“Debemos atraer profesionales al sector de los cuidados, que genera riqueza y que requiere de un pacto de Estado”
Natalia Roldán, presidenta de AESTE, hace un llamamiento, en el 20º aniversario de la entidad, a poner en valor el sector de los cuidados y los servicios de atención a la dependencia que, después de verse muy duramente golpeado por las consecuencias de la pandemia de COVID-19, necesita ponerse en el foco de atención de las administraciones públicas y de la sociedad civil para lograr su trasformación y adaptación ante el reto demográfico.
POR Santi García
22/12/2022
Entrevista a Natalia Roldán, presidenta de AESTE
En una entrevista para Soziable.es, Natalia Roldán, presidenta de la Asociación de Empresas de Servicios para la Dependencia (AESTE), hace balance de los 20 años de existencia de esta entidad, que acaba de pasar por sus peores momentos debido al impacto de la pandemia. Para lograr la profunda transformación que requiere el sector, insiste en que es necesario un pacto de Estado con una visión a largo plazo, realista y que ponga la calidad y la flexibilidad de los servicios de atención sociosanitaria en el centro del debate.
"La pandemia nos hizo ver la necesidad de unificar el mensaje a la sociedad civil".
- ¿Cuál es la situación actual en el sector residencial y de servicios para la dependencia después de sufrir las consecuencias de la pandemia?
Las consecuencias de la pandemia han dejado también elementos positivos. En este caso ha logrado la unión del sector, teniendo en cuenta el cien por cien de los elementos comunes que tenemos entre todos. Compartimos objetivos que están enfocados sobre todo a la calidad de la prestación de los servicios y la pandemia nos hizo ver la necesidad de unificar el mensaje a la sociedad civil, fundamentalmente porque fuimos conscientes de la poca visibilidad y la falta de conocimiento del sector de los cuidados, y es distinto cuidar que curar.
El sector de los cuidados está centrado fundamentalmente en el ámbito de los mayores, que son personas con una mayor fragilidad, la cual les hace más vulnerables a cualquier cambio o evento que pueda afectar a su situación biopsicosocial. Eso es lo que hace que después de la pandemia se pusiera más en valor el hecho de tener un sistema de atención que permitiera ayudar, acompañar, apoyar, incluso en el proceso de final de vida, con unos servicios, sobre todo, de calidad y de calidez.
- En España la tasa de dependencia no deja de crecer debido al envejecimiento de la población, ¿qué planteamiento estratégico general tiene AESTE frente al reto demográfico para las próximas décadas?
Es un planteamiento de transformación en profundidad del sistema, con una visión a largo plazo y una visión de sostenibilidad. Porque hablar del reto demográfico supone hablar, primero, de flexibilizar el sistema, de tal manera que podamos poner a la persona en el centro de la cartera de servicios y que pueda solicitarlos de manera ágil en base a los cambios que van produciéndose a lo largo de su vida.
Hablar de reto demográfico es también hablar de calidad, sobre todo de poner la calidad en el centro del debate y no la titularidad del servicio; y hablar de reto demográfico es también hablar de libre elección de las personas, de dónde y cómo queremos ser cuidadas. Qué mejor indicador de calidad que la propia libertad de elección de las personas para poder cambiar de sitio o de servicio de prestación si no están recibiendo lo que requieren.
"Partimos de una ley infrafinanciada y con un planteamiento que se ha ido transformando con respecto a las necesidades actuales de cuidados".
- Los Presupuestos Generales del Estado destinarán, en 2023, 3.522 millones de euros para la atención a la dependencia, una partida que ha ido incrementándose desde que se inició la legislatura. ¿Supone esto una ventaja desde el punto de vista del sector o caben mejoras en la forma de utilizar ese presupuesto?
Toda aportación o incremento de partida presupuestaria es necesaria y es bienvenida, pero es insuficiente porque partimos de una ley infrafinanciada y con un planteamiento que, hoy por hoy, hemos visto que se ha ido transformando con respecto a las necesidades actuales de cuidados.
El ámbito de la cronicidad cada vez está más presente. Se invierte en sanidad para prevenir y, por tanto, luego habría que invertir de la misma manera en cuidar la cronicidad que, por otro lado, estamos generando con esa prevención.
