Del estudio, realizado por ADEME (Agencia Francesa para la Transición Ecológica), se extraen algunas conclusiones principales importantes, entre las que destacan que, de todas las etapas del ciclo de vida de los bienes tecnológicos, la fase de producción es la que tiene mayor huella.
También señala que la tecnología digital es responsable del 2,5% de la huella de carbono solo en Francia así como la necesidad imprescindible de desarrollar palancas de actuación mediante políticas públicas que prolonguen la vida útil de los aparatos, promuevan la durabilidad y el reacondicionado de los productos e incentiven las economías circulares para poder reducir el impacto de la tecnología en el medio ambiente.
Cabe destacar que, en 2020, desde el marketplace de electrónica reacondicionada Back Market, propusieron la realización de este estudio y ayudaron a establecer contactos con profesionales y expertos en tecnología para recabar la información necesaria. Este estudio es clave para reafirmar la idea de que los reacondicionados son una solución real para el medio ambiente. Los resultados de ADEME demuestran cuatro motivos por los que un smartphone reacondicionado puede ayudar al planeta: reducen los residuos electrónicos, evitan la extracción de materia prima, disminuyen las emisiones de CO2 y ahorran el consumo de agua.
Residuos electrónicos
Un solo smartphone reacondicionado evita 175 g de residuos electrónicos. Cada smartphone nuevo genera unos 199 g de residuos electrónicos, mientras que un teléfono reacondicionado solo 24 g, es decir, un 88% menos.
En el primer trimestre de 2021, Apple vendió 58 millones de teléfonos inteligentes y Samsung, 76 millones. Si solo la mitad de esas ventas se sustituyeran por smartphones reacondicionados, el mundo habría ahorrado 12.924 toneladas estadounidenses (11.725.000 kg) de residuos electrónicos.
Evitar la extracción de materia prima
Un smartphone reacondicionado evita que se extraigan 258 kg de materias primas. Para fabricar un solo smartphone se necesitan materias primas como el oro, la plata, el aluminio, el cobre, el cobalto y el cromo, al menos 15 tipos diferentes.
Todo ese trabajo equivale a unos 283 kg de tierra excavada para conseguir una mínima parte de los metales y minerales necesarios. Los smartphones reacondicionados requieren muchas menos materias primas (23,1 g) y, además, ayudan a aprovechar al máximo los recursos ya explotados.
Emisiones de CO2
Un smartphone reacondicionado evita 79,68 kg de emisiones de CO2. Dada la cantidad de energía y recursos que requiere la fabricación de un terminal nuevo, alrededor del 78% de la huella de carbono de un dispositivo se emite antes de que salga de la fábrica. En el caso de un smartphone nuevo, eso supone 86,5 kg de emisiones de carbono, mientras que un teléfono reacondicionado produce 6,82 kg de CO2 de principio a fin (desde la obtención de piezas de repuesto hasta la entrega).
Ahorro de Agua
Un smartphone reacondicionado ahorra 68.400 litros de agua. En el caso de los aparatos nuevos, estos necesitan alrededor de 112 años humanos de agua potable (82.300 litros), de la que la mayor parte se utiliza para la minería y la extracción de materias primas. Decidirse por un reacondicionado hace que se utilice un 83% menos de agua.
De hecho, el mercado de la electrónica reacondicionada cada vez tiene más adeptos, siendo ya seis millones de clientes los que tiene Back Market a nivel global y posicionando España como uno de los mercados prioritarios para el marketplace.