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Según un informe de EIT Urban Mobility

Las zonas restringidas al tráfico en las ciudades europeas aumentan un 40% en tres años

Así lo recoge el informe ‘Regulación de acceso de vehículos urbanos: del diseño a la aplicación’, elaborado por EIT Urban Mobility, una iniciativa del Instituto Europeo de Innovación y Tecnología (EIT), y en el que ha colaborado Abertis Mobility Services. La publicación examina los casos de éxito de ciudades como Barcelona y Milán y hace una serie de recomendaciones para la correcta implantación de estos modelos.

Las zonas restringudas al tráfico han pasado de las 228 de 2019 a las 320 de 2022.
Las zonas restringudas al tráfico han pasado de las 228 de 2019 a las 320 de 2022.

Muchas ciudades españolas y europeas se enfrentan a los problemas de contaminación y calidad del aire que provoca el tráfico de vehículos, responsable del 23% de las emisiones de gases de efecto invernadero. La nueva Ley de Cambio Climático y Transición Energética exige a los municipios de más de 50.000 habitantes tener Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) implantadas antes de 2023.

En este contexto, el estudio ‘Regulación de acceso de vehículos urbanos: del diseño a la aplicación’, elaborado por EIT Urban Mobility, una iniciativa del Instituto Europeo de Innovación y Tecnología (EIT), analiza los casos de éxito de ciudades como Londres, Milán y Barcelona.

El informe, desarrollado en colaboración con Abertis Mobility Services (AMS), destaca el importante papel que tiene la Regulación de Acceso de Vehículos Urbanos o UVAR (por sus siglas en inglés) para reducir la contaminación atmosférica y mejorar la calidad del aire, disminuir la congestión y mejorar la seguridad vial. Y, además, demuestra la necesidad de orientación a nivel nacional y de la Unión Europea para mostrar las mejores prácticas con el fin de cumplir los objetivos de cero emisiones netas para 2050.

En concreto, el documento pretende contextualizar el creciente número de UVAR en Europa a medida que la preocupación por el clima y el medioambiente adquiere mayor importancia para los habitantes de las ciudades. Así, las zonas con restricciones al tráfico de vehículos en las ciudades europeas han aumentado un 40% en los últimos tres años, pasando de 228 en 2019 a 320 en 2022.

Según Maria Tsavachidis, CEO de EIT Urban Mobility, “las normativas sobre el acceso de los vehículos urbanos están resultando cruciales para las ciudades en su camino hacia la movilidad cero emisiones en toda Europa y fuera de ella. El creciente número de iniciativas diversas, como las zonas de bajas emisiones, las zonas de cobro por congestión y otras, exigen la participación activa de las partes interesadas y los ciudadanos, así como la comunicación adecuada de los objetivos de estos modelos. Este estudio de buenas prácticas pretende mostrar las soluciones que funcionan, de forma que sirva de aprendizaje a otros países y conduzca a una mayor aceptación y a un cambio sostenible para nuestras ciudades”

Y tal y como explicó Christian Barrientos, director general de Abertis Mobility Services, "el despliegue de zonas de bajas emisiones es un primer paso para reducir la contaminación y mejorar la calidad del aire en las ciudades. Sin embargo, una vez que todos los coches se hayan renovado por vehículos eléctricos y más limpios, la congestión del tráfico reaparecerá".

Ciudades más atractivas y habitables

Además de reducir la contaminación atmosférica y la congestión, las zonas de restricción de tráfico aumentan el atractivo de las ciudades y mejoran la habitabilidad en las zonas urbanas mediante la gestión del espacio público.

Milán y Barcelona son buenos ejemplos de una clara identificación de los objetivos y la medición del impacto. Reducir el número de vehículos privados es a menudo un objetivo asociado a las Zonas de Bajas Emisiones, en cuyo caso es adecuado pasar de ZBE al cargo por congestión para tener un impacto positivo: estimula el cambio modal, además de reducir la contaminación.

En el caso de Milán, este modelo ha permitido reducir en un 38,5% los viajes diarios, más modelos eléctricos e híbridos y, de este modo, reducir significativamente las emisiones. La propia ciudad decide cómo se gasta el dinero recaudado, destinando el 75% a mejorar las UVAR y el otro 25% a financiar proyectos de movilidad urbana sostenible ese año.

En Barcelona, la ZBE que abarca toda la ciudad restringirá gradualmente el acceso de los vehículos más contaminantes. Las medidas se aplican a los vehículos en función de su etiqueta ambiental asignada por el ministerio español. Junto con la ZBE, la iniciativa de supermanzanas asegura una mejor calidad del aire y garantiza el derecho a una buena salud en la ciudad. Desde enero de 2021, la ZBE ha impulsado la renovación de la flota en Barcelona, con solo un 2% de vehículos que no cumple con los requisitos de bajas emisiones.