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Una tecnología pionera permite la comunicación entre personas sordas y oyentes

De lengua de signos a voz en tiempo real

Una ‘start up’ madrileña ha desarrollado una tecnología que permite la comunicación entre personas sordas y oyentes. Showleap es el nombre de este dispositivo sin cables que, mediante unos brazaletes, registra los movimientos de la lengua de signos y los transforma, a través de un software, en lenguaje oral

Unos brazaletes sin cables registran los movimientos del signante
Unos brazaletes sin cables registran los movimientos del signante

Unos sencillos brazaletes colocados en los antebrazos de la persona que utiliza la lengua de signos registran los movimientos de brazos, manos y dedos. Y a la vez, un programa de software, descargable en un móvil mediante una app, es capaz de descifrar el significado que esos movimientos tienen según la lengua de signos española (LSE) y traducirlos a mensajes hablados. Asimismo, el dispositivo permite la comunicación bidireccional, ya que hoy por hoy es capaz de traducir el lenguaje hablado a texto y en un futuro lo hará también a lengua de signos.

Esta tecnología ha sido desarrollada por Showleap, una ‘start up’ madrileña. Su director general, Emilio Guerra, explica a Soziable.es las ventajas de este producto pionero: “Utilizamos una tecnología que no es invasiva, es portátil y traduce en tiempo real la lengua propia de miles de personas sordas, que es la lengua de signos”. En España hay 400.000 personas sordas que utilizan la lengua de signos y que potencialmente podrían beneficiarse de esta tecnología. 

La idea surgió hace cuatro años en la mente de dos estudiantes universitarios, Rubén Martínez y Teo Atienza, quienes trataban de buscar aplicaciones prácticas a un hardware que reconocía los movimientos. Después de vislumbrar que podría ser útil para el trabajo con la lengua de signos, conocieron a Emilio Guerra y a Blanca Alonso, con los que fundaron Showleap, sociedad a la que después se sumó Patricia Oliete como responsable financiera.

Para desarrollar el traductor han contado con el asesoramiento del Centro de Normalización de la Lengua de Signos Española (Cnlse). “Desde el principio del proyecto teníamos muy claro que para que fuera útil para las personas sordas debíamos contar con el apoyo y la colaboración del Cnlse. Hemos ido siempre al centro a presentar todos los avances que íbamos incorporando al producto para que fueran sus técnicos los primeros en probarlos y que, de este modo, nos fuéramos ajustando a sus necesidades”, subraya Guerra.  

Showleap permite la comunicación bidireccional, ya que puede trasladar el lenguaje oral a texto y a signos

Desde el punto de vista del Cnlse, "la iniciativa de Showleap resulta una apuesta interesante e innovadora, siempre que no ponga en peligro otras alternativas más viables y necesarias para ejercer el derecho a usar la lengua de signos española en cualquier ámbito como son los intérpretes". Además, el centro considera que "la idea del proyecto es muy loable y quizá se le puedan encontrar muchas utilidades en el futuro, más allá de la traducción, en ámbitos como el entretenimiento y ocio, incluso en las aulas, aunque en estos momentos se precisa de un gran esfuerzo tanto en investigación y experimentación como en su aplicabilidad".

De la colaboración del Cnlse y de la Confederación Estatal de Personas Sordas (CNSE) han surgido muchas mejoras, como la idea de utilizar bluetooth en lugar de cables. “Ellos nos advirtieron que los cables iban a mermar la autonomía de la persona sorda que lo utilizara”, recuerda Atienza.

El director de Comunicación explica que también a propuesta del centro de normalización lingüíistica están trabajando para incorporar la expresividad facial al proyecto. “La expresión de la cara es muy importante en la lengua de signos, por eso tenemos previsto empezar a trabajar el reconocimiento facial con cámara para poder combinar ambos tipos de datos: los que nos aporta el hardware de los brazaletes y los que nos daría la cámara que enfocara el rostro”.

En la actualidad, Showleap está probando el prototipo con numerosas personas sordas signantes que se han prestado a colaborar con el proyecto para ir ampliando el repertorio de signos que puede reconocer la máquina. “La idea es que vayan engrosando la base de datos de signos que tenemos en el traductor porque necesitamos diferentes personas, diferentes manos, diferentes formas de signar para que el dispositivo pueda funcionar con cualquier usuario”, detalla Atienza.

Ciertamente, las lenguas de signos tienen unas estructuras muy diferentes a las de las lenguas orales y esto dificulta mucho la traducción automática. Por ello, el Cnlse muestra cautela respecto a los posibles resultados del proyecto.  Por ello sostiene que, "en lo que se refiere a la traducción automática, todavía no contamos con evidencias para una implementación real,  eficaz e inteligible más allá del ámbito de la investigación y el desarrollo".  

El Cnlse cree que la idea es muy loable y con muchas posibilidades de futuro pero que aún pertenece al campo de la I+D 

Atención a personas sordas

La empresa acaba de firmar un contrato para poner a disposición del Ayuntamiento de Madrid dispositivos de traducción con el objetivo de que esta administración pueda atender a personas sordas signantes que tengan que hacer cualquier gestión en una oficina municipal. El director general de la compañía cree que es un paso muy importante: “La idea es que cualquier administración pública o cualquier empresa que quiera prestar un servicio o atender a este colectivo pueda tener nuestros dispositivos en sus instalaciones para comunicarse con estas personas. El inicio va a ser el Ayuntamiento de Madrid y la idea es firmar más contratos más adelante”.

Aunque es una innovación muy reciente, el traductor de LSE ha recibido ya una decena de distinciones y reconocimientos entre los que se encuentran los Premios Madri+d, de la Comunidad de Madrid; los Premios Jóvenes Máshumano' o los galardones a la innovación otorgados por Vodafone o por Telefónica, entre otros. “Estos premios nos dan visibilidad, nos permiten salir en medios, y de este modo podemos ir consiguiendo lo que necesitamos: inversión, financiación, y que haya desarrolladores que se interesen por el proyecto y se puedan sumar a él para que así avancemos más rápido”, opina Atienza.

Guerra coincide en que lo que Showleap necesita ahora son inversores que apuesten por esta tecnología. “Necesitamos toda la ayuda posible para poder tener el producto cuanto antes en el mercado y que estas personas se puedan expresar en su lengua en cualquier situación. Así que toda el apoyo que nos pueda venir de empresas en forma de I+D o de financiación ayudará a acortar plazos“, asegura el director general de esta ‘start up’.