Pasar al contenido principal
Centradas en la lucha contra el cambio climático

McKinsey identifica siete tendencias clave para acelerar el crecimiento inclusivo y sostenible

McKinsey & Company ha identificado las principales tendencias que pueden ayudar a acelerar el crecimiento inclusivo y sostenible en todo el mundo. La consultora ha preparado para la COP26, que se celebra hasta el próximo 12 de noviembre en Glasgow (Reino Unido), una serie de mesas redondas sobre temas como estrategia cero neto, desarrollo de negocios ecológicos o inversión sostenible, entre otros.

La caída de los costes ayudará a acelerar la adopción generalizada de fuentes de energía renovables.
La caída de los costes ayudará a acelerar la adopción generalizada de fuentes de energía renovables.

En líneas generales, McKinsey & Company ha observado una progresiva caída de costes en la adopción de fuentes de energías renovables que puede ayudar a un uso más generalizada. Sin embargo, también resalta que, incluso cumpliendo con cada una de las promesas climáticas actuales, el mundo puede quedar por debajo del objetivo de cero emisiones netas.

Además, la firma de consultoría de gestión global, comprometida a ayudar a las instituciones de los sectores privado, público y social a alcanzar un éxito duradero, subraya que un mercado voluntario de créditos de carbono permitirá que estos compensen las emisiones que las entidades no pueden eliminar por otros medios.

Y, al mismo tiempo, ha puesto de relieve que la conservación de la naturaleza tiene un potencial de creación de PIB de entre 300.000 y 500.000 millones de dólares y 30 millones de puestos de trabajo en ecoturismo y pesca sostenible.

De este modo, las siete tendencias identificadas por la consultora McKinsey & Company son las siguientes: la caída de los costes ecológicos, la descarbonización de los sectores difíciles de mitigar, la evaluación del carbono, los nuevos modelos de la financiación climática, la transición en Alemania, la conservación de la naturaleza y, por último, la adaptación climática.

Costes ecológicos y descarbonización

En relación a la adopción de las fuentes de energía renovables, la compañía señala que ya se ha registrado un gran cambio y que se han adoptado fuentes de energía como la eólica, la solar y el hidrógeno. Dentro de esta tendencia, subraya una progresiva caída de costes que puede ayudar a acelerar el cambio hacia una adopción más generalizada.

En este sentido, pone de relieve el efecto no lineal de la reducción de costes y el hecho de que, en las nuevas tecnologías, estos son más altos que los de las tecnologías heredadas y, por lo tanto, su adopción todavía es baja. Sin embargo, también advierte que, una vez que los costes caigan hasta una paridad y por debajo, el cambio se acelerará rápidamente.

Y en cuanto a la descarbonización de sectores difíciles de mitigar, McKinsey & Company apunta que el mundo puede quedar por debajo del objetivo de cero emisiones netas, aunque se cumplan cada una de las promesas climáticas actuales. Por ello, recalca la consultora, es importante resolver la ecuación de cero neto, particularmente en sectores difíciles de reducir, tales como aviación, transporte marítimo y acero. Y, en este sentido, indica que es necesaria una colaboración entre los sectores público y privado.

Valoración de carbono y financiación climática

Los mercados de carbono son una de las áreas que centrarán el debate durante esta COP26 y otra de las tendencias clave identificadas por la consultora. En este caso, resalta el hecho de que, en la actualidad, las organizaciones están analizando activamente la manera de hacer la transición de sus negocios a través de acciones como ajustar carteras, reducir las emisiones y desarrollar nuevos negocios.

En este ámbito concreto, McKinsey & Company subraya que un mercado voluntario de créditos de carbono permite que los créditos de carbono compensen las emisiones que las entidades no pueden eliminar por otros medios.

Y en relación a los nuevos modelos de financiación climática, advierte que la clave de la transición hacia una economía cero neto reside en que más países lancen o extiendan las ambiciones de sus contribuciones nacionales o planes nacionales sobre el clima y en que más empresas se comprometan a alcanzar objetivos de cero neto y otros objetivos basados en la ciencia.

La transición de Alemania

McKinsey & Company también destaca como tendencia clave para acelerar el crecimiento inclusivo y sostenible la nueva edición de la Ley alemana de Protección del Clima, aprobada el pasado verano y que fija el objetivo nacional de alcanzar la neutralidad climática para 2045.

La compañía afirma que Alemania, como la mayor economía nacional de Europa y principal exportadora, ejerce un rol esencial en la transformación del continente hacia la neutralidad climática. Y, además, apunta que, aunque el país se encuentra en una posición de partida sólida, nada de esto será posible sin acciones concretas, específicamente en los cinco sectores con mayor uso intensivo de emisiones: energía, industria, transporte, edificios y agricultura.

Conservación de la naturaleza y adaptación al clima

Las dos últimas tendencias identificadas por McKinsey & Company aluden a la conservación de la naturaleza y la adaptación al clima. En cuanto a la primera de ellas, la organización afirma que mantener el planeta por debajo de los 1,5º de incremento de la temperatura con respecto a los valores preindustriales no se podrá alcanzar sin realizar grandes inversiones en la naturaleza.

En este contexto, señala que esta conservación de la naturaleza tiene un potencial de creación de PIB de entre 300.000 y 500.000 millones de dólares y 30 millones de puestos de trabajo en ecoturismo y pesca sostenible, así como una mejora significativa para las comunidades rurales y remotas. Además, advierte que, aunque la tecnología puede desempeñar un papel muy importante en la descarbonización, gran parte de ella tardará años en escalarse.

Y, en relación a la adaptación climática, una tendencia que la consultora considera de vital importancia, advierte que las investigaciones han demostrado que los riesgos físicos relacionados con el clima seguirán aumentando, independientemente de los progresos que hagamos en materia de reducción de emisiones. Sin embargo, también pone de relieve el mayor entusiasmo sobre la adaptación al cambio climático, en parte, porque cada vez es más palpable el impacto de los peligros físicos.