
El Parlamento Europeo ha dado su visto bueno a la revisión de la Directiva Europea sobre Eficiencia Energética en Edificios con la inclusión de normas más estrictas, reforzando así su compromiso de alcanzar la neutralidad climática en 2050, objetivo último del Pacto Verde Europeo.
A falta de su ratificación por parte del Consejo Europeo, las nuevas medidas están destinadas a integrarse en el paquete ‘Objetivo 55’, que tiene como misión traducir en legislación las aspiraciones del Pacto Verde y cuyo nombre hace referencia a la reducción de las emisiones de la Unión Europea en al menos un 55% de aquí a 2030.
Desde la Plataforma de Edificación Passivhaus (PEP), asociación sin ánimo de lucro que engloba a profesionales, empresas y expertos en el campo de la eficiencia energética en la edificación, han valorado muy positivamente la revisión de la Directiva con medidas que refuerzan la apuesta por la eficiencia energética de los edificios. En concreto, para Arturo Andrés Jiménez, presidente de la Plataforma Passivhaus, “se trata de un paso muy positivo que celebramos, ya que supone un refuerzo para quienes venimos promoviendo la construcción de edificios de consumo casi nulo que, en el caso de la certificación Passivhaus, implica estar cumpliendo con el estándar de eficiencia energética más exigente del mundo”.
Mayores exigencias
Entre las novedades con las que se quiere dotar de un mayor nivel de exigencia a la Directiva Europea sobre Eficiencia Energética en Edificios, la Plataforma Passivhaus destacó que, por primera vez, se otorga fuerza jurídica al principio de “primero, la eficiencia energética”, coincidiendo con el que desde hace un par de años viene siendo el lema de la International Passive House Association (IPHA).
También incluye la primera definición de pobreza energética de la Unión Europea y, ahora, los estados miembro tendrán que aplicar medidas de mejora de la eficiencia energética de forma prioritaria entre las personas afectadas por la pobreza energética, los clientes vulnerables, los hogares con bajos ingresos y las personas que viven en viviendas sociales.
El acuerdo, asimismo, refuerza las disposiciones sobre financiación de la eficiencia energética para facilitar la movilización de inversiones. Con arreglo a las nuevas disposiciones, los países de la Unión Europea deberán promover sistemas de financiación innovadores y productos de préstamo verdes para la eficiencia energética, garantizando una oferta amplia y no discriminatoria de estos productos por parte de las entidades financieras.
Al mismo tiempo, establece un nuevo objetivo de eficiencia energética del 11,7% para 2030, superando la propuesta original, al tiempo que la obligación de ahorro de energía anual casi se duplica. En este sentido, los países de la Unión Europea deberán lograr cada año un nuevo ahorro equivalente al 1,49 % del consumo final de energía por término medio, una medida importante para impulsar el ahorro de energía en sectores de uso final como son los edificios.
Además, el acuerdo otorga al sector público una mayor responsabilidad al exigirle una reducción del consumo anual de energía del 1,9% y obliga a las administraciones a renovar cada año al menos el 3% de la superficie total de sus edificios en propiedad. Y, en el caso de las empresas privadas, los sistemas de gestión de energía serán obligatorios para los grandes consumidores y, por primera vez, se exige un sistema de notificación de la eficiencia energética de los grandes centros de datos.
Por el momento, se trata de medidas provisionales que, tras el visto bueno del Parlamento Europeo el pasado 14 de marzo, pasarán ahora a ser objeto de negociación en reuniones técnicas entre las tres instituciones (Parlamento Europeo, Comisión Europea y Consejo Europeo) con vistas a cerrar flecos y a llegar a un acuerdo final, que podría tener lugar en otoño, ya durante la presidencia española de la Unión Europea.