
El cambio climático ya está afectando a la economía española y tendrá impactos aún mayores en el futuro. Aunque España no puede mitigar sus efectos por sí sola, puede contribuir a los esfuerzos mundiales y tomar sus propias medidas para adaptarse a los impactos de la crisis climática. Además, muchas de esas medidas que contribuyen a la acción climática ofrecen oportunidades para el crecimiento económico, por ejemplo, aprovechando sus puntos fuertes en materia de energía renovable.
Un indicador clave del progreso en la mitigación del cambio climático es la intensidad de las emisiones de GEI en el PIB, es decir, de la ‘productividad’ de las emisiones de GEI. España está consiguiendo separar el crecimiento del PIB del aumento de la emisión de GEI, ya que mientras el PIB aumenta, los GEI están disminuyendo.
El desacoplamiento en España entre estas dos variables comenzó justo antes de la crisis económica de 2008. Desde entonces el PIB ha crecido un 11% en términos reales y las emisiones totales han caído un 35%. Esa diferente evolución se ha reflejado en la intensidad de las emisiones con relación al PIB, ratio que se ha reducido un 41% desde 2008. Ese año nuestro país emitía 0,33 kg de CO2 equivalente por euro de PIB, pero en 2023 (último año disponible) solo se generaba 0,19 kg por euro de PIB. El avance es importante, ya que mejora los 0,22 kg de media de la Unión Europea (UE), aunque es ligeramente menos pronunciado que en Alemania, que partía de mayores emisiones. Son datos del informe ‘Productividad y avances en el cambio climático’, elaborado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie).
Intensidad de las emisiones de GEI
Alrededor del 90% de las emisiones de GEI en España, Francia, Alemania e Italia se concentran en sólo cinco sectores industriales: agricultura, silvicultura y pesca; manufacturas; electricidad, gas, vapor y aire acondicionado; suministro de agua, alcantarillado y gestión de residuos; y transporte y almacenamiento.
España ha logrado una intensidad de emisiones relativamente baja —es decir, una alta productividad de las emisiones de GEI— en la producción de electricidad, gracias a una creciente proporción de energía renovable. Aunque todavía está por detrás de Francia, España produce 2,5 kg de CO2 por cada euro de valor añadido en electricidad, frente a los 13,57 kg que genera Alemania. España también tiene un buen rendimiento en la agricultura, gracias a las bajas emisiones de metano en comparación con Francia y Alemania.
Sin embargo, nuestro país registra emisiones de GEI relativamente altas en la industria manufacturera y en el sector del transporte, y particularmente altas, en el transporte terrestre. La industria manufacturera española genera 0,47 kg de CO2 por cada euro de valor añadido que produce, casi el doble de los 0,27 kg de Alemania, y por encima también de los 0,32 de Italia y 0,36 de Francia. También genera más emisiones que Alemania o Italia en el caso del sector de transporte, 0,73 kg por euro, frente a 0,63 kg y 0,61 kg en Alemania e Italia, respectivamente.
Cero emisiones netas
La reducción de la intensidad global de las emisiones de la economía española para alcanzar las denominadas cero emisiones netas requerirá un crecimiento más rápido de la productividad de las emisiones en todos los sectores. Ya se están haciendo rápidos progresos en la generación de electricidad, donde más del 70% es ahora baja en carbono, gracias a la expansión de la energía eólica y solar.
Además, se espera que la energía del carbón llegue a su fin en los próximos años en España y la del gas disminuya rápidamente, por lo que la generación de electricidad basada exclusivamente en energías renovables parece estar al alcance.
El cambio a la electricidad renovable debería permitir una amplia electrificación en muchos otros sectores de la economía, especialmente en el transporte terrestre, así como en los hogares y en muchos procesos y productos de la industria y los servicios.
Más del 70% de la generación de electricidad en España es baja en carbono, gracias a la expansión de la energía eólica y solar
Acelerar la difusión de estas tecnologías en las empresas y los consumidores será fundamental. España se encuentra actualmente rezagada en algunas áreas clave. Por ejemplo, solo el 12% de los vehículos vendidos en 2023 eran eléctricos, frente al 22% en la UE en su conjunto y el 60% del líder europeo, Suecia.
Algunos procesos industriales, como la producción de acero y cemento, también requieren otros enfoques como el uso de hidrógeno verde, producido a partir de electricidad renovable. El transporte aéreo y por agua pueden plantear más dificultades en este avance, ya que una gran parte de sus emisiones se producen más allá de las fronteras de España y precisan medidas a nivel internacional.