos de cristal, recuerda haberse encontrado con “actitudes paternalistas que hay que desactivar”, que define como “desafíos adicionales que tenemos que ir eliminando porque desvían la atención y frenan los avances”.

Beatriz Sánchez Guitián, por su parte, quien ha desarrollado la mayor parte de su carrera en el sector tecnológico, tampoco se ha encontrado frontalmente con techos de cristal, pero sí “una cultura muy basada en un presentismo que dificultaba la conciliación”. En relación con los sistemas de cuotas, reconoce que “han ayudado a acelerar la presencia de mujeres en puestos de responsabilidad en momentos de gran desproporción”, aunque apunta que “en la actual guerra por el talento, las empresas demandan a los mejores profesionales para abordar los grandes retos de transformación que tenemos delante”.

María Calvo, directora de Workspaces en Impact Hub Madrid: “El teletrabajo es un avance importantísimo para flexibilizar la jornada y mejorar la productividad, pero debemos buscar un equilibrio con el trabajo presencial"

En ello coincide, precisamente, Andrea González, quien cree que “los sistemas de cuotas pueden ser una medida efectiva en situaciones en las que la discriminación de género y la desigualdad de oportunidades sean aún muy comunes, al garantizar que se considere a candidatos de ambos géneros y que se visibilice el talento femenino”. Sin embargo, la subdirectora general de Spainsif también estima necesario adoptar otras medidas para promover la igualdad de género a largo plazo como, por ejemplo, programas de educación y sensibilización.

Conciliación y teletrabajo

Y, finalmente, todas ellas realizaron una valoración más que positiva del teletrabajo, una medida cada vez más considerada en el ámbito profesional actual como una vía para facilitar una conciliación laboral y personal acorde a las necesidades de cada uno de los miembros de cualquier plantilla.

Para Andrea González, “la rigidez de la presencialidad total aboca a que una de las partes dedique más tiempo, por ejemplo, a la crianza y al cuidado de mayores, con el posible agravio comparativo para su desarrollo personal y profesional”. Por ello, admite que “teletrabajar permite planificar el tiempo de manera más efectiva y tener mayor disponibilidad para cuestiones relativas a la conciliación”. Y, además, reconoce otros desafíos asociados, como, por ejemplo, “la creación de límites claros entre el trabajo y la vida personal o el acceso a recursos y apoyo en línea necesarios para trabajar de manera efectiva”.

También considera Ana Benavides que la flexibilidad y el trabajo son “los mejores aliados de la conciliación”. En este sentido, explica que “el teletrabajo supone un gran ahorro de tiempo, dinero y emisiones de CO2. Nos permite estar en dos sitios al mismo tiempo, cumpliendo nuestras responsabilidades profesionales y haciendo que nuestra familia nos sienta cerca. Hace más felices a los trabajadores, tengan o no cargas familiares, porque se organizan mejor y disponen de más tiempo libre para dedicarlo a lo que quieran”. Y esto, evidentemente, trae consigo notables beneficios también para la empresa puesto que, como explica la directora general de la Fundación Lealtad, repercute en eficiencia porque “cuando la gente está contenta, trabaja más y mejor”.

Lorena Heras, Marketing Manager de Aguas y Otras Bebidas en Hijos de Rivera: “Todavía estamos lejos de un modelo de teletrabajo que permita la conciliación real”

Más allá aún, Beatriz Sánchez Guitián se muestra como una auténtica “convencida de las bondades del teletrabajo”, aunque en su caso también es consciente de que, además de ventajas, esta medida podría conllevar algún inconveniente. Como puntos positivos, la directora general de Fundación máshumano destaca, al igual que Ana Benavides, el ahorro de tiempo y dinero y el aumento de la productividad.

Y en el lado opuesto, apunta directamente hacia “el aislamiento o la dificultad de separar la vida laboral y personal”, aunque también matiza que estos inconvenientes “pueden ser mitigados con medidas como la comunicación regular, el desarrollo de encuentros presenciales o la adopción de prácticas de gestión del tiempo efectivas”.

“El teletrabajo es un avance importantísimo para flexibilizar la jornada y mejorar la productividad”, asegura María Calvo. Sin embargo, también considera que es preciso buscar un equilibrio con el trabajo presencial que permita “encontrarnos en equipo, colaborar y reforzar las conexiones personales, que son importantísimas para crecer profesionalmente”.

Y según Lorena Heras, aunque cree que esta medida ha resultado muy útil en situaciones críticas, como la de la pandemia de la COVID-19, y que ha mejorado algunos problemas de movilidad que presentaban las grandes ciudades, también opina que “todavía estamos lejos de un modelo de teletrabajo que permita la conciliación real”.