
El estado de conservación del lince ibérico (Lynx pardinus) ha mejorado de En Peligro a Vulnerable, con un aumento exponencial de la población de 62 individuos maduros en 2001 a 648 en 2022. Hoy en día, la población total, incluidos linces jóvenes y maduros, se estima en más de 2.000 individuos.
Los esfuerzos de conservación de esta especie clave se han centrado en aumentar la abundancia de su presa, el conejo europeo (oryctolagus cuniculus), En peligro, proteger y restaurar los hábitats de matorrales y bosques mediterráneos, y reducir las muertes causadas por actividades humanas.
El aumento de la diversidad genética de la especie a través de translocaciones y de un programa de reproducción ex situ ha sido clave para aumentar el número de ejemplares. Desde 2010, se han reintroducido más de 400 linces ibéricos en partes de Portugal y España. El lince ibérico ocupa ahora al menos 3.320 kilómetros cuadrados, un aumento con respecto a los 449 en el año 2005.
Según Grethel Aguilar, directora General de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), “la mejora del estado del lince ibérico en la Lista Roja demuestra que una conservación exitosa funciona tanto para la vida silvestre como para las comunidades”.
Diversas amenazas
Sin embargo, el lince ibérico sigue amenazado, debido principalmente a posibles fluctuaciones de la población de conejos europeos en caso de nuevos brotes virales. El lince ibérico también es susceptible a las enfermedades de los gatos domésticos.
Asimismo, la caza furtiva y las muertes en carreteras siguen siendo amenazas, especialmente, cuando unas carreteras de alto tráfico atraviesan el hábitat del lince. Las alteraciones del hábitat relacionadas con el cambio climático también constituyen una amenaza creciente.
Francisco Javier Salcedo Ortiz, coordinador del proyecto LIFE Lynx-Connect, quien lideró las medidas de conservación del lince ibérico, asegura que “este éxito, la mayor recuperación de una especie de felino lograda a través de la conservación, es el resultado de una colaboración comprometida entre organismos públicos, instituciones científicas, ONG, empresas privadas y miembros de las comunidades, incluidos terratenientes locales, agricultores, guardabosques y cazadores, con el apoyo financiero y logístico del Proyecto LIFE de la Unión Europea”.
“Todavía queda mucho por hacer para que las poblaciones de lince ibérico sobrevivan y que la especie se recupere en toda su área de distribución indígena. De cara al futuro, tenemos previsto reintroducir linces ibéricos en nuevos sitios en el centro y norte de España”, añade Salcedo Ortiz.
En su primera evaluación del Estado verde de las especies, el estándar mundial que permite medir la recuperación de especies y evaluar el impacto de la conservación, las poblaciones de lince ibérico aparecen como En gran medida agotadas. Sin embargo, se refleja el impacto de los esfuerzos de conservación hasta la fecha, y señala que “queda suficiente hábitat adecuado para que la especie pueda alcanzar el estado de recuperación completa de aquí a 100 años, suponiendo que los esfuerzos de conservación continúen con la máxima eficacia”.