La sesión fue inaugurada por Fátima Báñez, presidenta de la Fundación CEOE, quien recordó que “los datos del barómetro de Edelman ponen de manifiesto que las instituciones en las que más confían los españoles son las empresas, mostrando una alta credibilidad hacia su empleador y su CEO. Sin embargo, la ciudadanía se muestra temerosa en el plano de la innovación y desconoce el impacto que va a tener en su carrera profesional”.
En este marco, Báñez añadió que “el ámbito de la IA nos toca de lleno para que generemos confianza desde las empresas. Se necesitan especialistas que expliquen qué es la IA, qué efectos va a tener sobre las personas y cómo se van a combatir los posibles sesgos que genere. Un camino en el que gobiernos y empresas tenemos que ir de la mano, capacitando a nuestra fuerza laboral”.
Del reto a la oportunidad
Pablo García, director de Comunicación y Márketing de la Fundación Adecco, profundizó en el binomio inteligencia artificial y diversidad, equidad e inclusión (DEI). “La digitalización y la inteligencia artificial pueden ser grandes aliadas para alcanzar nuestros objetivos de DEI. Así, los sistemas inteligentes tienen potencial, entre otras cosas, para ayudar a resolver dilemas complejos relacionados con igualdad, equidad e inclusión, ayudarnos a eliminar o reducir sesgos en los procesos de selección, personalizar los planes formativos de nuestros equipos o hacer más accesibles e inclusivos nuestros productos o servicios”, explicó.
Además, advirtió que “hay muchísimas oportunidades. Sin embargo, hemos de conocer también sus riesgos, entre otros, la posible destrucción de puestos de trabajo, los sesgos algorítmicos o la pérdida de conexión humana. El gran desafío es convertir este gran reto en una oportunidad para empoderar a las personas y crear puestos de trabajo y empresas más eficientes, inclusivas y sostenibles”.
Por otro lado, Carolina Castillo, directora de Operaciones y Márketing Microsoft España, recordó el valor de las personas en medio de esta revolución digital. “En este nuevo paradigma, tenemos el reto de redescubrir nuestro propósito, ser conscientes de que la IA es un elemento empoderador, un aliado, un asistente a nuestro servicio que mejora y optimiza cada puesto de trabajo”, manifestó.
Además, Castillo afirmó que “las personas tenemos que adoptar una mentalidad de crecimiento, estar abiertas a experimentar y a utilizar el error como fuente de aprendizaje. Hay que tener en cuenta que la IA es ya una herramienta en manos de todos y, en este sentido, las empresas no podemos poner barreras ni quedarnos atrás: tenemos el gran reto de diseñar una estrategia para gobernar y abrazar esta revolución, empleándola como un recurso poderoso para ser más competitivas e inclusivas: mejorar la experiencia del cliente, reducir costes o asegurar que todas las personas tienen voz”.
Elementos complementarios
Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco, clausuró la jornada poniendo sobre la mesa la principal conclusión de la misma: “la IA y las políticas de diversidad son elementos que se retroalimentan. Por un lado, los sistemas inteligentes tienen un gran potencial para analizar información e identificar patrones de desigualdad y/o discriminación, siempre asegurando que los datos utilizados para su entrenamiento son diversos y representativos. Por otra parte, las políticas de DEI pueden mejorar el desarrollo y aplicación de tecnologías de IA, asegurando su carácter justo, ético y beneficioso para todas las personas”.
En esta línea, el directivo recordó que “la inclusión no es un proceso natural, sino que es necesario buscar mecanismos para desarrollarla e integrarla en los sistemas de inteligencia artificial”.