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Entrevista a Ana Estrada, responsable en España de ¿Quién es el jefe? La marca de los consumidores

“Buscamos mejorar la vida de los productores nacionales empoderando a los consumidores”

'Quién es el Jefe' es una iniciativa que promueve un cambio en la forma de consumir, para hacerla más justa, equitativa y responsable. Ana Estrada, que está al frente de este movimiento que quiere cambiar el futuro volviendo al origen, explica a Soziable.es el funcionamiento, los retos y los éxitos de La Marca de los Consumidores.

Ana Estrada, responsable de Quién es el Jefe
Ana Estrada, responsable de Quién es el Jefe

Ana Estrada formaba parte del Consejo Oleícola Internacional, coordinando el área operacional de este organismo, cuando accedió al cuestionario que tenía disponible La Marca de los Consumidores sobre la leche. Formó parte de la iniciativa de manera indirecta hasta que, en septiembre de 2019, aterrizó en Quién es el Jefe oficialmente. “Llegué por convicción y por vocación, ya que soy descendiente de agricultores, con ganas de mejorar la vida de los productores nacionales”, asegura a Soziable.es la responsable de España de esta iniciativa social y colectiva que promueve nada menos que conseguir reequilibrar las fuerzas entre productor, distribuidor y consumidor, equitativamente.

Quién es el Jefe es también un llamamiento social para poder poner al consumidor en primera línea de la cadena alimentaria. Con la premisa de conseguir que la sociedad sea quien lleve el timón de la iniciativa y que vote democráticamente tanto las condiciones de los productos como el precio final, la iniciativa logra empoderar al consumidor con un espíritu crítico, para que sea participe del proceso de consumo, lo que es un paso más allá de las políticas de RSC tal y como se conocen hoy en día. “El compromiso es del consumidor, no de la empresa. Es un pequeño gran paso para mejorar el mundo, la naturaleza y el bienestar desde el origen. Queremos llevar a cabo una construcción colectiva del futuro”, asegura Estrada.

Una proposición ambiciosa pero con éxito en un doble sentido: cada vez son más los consumidores que se suman a elegir un método más justo de la cadena alimentaria enfocado, en España, en la leche, los huevos y el aceite. Por otro lado, la consciencia relacionada con provocar ese cambio va aumentando en la mente y el alma de los españoles, que reclaman más productos que puedan rescatar los sectores de nuestro ecosistema. Y es que, según Ana Estrada, “es una propuesta ambiciosa, sí, pero nace del corazón, es una necesidad del ser humano poder mejorar como persona y poder alcanzar la felicidad con armas como la justicia y el amor por la naturaleza”.

El poder de decisión del consumidor

En este momento, hay más de 10.000 españoles dispuestos a pagar un precio un poco más alto por la leche, los huevos o el aceite, a cambio de garantizar que el productor tenga un salario justo, que el animal del que se extrae ese alimento tenga un buen trato y que el impacto medioambiental se reduzca. “Se han vendido un millón cien mil productos dentro de la iniciativa, que pone a disposición del consum’actor, por ahora Carrefour. No es una cifra muy alta, porque no invertimos ni en publicidad ni en fuerza de venta –comerciales. Este número representa a un consumidor que ejerce su derecho de forma real, conociendo el origen”, confiesa Estrada.

En realidad, el hecho de que los españoles puedan elegir un producto sin haberlo visto anunciado o sin una recomendación comercial, solo porque saben que tienen el poder de humanizar su compra, es toda una revolución. El precio deja de ser el único, o, mejor dicho, el valor que más prima y se convierte en una pregunta con una respuesta que engloba muchos valores: el respeto a todos los actores que han intervenido para darle forma a ese alimento que acaba en la cesta de la compra.

Acerca del procedimiento, por el que las empresas productoras pasan por un control y una auditoria, Estrada señala que “es sencillo formar parte de Quién es el Jefe. Basta con unirse a la comunidad –que ahora mismo es virtual pero a partir de este verano podremos integrar en una asociación de manera más formal–, elegir los alimentos que queremos consumir a los que añadiremos, posiblemente, las naranjas y después, dejarnos hacer nuestro trabajo. Somos nosotros quienes contactamos con las cooperativas o empresas que puedan o quieran sumarse y después son ellas quienes explotan la marca y hacen tangible el compromiso con nosotros, desarrollando el producto conforme a lo que han votado los consumidores en el paso inicial”.

En Francia se comercializan 30 productos

A pesar de que es una iniciativa española e independiente, que comenzó Annaick Locqueneux por contacto y que empezó a desarrollarla en nuestro país, quien dio el primer paso fue Francia, que ya ha vendido 200 millones de productos –desde 2016– con este sistema. Gracias también a las redes sociales, se ha convertido en un récord de ventas de la agroalimentación en el país vecino, que comercializa más de 30 productos.

