
Modular y equipada con las tecnologías y diseños españoles más punteros. Así es Room 2030, una habitación de hotel cuyos promotores lanzan con el fin de contribuir al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en los que se basa la Agenda 2030 de la ONU, de ahí su nombre.
Los responsables de este proyecto esperan tener listo para su uso este tipo de habitación a lo largo de 2020. Los viajeros que deseen probar cómo se descansa en Room 2030 pueden hacerlo en el Hotel Palacio de Avilés, en la localidad asturiana del mismo nombre, que ha instalado un prototipo y prevé ampliar sus instalaciones utilizando este sistema modular.
Ecológica y confortable
Para hacer que la habitación sea respetuosa con los ODS, el consorcio que impulsa el proyecto, liderado por ArcelorMittal, ha incorporado elementos como un sistema para controlar el consumo del agua y un innovador inodoro sin cisterna de la firma Roca; acristalamientos de gran capacidad aislante de temperatura, ruidos e impacto aportados por Saint-Gobain así como cortinas ultrafinas metálicas que ayudan a controlar el gasto energético diseñadas por Ecus.
ArcelorMittal, Saint Gobain, Roca, Ecus o Geopannel son algunas de las empresas españolas que participan en el proyecto
También se ha cuidado al máximo la comodidad para el usuario, buscando al mismo tiempo el mínimo impacto medioambiental en piezas clave para el descanso del viajero como por ejemplo las camas, fabricadas también por Ecus con fibras plásticas obtenidas a partir de residuos rescatados del mar por pescadores españoles. Además, para el aislamiento de este espacio se ha utilizado algodón reciclado de la industria textil española, realizado por Geopannel.
Pero, sobre todo, se ha tenido en cuenta que las tecnologías de las que dispone Room 2030 sean de fácil uso. "Queremos que el cliente no se vuelva loco buscando el chorro del agua o tenga que llamar a recepción porque no sabe regular el aire acondicionado", subraya Carlos Antuña, propietario del Hotel Palacio de Avilés, un establecimiento que, al encanto de estar ubicado en un edificio histórico que fue residencia del Marqués de Ferrer en el siglo XVII, suma ahora las últimas tecnologías para reducir su huella medioambiental.