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Chloe Beaudet, de la Universidad de París-Saclay, autora del estudio

“El 83% de la población mundial y el 99% de los europeos viven bajo un cielo contaminado por la luz”

La contaminación lumínica, esa presencia excesiva de luz artificial que invade nuestras ciudades y paisajes, se ha convertido en una amenaza creciente para la biodiversidad, la salud humana y el equilibrio climático. Su avance es silencioso pero implacable: entre 1992 y 2017, la iluminación artificial nocturna aumentó un 49 %, y hoy crece entre un 7 % y un 10 % anual. En este contexto, Soziable.es conversa con Chloé Beaudet, investigadora de la Universidad de París-Saclay y coautora de un estudio publicado en Nature Cities, que propone una nueva forma de abordar este problema desde lo local, conciliando las necesidades ecológicas con las demandas sociales.

Chloe Beaudet, de la Universidad de París-Saclay.
Chloe Beaudet, de la Universidad de París-Saclay.

La contaminación lumínica se ha convertido en una amenaza silenciosa pero creciente para el equilibrio del planeta. Más allá de dificultar la contemplación del cielo estrellado, sus efectos se extienden a la biodiversidad, la salud humana, la investigación científica y el cambio climático. Entre 1992 y 2017, la iluminación artificial nocturna aumentó al menos un 49%, y hoy continúa creciendo a un ritmo alarmante del 7% al 10% anual. Este fenómeno, impulsado por la expansión urbana y el uso masivo de tecnologías LED, ha transformado la noche en un entorno cada vez más hostil para muchas especies y para el propio ser humano. Soziable.es ha hablado con Chloe Beaudet, de la Universidad de París-Saclay y una de las autoras de un nuevo estudio, que analiza cómo adaptar la iluminación urbana para equilibrar las necesidades de la biodiversidad y las expectativas de los ciudadanos.

 

¿Cómo definiría la contaminación lumínica y por qué considera que es un problema urgente en la actualidad?

La contaminación lumínica se refiere a la presencia anormal (es decir, excesiva en comparación con los niveles naturales) y molesta de luz durante la noche, provocada por fuentes de luz artificial. Esta contaminación ha aumentado considerablemente en los últimos años. 

Un estudio científico de 2016 reveló que el 83% de la población mundial y el 99% de los estadounidenses y europeos viven bajo un cielo contaminado por la luz. Es un problema urgente, ya que la contaminación lumínica tiene numerosos efectos nocivos sobre la biodiversidad, la salud humana, las observaciones astronómicas y las emisiones de gases de efecto invernadero.

Según los datos disponibles, la contaminación lumínica ha aumentado entre un 7 y un 10% anual. ¿Cuáles son los factores que explican este crecimiento tan rápido?

Esto se debe principalmente a la proliferación de iluminación artificial, que va de la mano con la expansión de la urbanización. A esto se suma el efecto rebote observado con la tecnología LED: al ser más eficiente energéticamente, permite iluminar más por el mismo coste, lo que puede traducirse en un aumento del número de farolas.

“La contaminación lumínica tiene numerosos efectos nocivos sobre la biodiversidad, la salud humana y las emisiones de gases de efecto invernadero”

¿Cuáles son los principales efectos de la luz artificial nocturna sobre la biodiversidad? ¿Qué especies o ecosistemas son los más vulnerables?

La luz artificial perturba la biodiversidad en varios niveles: modifica el comportamiento de las especies (reproducción, alimentación, orientación), altera las relaciones entre especies (depredación, competencia) y, al romper los corredores ecológicos, reduce la movilidad de los animales. Por ejemplo, la atracción hacia la luz atrapa a ciertos insectos cerca de las fuentes luminosas, vaciando algunas zonas de estas especies y alterando los ecosistemas. 

Por el contrario, hay especies (como algunas especies de murciélagos) que huyen de la luz, y para ellas la iluminación artificial representa una barrera, fragmentando su hábitat. Las especies diurnas, para las que la noche es un periodo de descanso, también se ven afectadas por esta presión humana.

¿Cuáles son las consecuencias de la contaminación lumínica sobre la salud humana, especialmente en lo que respecta a los ritmos circadianos y el sueño?

Altera los ritmos circadianos y la producción de melatonina, lo que puede afectar la calidad del sueño y contribuir al aumento del riesgo de obesidad y enfermedades cardiovasculares.

“La luz artificial modifica el comportamiento y altera las relaciones entre especies y reduce la movilidad de los animales

¿Cuál es el impacto del exceso de iluminación sobre el consumo energético mundial y las emisiones de gases de efecto invernadero?

Representa una parte importante del consumo energético mundial —alrededor de 2.900 TWh, es decir, el 16,5% de la producción eléctrica anual y, por sí sola, genera cerca del 5% de las emisiones globales de CO. Por tanto, es un factor clave a tener en cuenta para alcanzar los objetivos climáticos del Acuerdo de París.

¿Por qué considera que el enfoque actual de “encender todo o apagar todo” no es suficiente para abordar este problema?

Una política para reducir la contaminación lumínica puede consistir, efectivamente, en que un municipio apague su alumbrado público. Sin embargo, la resistencia (o la percepción de resistencia) al cambio, relacionada con el sentimiento de inseguridad, suele ser el principal obstáculo para que los responsables locales la implementen. 

El debate sobre la iluminación se reduce hoy en día a una lógica de “todo o nada” (encender todo o apagar todo), según se priorice a los residentes o a la biodiversidad. En nuestro estudio publicado en Nature Cities, buscamos superar esta dicotomía. Mostramos que ninguna política uniforme a nivel municipal será eficaz. Solo una política de iluminación nocturna pensada a nivel local —por barrio o incluso por punto de luz— permitirá conciliar las necesidades de la biodiversidad y de la sociedad, que a veces coinciden y otras veces son opuestas.

SUMARIO: ·Solo una política de iluminación nocturna pensada a nivel local —por barrio o incluso por punto de luz— permitirá conciliar las necesidades de la biodiversidad y de la sociedad, que a veces coinciden y otras veces son opuestas