
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático de 2021, la COP26, reunió a unos 50.000 participantes en línea y en persona para compartir ideas innovadoras, soluciones al calentamiento global, asistir a eventos culturales y crear asociaciones y coaliciones.
La cumbre culminó con el ‘Pacto Climático de Glasgow’, que pide a los 197 países que lo han suscrito que informen de sus avances hacia una mayor ambición climática en 2022, en la COP27, que se celebrará en Egipto, y que se establezcan plazos más estrictos para que actualicen sus planes de reducción de emisiones.
Sin embargo, no todo resultó positivo. Más bien, todo lo contrario. Una enmienda de última hora introducida por China e India suavizó el lenguaje que había circulado en un borrador sobre "la eliminación de la energía de carbono no estabilizado y de los subsidios ineficientes a los combustibles fósiles" y, tal y como se adoptó el sábado, el texto cita una "reducción progresiva" del uso del carbón.
Asimismo, en cuanto a la cuestión de la financiación de los países desarrollados para apoyar a aquellos en vías de desarrollo en la adaptación y la mitigación del impacto del cambio climático, el acuerdo subraya la necesidad de movilizar la financiación climática "de todas las fuentes para alcanzar el nivel necesario para lograr los objetivos del Acuerdo de París, incluido el aumento significativo del apoyo a los países en desarrollo, más allá de 100.000 millones de dólares al año".
A pesar de los avances en la lucha contra el calentamiento global y aunque se mantiene el objetivo de intentar contener el aumento de la temperatura media de la tierra en 1,5ºC, como marca el Acuerdo de París, los compromisos adquiridos siguen sin tener la suficiente ambición como para alcanzar tal objetivo.
Tras prolongar un día más las negociaciones en la Conferencia sobre el Cambio Climático, los casi 200 países reunidos en Glasgow (Escocia) adoptaron el sábado un documento final que, según António Guterres, secretario general de la ONU, refleja los intereses, las contradicciones y el estado de la voluntad política en el mundo actual.
Tal y como afirmó, el acuerdo alcanzado "es un paso importante pero no es suficiente. Debemos acelerar la acción climática para mantener vivo el objetivo de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5ºC". Y, además, añadió que es hora de pasar al "modo de emergencia", poniendo fin a las subvenciones a los combustibles fósiles, eliminando el carbón, poniendo un precio al carbono, protegiendo a las comunidades vulnerables y cumpliendo el compromiso de 100.000 millones de dólares de financiación para el clima.
El secretario general de Naciones Unidas también dirigió un mensaje a los jóvenes, a las comunidades indígenas, a las mujeres líderes y a todos aquellos que lideran la acción climática. En este sentido, declaró que “sé que están decepcionados. Pero el camino del progreso no siempre es una línea recta. A veces hay desvíos. A veces hay zanjas. Pero sé que podemos conseguirlo. Estamos en la lucha de nuestras vidas y esta lucha debe ganarse. Nunca se rindan. Nunca retrocedan. Sigan empujando hacia adelante".
Decepcionante, pero equilibrado
Pero António Guterres no fue el único que consideró insuficiente el ‘Pacto Climático de Glasgow’. Durante la última sesión plenaria de balance, muchos países también lamentaron que el paquete de decisiones acordado no fuera suficiente. Algunos lo calificaron de "decepcionante", pero en general reconocieron que era equilibrado para lo que los países podían acordar en este momento y dadas sus diferencias.
Algunos como Nigeria, Palau, Filipinas, Chile y Turquía afirmaron que, aunque hay imperfecciones, apoyan ampliamente el texto. El principal negociador de Maldivas señaló que este “es un paso adelante incremental, pero no está en línea con el progreso necesario. Será demasiado tarde para las Maldivas. Este acuerdo no trae esperanza a nuestros corazones".
Por su parte, John Kerry, enviado de Estados Unidos para el clima, afirmó que el texto "es una declaración poderosa" y aseguró a los delegados que su país participará de forma constructiva en un diálogo sobre pérdidas y daños y adaptación, dos de las cuestiones más difíciles en las que conseguir que los países se pongan de acuerdo.
Logros importantes
Durante la COP26, sin embargo, se lanzaron numerosos anuncios alentadores. Uno de los más importantes fue que los líderes de más de 120 países, que representan alrededor del 90% de los bosques del mundo, se comprometieron a detener e invertir la deforestación para 2030.
También hubo un compromiso sobre el metano, liderado por Estados Unidos y la Unión Europea, por el que más de 100 países acordaron reducir las emisiones de este gas de efecto invernadero para 2030.
Además, más de 40 países –entre ellos, grandes consumidores de carbón como Polonia, Vietnam y Chile– acordaron abandonar el carbón, uno de los mayores generadores de emisiones de CO2.
Desde el sector privado, casi 500 empresas de servicios financieros mundiales acordaron alinear 130 billones de dólares –alrededor del 40% de los activos financieros del mundo– con los objetivos establecidos en el Acuerdo de París, incluyendo la limitación del calentamiento global a 1,5ºC.
Cooperación climática de Estados Unidos y China
Estados Unidos y China se comprometieron durante esta Cumbre del Clima a impulsar la cooperación climática durante la próxima década. En una declaración conjunta, aseguraron que habían acordado tomar medidas en cuestiones como las emisiones de metano, la transición a la energía limpia y la descarbonización y, además, reiteraron su compromiso de mantener el objetivo de 1,5ºC.
En relación al transporte ecológico, más de 100 gobiernos nacionales, ciudades, estados y grandes empresas firmaron la Declaración de Glasgow sobre coches y furgonetas con cero emisiones. El objetivo es poner fin a la venta de motores de combustión interna en los principales mercados del mundo en 2040. Y, asimismo, 13 países se comprometieron a hacer lo propio con los vehículos pesados impulsados por combustibles fósiles para 2040.
Y, por último, 11 países –entre ellos, Irlanda, Francia, Dinamarca y Costa Rica– crearon la Alianza Más allá del Petróleo y el Gas (BOGA), la primera de estas características, para fijar una fecha de finalización de la exploración y extracción de petróleo y gas a nivel nacional.
Las finanzas sostenibles en la COP26
Durante la COP26, también se desarrollaron múltiples eventos. Algunos de ellos, en concreto, vincularon la lucha contra el cambio climático a las finanzas sostenibles. Dos ejemplos de ello son las jornadas ‘Los retos de llevar a la práctica las finanzas sostenibles’ y ‘Predictores del éxito en un mundo verde’, a las que Spainsif, la asociación sin ánimo de lucro que desde 2009 se encarga de promover la Inversión Sostenible y Responsable en España, les dedicó un espacio especial en su podcast.
Spainsif destacó que, en la primera de ellas, se destacó la inclusión de las pequeñas y medianas empresas en los canales de financiación. En este sentido, expresó que también se pidió que existieran objetivos claros iniciales para que, a la hora de exigir a las pymes que hagan el esfuerzo de reportar sobre cuestiones ASG, no se trate de un esfuerzo en vano y que la información sea aprovechable y necesaria.
Y, sobre la segunda, recordó que en ella se reflexionó sobre cuáles serían los primeros países en llegar al ‘cero neto’ centrándose en tres dimensiones: la capacidad de un país para producir y exportar productos verdes sofisticados; la capacidad de un país para explotar los recursos y fuentes de energías renovables; y la capacidad de un país de financiar tecnologías y modelos de negocios de energías limpias.