Una vez una vez implementada una partida presupuestaria acorde a las necesidades actuales, sería necesario hacer una revisión para evitar duplicidad de costes en algunos casos, para valorar la integración de servicios que tienen un potencial mayor con respecto a la prestación del cuidado, incluso la calidad percibida por las personas.
Desde luego, en lo que sí tendríamos que avanzar es en que la ley de desindexación en las contrataciones públicas, que actualmente impide la revisión de los precios de los servicios, no tendría que ser de aplicación en unos servicios esenciales como son los cuidados.
"La colaboración público-privada debe tener un planteamiento que no sea cuestionado en base a procesos electorales".
- En este sentido, ¿en qué punto se encuentra la colaboración público-privada en cuando a la dependencia y los cuidados? ¿Qué líneas de actuación se proponen desde AESTE?
La colaboración público-privada es la red que genera el sistema de atención y cuidados en este país, ya sea a personas mayores o personas en situación de dependencia. Eso es lo que lo hace realmente potente. Por eso la colaboración público-privada debe tener un planteamiento que no sea cuestionado en base a procesos electorales, sino que realmente se entienda que a través de esa red podemos generar la mayor cantidad de opciones de elección para las personas.
Esta colaboración permite realmente llevar los servicios, tanto del ámbito domiciliario como residencial, a todas las partes del país, ya sea en entorno rural o en entorno urbano, y permite avanzar, innovar y llegar mucho más lejos. Eso sí, es necesario que ese trabajo se haga de común acuerdo para que la demanda social que tenemos hoy vea cumplidas las expectativas que se nos están reclamando.
- Usted ha destacado la importancia de alcanzar un pacto de Estado en políticas de cuidados a las personas mayores. ¿Se han iniciado ya acciones o campañas de incidencia política que dirijan hacia ese objetivo?
Se han iniciado, en primer lugar, con la unificación de los objetivos del sector; ese es el punto clave de partida. También se han iniciado diferentes reuniones con todos los grupos parlamentarios, precisamente para acercar planteamientos y posturas.
Es necesario un pacto de Estado porque una transformación en profundidad, como la que se requiere, debe tener una visión a largo plazo. Porque ahora mismo la demanda por parte de la sociedad civil, la cronicidad o el propio conocimiento que existe en materia sociosanitaria requieren, precisamente, de buscar alternativas en las maneras de atender a las personas a través del sistema.
Tenemos que buscar esa flexibilidad y esa financiación adecuada. Debemos además atraer profesionales al sector, un sector que genera riqueza y que requiere de ese pacto de Estado para tener una visión a largo plazo.
"Sin abordar el reto de la falta de profesionales, pedir un nuevo modelo de cuidados genera unas expectativas difíciles de cumplir".
- En los últimos años se viene hablando de un cambio de modelo residencial y asistencial. ¿Cuáles serían las principales características y aspectos concretos en los que incide ese rediseño y en qué medida se está avanzando hacia su implementación?
No se trata de un modelo o un rediseño, es más bien un acuerdo de acreditación que establece unas bases en las que se refleja, por ejemplo, un incremento de ratios de personal, del número de plazas individuales en los centros residenciales o que tengan que existir unidades de convivencia. Pero no se habla de metodología de trabajo, no se habla de intervención, no se habla de planes de cuidados.
Este acuerdo de acreditación lo que recoge son una serie de medidas que, hoy por hoy, suponen un incremento de costes. Si este incremento no es financiado por la administración pública va a producir es una mayor presión económica en los bolsillos de los familiares, de las personas usuarias o de las administraciones autonómicas, con lo cual, este es un punto a aclarar porque no avanza en ese concepto de transformación que se requiere, al igual que no aborda el reto que tenemos ante la falta de profesionales en este país en el sector sociosanitario.
Por este motivo insistimos desde AESTE en poner en valor nuestro sector, tanto social como económicamente hablando. Sin abordar el reto de la falta de profesionales, pedir un nuevo modelo de cuidados al final genera unas expectativas difíciles de cumplir.
Es preferible hacer un planteamiento más realista, más cercano al día a día, a los hándicaps que tenemos, que generar en la sociedad civil unas expectativas que sabemos que no se pueden cumplir en el corto plazo.
- ¿Cómo se aplicaría ese modelo de cuidados en el entorno rural, donde se hace mucho más más evidente el proceso de envejecimiento demográfico y donde se pueden hacer más patentes las carencias en cuanto a asistencia sociosanitaria?
