
Una bolsa de plástico puede tardar siglos en desaparecer, pero solo unos segundos en llegar al mar. Cada 3 de julio se celebra el Día Internacional sin Bolsas de Plástico, una fecha que busca concienciar sobre el impacto de estos productos en el medio ambiente. A pesar de los esfuerzos por reducir su uso, en España aún se consumen 144 bolsas por habitante al año, lo que equivale a 6.624 millones de bolsas en todo el país, según datos de Greenpeace. En la Unión Europea, el consumo anual asciende a 100.000 millones de bolsas, muchas de las cuales terminan en océanos y ríos, contribuyendo a la contaminación por microplásticos.
En 2022, y según datos de Eurostat, cada habitante de la UE consumió una media de 66,6 bolsas de plástico ligeras (LPCB, por sus siglas en inglés), lo que supone una reducción de 10,8 bolsas (-14 %) por persona respecto a 2021. En total, estaríamos hablando de 29.800 millones de bolsas plásticas ligeras consumidas en 2022 en todo el continente, lo que supone una disminución de 4.700 millones respecto al año anterior.
En España aún se consumen 144 bolsas por habitante al año, lo que equivale a 6.624 millones de bolsas en todo el país
Las bolsas de plástico de un solo uso tardan décadas en degradarse y liberan fragmentos de microplásticos que afectan la biodiversidad. Estudios recientes han demostrado que estos residuos no solo contaminan el agua, sino que también se han detectado en la atmósfera, lo que significa que literalmente llueve plástico en todo el mundo.
El explorador de National Geographic y biólogo marino Manu San Félix ha sido uno de los principales defensores de la lucha contra la contaminación plástica en el Mediterráneo. En una entrevista reciente afirmó que “el plástico está en todas partes. Lo encontramos en los fondos marinos, en los peces que consumimos y ahora en el aire que respiramos. Si no actuamos de inmediato, el daño será irreversible."
¿Cuánto tarda en descomponerse una bolsa de plástico?
Las bolsas de plástico de un solo uso pueden tardar entre 100 y 500 años en degradarse completamente. Sin embargo, su descomposición no significa que desaparezcan, sino que se fragmentan en partículas más pequeñas, conocidas como microplásticos, que contaminan el agua, el suelo y el aire.
Un informe de la Revista Española de Salud Pública advierte que los microplásticos pueden actuar como vehículos de contaminantes tóxicos, como metales pesados, pesticidas y disruptores endocrinos, aumentando su impacto en la salud humana. Además, estudios han demostrado que estos residuos han sido detectados en agua potable, alimentos y hasta en la sangre humana, lo que plantea serias preocupaciones sobre sus efectos a largo plazo.
Amenaza ambiental
El plástico se ha convertido en una amenaza ambiental sin precedentes. En España, más de un millón de toneladas de residuos plásticos han invadido el Mediterráneo, y cada año se arrojan 200.000 toneladas más, el equivalente a 500 contenedores de transporte al día. A pesar de las regulaciones y campañas de concienciación, el país sigue siendo el segundo mayor contaminador de plástico en el Mediterráneo, solo por detrás de Turquía.
Pero el problema no solo afecta los océanos. Un estudio reciente publicado en Science of the Total Environment ha revelado que los microplásticos están presentes en el aire de las principales ciudades españolas, incluyendo Madrid, Barcelona y Vigo. Estos fragmentos invisibles de plástico, que provienen de la degradación de bolsas, envases y textiles sintéticos, están literalmente lloviendo sobre nosotros, afectando la calidad del aire y la salud pública.
Cada año se arrojan al Mediterráneo 200.000 toneladas más, el equivalente a 500 contenedores de transporte al día
Al respecto, en diversos medios el biólogo y experto en contaminación hídrica Carlos Edo Cuesta ya ha advertido que "hasta ahora, sabíamos que los microplásticos estaban en los océanos y en el agua potable, pero este estudio demuestra que también los estamos respirando. Es una crisis ambiental silenciosa que apenas estamos empezando a comprender".
Siete consejos para eliminar las bolsas de plástico
Eliminar las bolsas de plástico del día a día es una medida sencilla pero poderosa para reducir el impacto ambiental. Adoptar hábitos más sostenibles en la compra y el transporte de productos puede contribuir significativamente a disminuir la generación de residuos. A continuación, se presentan siete recomendaciones prácticas para reducir el uso de bolsas plásticas y fomentar alternativas más responsables.
- Llevar siempre una bolsa reutilizable. Las bolsas de tela, rafia o materiales reciclados pueden durar años y evitar el desperdicio de miles de bolsas plásticas. Tener una siempre contigo ayuda a reducir la demanda de nuevas bolsas en supermercados y tiendas.
- Reutilizar las bolsas. Hay que usar las bolsas de plástico que cada ciudadano tiene en casa varias veces antes de deshacerse de ellas. También pueden servir para almacenar ropa, proteger documentos o como bolsas de basura.
- Evitar las bolsas biodegradables de un solo uso. Aunque parecen ecológicas, muchas siguen generando residuos y pueden tardar años en degradarse. Además, algunas solo se descomponen en microplásticos, perpetuando la contaminación.
- Comprar a granel. Es recomendable optar por tiendas que vendan productos sin envase y llevar los propios recipientes reutilizables. Así se evitarán no solo bolsas plásticas, sino también envoltorios innecesarios.
- Usar mochilas o carritos de compra. Estos son alternativas prácticas para transportar las compras sin necesidad de bolsas de plástico. Son resistentes, permiten distribuir el peso mejor y ayudan a reducir el consumo innecesario de plástico.
- Apoyar negocios que eliminan bolsas de plástico. Cada vez más establecimientos están eliminando las bolsas plásticas o ofreciendo alternativas ecológicas. Optar por estos negocios contribuye a la reducción del consumo de plástico y promueve cambios sostenibles en la industria.
- Convertirse en un ejemplo. Fomentar buenas prácticas entre familiares y amigos puede marcar la diferencia. Explicar el impacto ambiental del plástico y compartir alternativas sostenibles ayuda a generar conciencia y acción.