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Según un análisis de MainStreet Partners

¿Qué desafíos y oportunidades de la Taxonomía de la Unión Europea se presentan ante el sector bancario?

Las implicaciones de la obtención de datos de la Taxonomía de la Unión Europea para los bancos son amplias y afectan al cumplimiento de la normativa, la gestión de riesgos, los procesos operativos, la dirección estratégica y los resultados financieros. Desde enero de 2023, la presión ha aumentado para el sector, ya que las entidades financieras han tenido que informar no sólo sobre la elegibilidad de sus actividades, sino también sobre la alineación con los criterios de la Taxonomía para los dos objetivos relacionados con el clima (mitigación y adaptación).

Los bancos deben informar sobre indicadores clave relacionados con el alineamiento a la Taxonomía de la Unión Europea.
Los bancos deben informar sobre indicadores clave relacionados con el alineamiento a la Taxonomía de la Unión Europea.

Los bancos tenían que revelar en qué medida sus actividades cumplían los criterios técnicos de selección establecidos en la Taxonomía para estos objetivos. Pero, a partir de enero de 2024, los requisitos de información se ampliaron para cubrir los cuatro objetivos medioambientales restantes del Reglamento sobre la Taxonomía de la Unión Europea: uso sostenible y protección de los recursos hídricos y marinos; transición a una economía circular; prevención y control de la contaminación; y protección y restauración de la biodiversidad y los ecosistemas.

Y con la introducción de la Directiva sobre Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD), la presentación de informes se ampliará tanto en alcance como en granularidad, algo que aplica desde 2024 a las empresas que ya estén sujetas a la Directiva sobre información no financiera (NFRD).

En 2025, las grandes empresas no sujetas con anterioridad a la NFRD, empezarán a informar sobre el ejercicio 2024 y, en 2026, las pequeñas y medianas empresas que cotizan en bolsa tendrán que empezar a informar sobre el ejercicio actual.

Indicadores clave

En este sentido, los bancos deben asegurarse de que informan sobre estos indicadores clave relacionados con el alineamiento a la Taxonomía de la Unión Europea: activos elegibles y alineados con la Taxonomía; indicadores clave de rendimiento (KPI); e información sobre riesgos y oportunidades.

Según Simone Gallo, director general de MainStreet Partners, “la capacidad de manejar e integrar de forma eficaz los datos de Taxonomía de la Unión Europea será crucial para que los bancos sigan siendo competitivos y cumplan la normativa en un panorama financiero en evolución que prioriza cada vez más la sostenibilidad”.

La Unión Europea seguirá posicionando la Taxonomía como elemento clave para dirigir el capital hacia actividades que apoyen los objetivos climáticos y medioambientales, una labor en la que los bancos deberán cumplir las siguientes normas:

1. Cumplimiento regulatorioLos bancos deben revelar la sostenibilidad medioambiental de sus posiciones, en particular, en el marco del SFDR y el NFRD. El acceso a datos precisos de la Taxonomía de la UE es crucial para cumplir estas obligaciones de reporting. El incumplimiento puede acarrear daños reputacionales, sanciones reglamentarias y pérdida de confianza por parte de los inversores.

Los bancos también deben reunir datos suficientes sobre sus carteras para cumplir con estos requisitos, siendo éste un ejercicio complejo.

Además, con las nuevas divulgaciones viene el riesgo adicional de ser acusado de greenwashing, pero el uso adecuado de los datos de la Taxonomía ayuda a los bancos a ser transparentes sobre qué inversiones se alinean realmente con los criterios de la Taxonomía, protegiéndolos, en última instancia, de riesgos legales y reputacionales.

2. Gestión de riesgos y asignación de capital. Los datos de la Taxonomía proporcionan información sobre los riesgos medioambientales asociados a diversas actividades económicas. Esto ayuda a los bancos a integrar los riesgos medioambientales y climáticos en sus marcos de gestión de riesgos, mejorando su capacidad para gestionar el riesgo crediticio y la exposición a sectores perjudiciales para el medioambiente.

Los bancos pueden utilizar estos datos para dirigir el capital hacia actividades sostenibles. A medida que los inversores y los clientes demanden más opciones de financiación sostenible, los bancos que incorporen eficazmente estos datos estarán mejor posicionados para asignar recursos a proyectos ecológicos y beneficiarse del creciente mercado de bonos verdes.

3. Alineación estratégica con la financiación sostenible. Los bancos deben alinear cada vez más sus estrategias con objetivos de sostenibilidad, incluidos los objetivos de descarbonización. Los datos de la Taxonomía de la Unión Europea ayudan a identificar sectores y empresas que ya están alineados o en transición hacia la sostenibilidad.

El acceso a datos alineados con la Taxonomía permite a los bancos desarrollar y ofrecer productos financieros sostenibles como, por ejemplo, bonos verdes, préstamos o financiación vinculada a la sostenibilidad. Esto puede ser un diferenciador competitivo a medida que crece la demanda de estos productos.

4. Impacto en el coste del capital. Con el tiempo, los reguladores podrían utilizar el cumplimiento de la Taxonomía para ajustar los requisitos de capital de los bancos. De este modo, las actividades alineadas con la Taxonomía podrían recibir una ponderación de riesgo favorable, reduciendo los requisitos de capital para los préstamos verdes, mientras que las actividades no conformes podrían ver incrementados sus costes.

Como resultado, los bancos que demuestren un fuerte compromiso con las finanzas sostenibles, proporcionando datos claros y transparentes de la Taxonomía de la Unión Europea, deberían atraer a los inversores preocupados por las cuestiones ESG, lo que podría llevar a un coste de capital potencialmente más bajo.

5. Ventaja competitiva. Los bancos que sean pioneros en la adopción de la Taxonomía y dominen su manejo se situarán en mejor posición. Serán vistos como líderes en finanzas sostenibles, lo que puede mejorar su reputación y atraer a un segmento creciente de clientes e inversores concienciados con el medioambiente.