Sergi Simón, coordinador de los programas de gestión de riesgos y sostenibilidad de EALDE Business School, aclara que “el pasaporte digital es una herramienta innovadora dentro de la Estrategia Textil de la Unión Europea, que busca promover la transparencia y trazabilidad en la cadena de valor de los productos textiles”.
¿Cómo funciona? “Cada prenda contará con una identidad digital única, que proporcionará información clave sobre su composición, origen, métodos de producción, prácticas de sostenibilidad, y reciclabilidad”, informa Simón, quien añade que “esto permitirá que los consumidores tomen decisiones más informadas al elegir productos más sostenibles, además de ayudar a las empresas a cumplir con las normativas ambientales y laborales”.
Según Simón, “uno de los principales desafíos será la adaptación tecnológica de muchas empresas, especialmente las de menor tamaño, que tendrán que invertir en nuevas infraestructuras digitales para poder implementar este pasaporte. Además, la coordinación en toda la cadena de suministro será crucial, ya que el éxito del pasaporte depende de la recopilación de datos detallados en cada etapa del proceso. También habrá que superar la resistencia al cambio, sobre todo en mercados que todavía no priorizan la sostenibilidad".
Consumidores y sostenibilidad
El pasaporte digital tiene el potencial de cambiar el comportamiento de los consumidores, ya que les permitirá visualizar de manera clara el impacto ambiental de los productos que adquieren. Sin embargo, “aunque el consumo responsable ha crecido, todavía no es la norma”, advierte Simón, quien añade que este pasaporte digital “podría ser el empuje necesario para educar a más personas y fomentar la compra consciente, promoviendo una mayor demanda de productos sostenibles”.
Muchas empresas deberán encontrar un equilibrio entre sostenibilidad y rentabilidad. Para lograrlo, “deberán invertir en tecnologías que optimicen la eficiencia en la producción, como el reciclaje de materiales textiles”, informa Simón.
Para el coordinador, “aunque la adopción de prácticas sostenibles puede requerir una inversión inicial, a largo plazo se puede traducir en una reducción de costes operativos, al disminuir la dependencia de materias primas vírgenes y reducir el consumo energético. Además, las marcas que se posicionen como líderes en sostenibilidad pueden obtener una ventaja competitiva en un mercado donde los consumidores valoran cada vez más el impacto ambiental”.
Economía circular
Por tanto, la economía circular será fundamental en la transformación de la industria textil, ya que busca mantener los materiales en uso durante el mayor tiempo posible, reduciendo así los residuos. “Esto se puede lograr mediante el reciclaje de textiles, la reutilización de prendas y la extensión de la vida útil de los productos. Este enfoque no solo reduce el impacto ambiental, sino que también genera nuevas oportunidades de negocio, como los servicios de alquiler o reparación de prendas”, agrega Simón.
Se estima que el reciclaje de textiles puede reducir las emisiones de CO2 en hasta 6,6 toneladas por cada tonelada de textiles reciclados y ahorrar hasta un 70% de la energía que se necesitaría para producir nuevas fibras a partir de materiales vírgenes. “Si la adopción del reciclaje se generaliza en la industria, podríamos ver una reducción del 10-20% en el consumo energético del sector en la próxima década, lo cual sería un avance significativo hacia la sostenibilidad”, finaliza.