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Informe de la Universidad de las Naciones Unidas

Las catástrofes de 2021 causaron casi 10.000 muertes y unas pérdidas de más de 280.000 millones de dólares

Un informe de la Universidad de las Naciones Unidas ha revelado que, durante el año 2021, las catástrofes causaron la pérdida de unas 10.000 vidas humanas y más de 280.000 millones de dólares en daños en todo el mundo.

Además se propone ocho soluciones para prevenir una serie de riesgos ante catástrofes
Además se propone ocho soluciones para prevenir una serie de riesgos ante catástrofes

La Universidad de las Naciones Unidas analiza en el estudio ‘Interconnected Disaster Risks 2022’ diez catástrofes ocurridas el pasado año con el fin de determinar las causas de fondo y los factores que provocan las catástrofes. Y, además, a modo de conclusión, propone ocho soluciones que pueden prevenir o reducir una serie de riesgos ante catástrofes. Las mismas varían entre dejar actuar la naturaleza, innovar, mejorar la colaboración, establecer redes de seguridad para proteger a las personas, modificar los patrones de consumo, aumentar la capacidad de las instituciones, planificar los riesgos y, por último, potenciar las alertas tempranas.

De igual forma, el informe destaca que, al identificar los factores que provocan las catástrofes, como la deforestación o la urbanización, se puede disminuir el riesgo de catástrofes antes de que estas ocurran.

Tal y como declaró el doctor Jack O’Connor, científico principal de la Universidad de las Naciones Unidas y autor principal del informe, “la buena noticia es que, al igual que las catástrofes están interconectadas, también lo están las soluciones”.

En la misma línea, O´Connor apuntó que “un tipo de solución puede prevenir o reducir varios riesgos de catástrofe diferentes y, gracias a nuestra investigación, pudimos identificar soluciones que permiten prevenir o reducir drásticamente los efectos de las catástrofes y ayudarnos a salvar vidas y evitar costosos daños”.

Identificar los factores

El informe, asimismo, demuestra que, observando bajo la superficie e identificando los factores que provocan las catástrofes, como la deforestación o la urbanización, podemos disminuir el riesgo de catástrofes antes de que se produzcan.

A modo de ejemplo, el análisis señala que la deforestación provoca la erosión del suelo, ya que la falta de árboles y raíces suponen una falta de protección contra el viento y la lluvia y que el suelo sea fácilmente arrastrado por el agua o el viento.

Esta situación crea las condiciones ideales para que se produzcan múltiples catástrofes, como los devastadores deslizamientos de tierra durante el terremoto de Haití o la formación de tormentas de arena en el sur de Madagascar y la sedimentación de los embalses de agua que contribuyen a la sequía en Taiwán.

Añade, además, que, gracias a la solución de ‘dejar actuar a la naturaleza’, podemos aprovechar sus mecanismos como herramienta para reducir los peligros; por ejemplo, restaurando los bosques para estabilizar el suelo y evitar la degradación de la tierra.

Agrupar las soluciones

Del mismo modo, señala que las acciones identificadas en el informe son más poderosas cuando se aplican en grupos, en los que las múltiples acciones trabajan de forma conjunta como respuesta a los diferentes elementos de cada desastre interconectado.

Por ejemplo, el documento indica que un conjunto de medidas para resolver la inminente extinción de la vaquita marina consiste en colaborar con las comunidades de pescadores locales para gestionar conjuntamente las zonas de conservación, innovar y aplicar métodos de pesca más sostenibles, concienciar sobre el consumo sostenible y hacer cumplir la normativa para evitar la sobrepesca perjudicial y el comercio ilegal.

Inversión en soluciones inteligentes

Asimismo, se destaca en el análisis que si no se realizan inversiones y no se amplían lo que denomina como “soluciones inteligentes”, las catástrofes vividas durante el último año “son solo el comienzo de la nueva normalidad”.

La responsabilidad de aplicar estos cambios recae en todos los ámbitos de la sociedad: el sector privado, los gobiernos, los responsables regionales y locales y las personas.

En esta línea, la doctora Zita Sebesvari, directora adjunta de la Universidad de la ONU y coautora principal del informe, afirmó que “todas nuestras acciones nos repercuten. En un mundo interconectado, todos somos parte de la solución”, afirmó.