Abordar con un mismo planteamiento la diversidad de contextos que tenemos en nuestro país es olvidar las bondades que tienen, precisamente, esos diferentes contextos y, a su vez, las dificultades que puede tener también implementar ese modelo de cuidados genérico.
Poner el foco en la calidad de la prestación y la libre elección nos permitirá establecer un sistema mucho más accesible, que no necesita un modelo regulatorio más allá de asegurar el que las personas realmente puedan recibir, en el entorno donde vivan, el mejor recurso adecuado a sus necesidades.
- ¿Qué nivel de implementación del modelo AICP (Atención Integral y Centrada en la Persona) cree que existe actualmente en los servicios para la dependencia?
Es verdad que, aunque en los últimos años se ha hecho más relevante porque se le ha dotado de una metodología mayor, la atención centrada en la persona no es algo nuevo. Todos los que nos hemos dedicado a trabajar directamente en los servicios siempre hemos tratado de adecuar al máximo las preferencias individuales de cada persona a los medios, a los recursos, a los profesionales y a la propia organización del servicio.
Si bien es cierto que ahora mismo nos encontramos con un reto por delante, porque muchas veces estamos hablando de atención centrada en la persona y nos encontramos con conflictos con ciertas medidas y acuerdos normativos respecto al funcionamiento de los servicios, e incluso con sanciones a algunos centros por las inspecciones. En definitiva, a mayor intento regulatorio o de injerencia en ese sentido, menor capacidad para flexibilizar y hacer una atención centrada en la persona.
"Apostar por este sector es apostar por su transversalidad".
- Respecto a los profesionales de los cuidados, ¿en qué punto se encuentra actualmente el Convenio Marco Estatal de Servicios de Atención a las Personas Dependientes? ¿Qué medidas son necesarias para mejorar las condiciones laborales de estos trabajadores y, sobre todo, para conseguir cubrir su creciente demanda?
El Convenio actual se encuentra vigente, pero en ultraactividad y con líneas abiertas de negociación para buscar alternativas mediante el diálogo entre todos los agentes sociales. Todos coincidimos, cuando hablamos de este sector, en que hablamos también de todas las organizaciones que estamos vinculadas, entre ellas las sindicales. Actualmente compartimos el mismo objetivo de poner también en valor económico a los profesionales de ese sector.
Mientras esto se produce, seguimos demandando y reclamando esa mayor y mejor financiación, precisamente para mejorar esas condiciones económicas que estamos buscando entre todos. De no hacerlo así, al final el sistema estará muy cerca del colapso.
Realmente apostar por este sector es apostar por su gran transversalidad. Cuando hablas de sistema de cuidados estás hablando de salud, de servicios sociales, de ciencia, de educación, de empleo, de mujer, de políticas migratorias…
Por eso hablamos también de ese pacto de Estado. Alguien con una visión a largo plazo que quiera apostar por las políticas migratorias, por la educación, por el empleo o por la salud tiene que apostar también por el sector de los cuidados. Con lo cual, resuelta la parte de negociación más al uso, en lo que tenemos que avanzar es precisamente en tener una visión muchísimo más amplia, más transversal, que aborde temas de calado a largo plazo y con la financiación suficiente para que todo ello encaje.
"En estos 20 años hemos crecido, hemos aprendido, nos hemos transformado, hemos llorado, hemos sufrido, hemos hablado y hemos reflexionado".
- ¿Qué balance puede hacer de los 20 años desde que se fundó AESTE? ¿En qué aspectos se han producido los principales avances y cuál es su proyección de cara al futuro?
Es un balance absolutamente positivo. En estos 20 años hemos crecido, hemos aprendido, nos hemos transformado, hemos llorado, hemos sufrido, hemos hablado y hemos reflexionado.Eso nos ha hecho crecer y, además, abrir las puertas a la heterogeneidad del sector. Es un sector con entidades muy diversas y en AESTE ahora mismo tenemos la representación de esa realidad heterogénea a través de toda la cartera de servicios. Esto nos permite aportar alternativas buenas y sostenibles en el tiempo para mejorar el sistema de atención actual.
Los próximos 20 años los afrontaremos con la misma ilusión, la misma vocación, la misma profesionalidad y con esa carga de profundidad que queremos trasladar para que realmente transformemos, en el medio y largo plazo, ese futuro que será, además, el de cada uno de nosotros.