
El 15% de la población mundial –más de 1.000 millones de personas– cuenta con algún tipo de discapacidad. Y casi el 50% de esta discapacidad, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), está causada por enfermedades neurológicas. En el caso de España, las enfermedades neurológicas son las responsables del 44% de la discapacidad por enfermedad crónica.
Además, nueve de las 15 enfermedades más frecuentes entre las personas que tienen reconocida una discapacidad en España son neurológicas, con enfermedades como el ictus, el alzhéimer, el párkinson o la ELA liderando la clasificación; sin olvidar otras como la migraña, la epilepsia, la esclerosis múltiple, la demencia frontotemporal… también muy prevalentes y con altos índices de discapacidad.
La World Federation of Neurology destaca que las enfermedades neurológicas son la causa número uno de años de vida ajustados por discapacidad en todo el mundo. Asimismo, las personas con discapacidad tienen el doble de probabilidades de desarrollar afecciones crónicas que pueden afectar aún más negativamente la salud del cerebro, como depresión, diabetes, obesidad o problemas vasculares y pueden ver reducida hasta en 20 años su esperanza de vida.
En España, según la SEN, las enfermedades neurológicas son las responsables del 50% de los años perdidos por discapacidad. Además, son las responsables del 23% de los años de vida perdidos por muerte prematura y las causantes del 19% de las muertes que se producen cada año.
Prevención, tratamiento, rehabilitación
Tal y como explica el doctor José Miguel Láinez, presidente de la Sociedad Española de Neurología, “este año, el objetivo principal de conmemorar el Día Mundial del Cerebro, es tratar de concienciar sobre que la discapacidad que provocan las enfermedades neurológicas se puede prevenir, tratar y rehabilitar”.
En este sentido, apunta que “la carga de discapacidad y el número de personas afectadas por enfermedades neurológicas en países como el nuestro están en continuo aumento debido al envejecimiento de la población. En todo caso, es importante señalar que la discapacidad cerebral puede afectarnos a todos, independientemente de la edad, sexo o nivel socioeconómico, por lo que es responsabilidad de todos priorizar la salud del cerebro y concienciarnos sobre el importante papel que desempeña el cerebro en nuestra salud y en nuestra calidad de vida”.
Y es que, según la SEN, se ha comprobado que llevar hábitos de vida cerebrosaludables –entre los que se incluye realizar actividades intelectuales y físicas, seguir la dieta mediterránea, evitar el tabaco y el alcohol, la hipertensión y la depresión, intentando tener un buen estado anímico y buscando la socialización– ayudaría a prevenir muchas enfermedades neurológicas. De hecho, se estima que hasta el 90% de los casos de ictus y el 30% de los de alzhéimer y epilepsia se podrían llegar a evitar con estas medidas.
Por otra parte, también es necesario mejorar la atención médica que reciben las personas con discapacidad. La World Federation of Neurology considera que el acceso universal a la atención profesional, al tratamiento y a la rehabilitación es esencial para disminuir la carga mundial de la discapacidad de las enfermedades neurológicas.
A este respecto, Láinez sostiene que “la discapacidad neurológica debe ser considerada como un problema prioritario de salud pública. Y disminuirla es una responsabilidad de las autoridades sanitarias, políticas, educativas, pero también de toda la sociedad”.
Y, además, recuerda que “son muchas las personas con discapacidad neurológica que viven el estigma, la discriminación y la exclusión social. Confiamos en que días como éste sirvan para ayudar a ilustrar la complejidad de los problemas a los que se tienen que enfrentar las personas con enfermedades neurológicas y, como dice el lema de este año, priorizar los esfuerzos para asegurarnos de no dejar a nadie atrás”.