“En España llevamos poco tiempo. Iniciamos el movimiento con la leche, el producto icónico de la iniciativa, que consiguió un total de 6531 votos. Después, pudimos sacar adelante la venta de huevos, con menos éxito de votación. Todo sucedió en octubre y noviembre de 2019 y, poco después, llegó la pandemia, que causó estragos y provocó cambios en la iniciativa. Con el lanzamiento del aceite de oliva, conseguimos algo más de actividad entre los consumidores que votaron, por lo que ahora quiero animar a participar a todos los que quieran para poner precio y establecer los criterios que consideren más justos de cara a la venta de las naranjas”, recuerda.

Sabiendo que la iniciativa requiere mucha inversión y que existen algunos problemas de concienciación, Ana Estrada propone un cambio real. “Las grandes marcas y las macro distribuidoras buscan siempre ofrecer el mejor precio para vender más y hacerse con el margen de beneficio más amplio. Ahogan así a los productores, agricultores o ganaderos que no pueden adaptarse a esas exigencias y sufren unas condiciones inhumanas en el desarrollo de su trabajo y de su vida”, asevera. Así, todo está basado en un sistema que conecta con lo más profundo del ser humano para que, en definitiva, adquiera la conciencia de que, con el pequeño gesto de consumir estos productos de primera necesidad, las familias de productores estén bien en el desarrollo de su trabajo, las gallinas y las vacas estén protegidas, que el transportista cobre un sueldo digno y que el producto que llega al hogar sea de calidad en todos los sentidos.

Jorge Hernández, ganadero de Quién es el Jefe, con sus vacas

Más productos, menos alimento

“El sentimiento que nos une va más allá de un consumo sostenible, es un reparto equitativo y justo. Es poder conocer la base de la alimentación y hacer realmente humano el sistema alimenticio. Cada vez hay más opciones de consumo, pero con el cambio climático y la industrialización, asistimos a una forma de alimentación más industrializada y menos humana. En resumen, muchos productos, pero menos alimento”, afirma tajante Ana Estrada.

En España, la iniciativa se queda con un 5% de cada producto y, con ese beneficio, quiere poner en la palestra otros alimentos que pueden representar la esencia de nuestro país y son base de la dieta mediterránea. De esta manera, el aceite, las naranjas y otros productos que los consumidores pueden votar por incluir en Yo soy el Jefe como pueden ser el queso, la harina, las legumbres… llegarán a formar parte de esta cadena de concienciación y solidaridad, además de bienestar.

En este sentido, Estrada explica que “buscamos utilizar la acción colectiva para provocar un cambio, es un llamamiento al sentido común. Además, queremos informar a todos los españoles de qué es lo que comemos y cuántos actores están detrás de un solo producto de la estantería de un supermercado. Esto es, asimismo, un ejercicio de educación. Y, en otra vía, buscamos apoyar a los productores”. Siendo así catalizadores del diálogo, con la equidad y la transparencia por bandera, Quién es el Jefe o la marca de los consumidores intenta paliar la injusticia con el sentimiento del respeto hacia la naturaleza, el trabajo y las personas.

El ejemplo de la leche

El funcionamiento sencillo de la plataforma se puede ejemplificar con el caso de la votación de la leche, el producto inicial de la iniciativa en diferentes países. En España, votaron más de 6.500 consumidores con criterios como el origen de la leche, la remuneración justa de los productores, la alimentación de las vacas, el bienestar animal y su libertad, el embalaje o la eliminación de la alimentación con transgénicos de las vacas. En función de estos parámetros, se ha establecido que la leche procederá de vacas zamoranas y será recogida por la empresa Leche Gaza, con un precio de entre 99 y 84 céntimos de euro (dependiendo de si la leche es entera, semi o desnatada) y que, del total del precio, el ganadero obtiene 0,390 euros.

El cuestionario de los huevos o del aceite de oliva también está disponible en la página web con total transparencia. Mientras que está aún abierta la votación en base a nueve criterios de la producción y envasado de las naranjas, de las que España es el primer productor de Europa y el sexto del mundo.

“Esta idea tan básica y llana, pero tan revolucionaria, está también viva en países como EEUU, Bélgica, Alemania, Marruecos, Holanda o Reino Unido, entre otros. En total, son más de 17 millones de personas las que se han acogido a esta fórmula de cambio. Todo orientado a volver al origen para establecer las bases de una evolución a la que tenemos que llegar: tanto humana como de consumo, pudiendo aclarar unos conceptos reales (como la ecología, la sostenibilidad o el comercio orgánico), que son el pilar de la acción”, concluye.

De hecho, en septiembre, habrá una cumbre por la alimentación en Nueva York de la mano de la ONU. En ella, se presentarán iniciativas agroalimentarias y Quién es el Jefe asistirá a presentar el movimiento con estos valores que traspasan fronteras y que abanderan diez países. Transparencia y equidad de la cadena alimentaria son sus pilares.

Iniciativas como esta establecen un cambio de raíz con una simple elección. Para el consumidor, seleccionar lo que a él le puede preocupar más en un principio, como es el precio, es también elegir un modo de consumir más justo. Es tomar partido por una forma de vivir. Es convertirse en jefe del consumo en un acto que va más allá del gesto de comprar. Todo con la mirada puesta en volver a las raíces, al origen, a la tierra, como respuesta para llegar al futuro y lograr una nueva conquista.