La Red Española de Desarrollo Rural (REDR) y Redeia (antes Grupo Red Eléctrica), acaban de poner en marcha el proyecto Oficios en Red, cuyo objetivo es promover la artesanía como herramienta para frenar la despoblación y diversificar la actividad económica del medio rural. La iniciativa busca generar nuevas oportunidades de negocio para los artesanos de oficios ancestrales vinculados a los tejidos, alfarería, cuero o bordados.
En el trasfondo de este proyecto subyace la intención de REDR y Redeia de revertir la situación por la que atraviesa el medio rural español y, en especial los oficios artesanales. “Los talleres artesanos son, hoy por hoy, uno de los mejores antídotos contra la despoblación en el medio rural ya que permiten fijar población, promover la diversificación laboral y ofrecer a los jóvenes una salida profesional de la mano de la sostenibilidad”, señala Secundino Caso, presidente de REDR.
Desde Redeia, grupo empresarial comprometido con la lucha contra la desigualdad en el medio rural y con una importante presencia en todo el territorio español, Antonio Calvo Roy, director de Sostenibilidad del grupo, añade que “en nuestros pueblos abunda un saber hacer ancestral que reúne grandes dosis de talento, de respeto al medioambiente y a un estilo de vida saludable". "Apoyar los oficios artesanos es abogar por la revitalización y el desarrollo sostenible, justo e inclusivo de nuestros pueblos”, sostiene.
Auge de la tendencia slow fashion
La tendencia slow fashion ha hecho de la tradición su credo. Hoy la artesanía abre un futuro a la moda y esta a su vez a la artesanía. La estética rústica se está imponiendo en las últimas temporadas y es un hecho que las firmas de moda se pronuncian cada vez más a favor de oficios manuales como valor añadido a sus creaciones en aras a la sostenibilidad.
“Nunca pensamos que las tinajas de gran tamaño que fabricamos para bodegas y paisajistas se convertirían un día en elementos decorativos en los escaparates de marcas como Loewe o Zara Home. Mis antepasados antes sobrevivían con este oficio. Hoy, mis hermanos, mi hijo y yo podemos vivir cómodamente de la alfarería”, señala Antonio Moreno, tinajero de Torrejoncillo (Cáceres), con más de diez generaciones de tradición alfarera a sus espaldas. Él es uno de los artesanos que participan en el proyecto.
María José González, de Montehermoso (Cáceres), también participa en Oficios en Red. Hoy es la única artesana en el mundo que realiza la gorra de Montehermoseña con la que salían al campo y se tocaban para las fiestas las vecinas de esta localidad. Las realiza con paja de centeno que ella misma planta en su huerto, seca y luego trenza para coser después, a mano, los adornos a base de lanas, telas, botones y lentejuelas, como hacia su bisabuela. Sus creaciones han sido portada de Vogue y han desfilado en dos ocasiones en la Fashion Week de Madrid de la mano de Marina Conde, diseñadora de La Condesa, y del diseñador extremeño Miguel Becer, creador de ManéMané.
Otro de los artesanos que se ha unido al proyecto de REDR y Redeia es Alejandro Roso. Zapatero también de Torrejoncillo, trabaja para poder cumplir con la producción de botas y zapatos que han encargado a su taller grandes firmas del calzado. “Voy a tener que contratar tres aprendices porque, en este momento, mi hermano y yo no damos abasto”, confiesa.
El medio rural ofrece un espacio idóneo para la actividad artesana, por la cercanía con los recursos naturales y los métodos tradicionales de producción, más sostenibles. Isabel Álvarez, 58 años, Mazcuerras (Cantabria), estudió y trabajó en Madrid durante más de 20 años para regresar después a su tierra natal y montar su propio taller. Es la única artesana en el mundo que realiza bolsos, complementos, muebles y objetos de decoración utilizando piel, con pelo, de la vaca tudanca. “Soy artesana de primera generación, mis padres emigraron del campo a la ciudad, aunque luego volvieron. Yo he aprendido de los mejores. Me encantaría que un diseñador pusiera los ojos en mis creaciones que son todo un homenaje a esta raza de vacas autóctona de Cantabria”, afirma.
Apoyo de los diseñadores de moda e interioristas
La industria de la moda es hoy por hoy la segunda más contaminante del mundo. La tendencia del consumo rápido ha pasado de hacer dos a 50 colecciones al año. El 80% de la ropa que se descarta en todo el mundo termina en vertederos porque no ha sido pensada ni para durar ni para reutilizarse. Sus modelos estandarizados son idénticos en todo el mundo.
En contraposición, la artesanía apuesta por el cuidado del detalle, la calidad de los materiales y la manufactura personalizada. Los productos están hechos a conciencia por manos expertas que acumulan toda la de experiencia de sus antepasados. Su producción es ética y sostenible. El resultado son piezas únicas y originales que no se encuentran en otros lugares.
De ahí que algunos diseñadores se hayan sensibilizado con esta nueva tendencia. Entre ellos figura Moisés Nieto, que no solo utiliza complementos artesanales en sus colecciones, sino que, además, ha impulsado una plataforma de mujeres artesanas, La Hacería, para poner en contacto a diseñadores y artesanos.
Los hay que han instalado sus talleres en pueblos que antaño tuvieron una tradición textil como es el caso de Sergio de Lázaro, creador de la marca Otrura, en la localidad de Moral de Calatrava (Ciudad Real). Otros como Leandro Cano, Ernesto Naranjo, Palomo Spain y Nicolás Montenegro han convertido sus pueblos de origen en localizaciones para sus shooting. Algunos de ellos han fijado en ellos su residencia habitual. Todos utilizan las manos expertas de las costureras que les han visto nacer para hacer algunas de sus producciones más complejas.
También el mundo del interiorismo, la decoración y la arquitectura vuelve su mirada a la artesanía. Tal es el caso del interiorista internacional y fundador del Estudio Caramba, Tomás Alía. Incluso algunas grandes firmas han apostado por organizar Ferias de Artesanía online o por lanzar colecciones cápsula limitadas realizadas por artesanos. Una tendencia, sin duda, que gana adeptos día a día.