El presidente del Grupo Mutua Madrileña se refirió durante su intervención a que “las empresas también tenemos que contribuir a mejorar la vida de los colectivos desfavorecidos. Si queremos que prospere el país en el que vivimos, las desigualdades deben aminorarse y debe asegurarse que todo el mundo tenga la oportunidad de mejorar sus condiciones de vida en base a sus méritos y esfuerzos”.
Por su parte, Fernando Ruiz, presidente de Fundación SERES, expresó que “un entorno cambiante e impredecible pone en valor –más aún de lo que ya lo estaba– la gestión transparente y ética en las organizaciones, combinándolo con la apuesta por el largo plazo en momentos de gran disrupción y velocidad. La sociedad demanda nuevos tipos de liderazgo y habilidades. Precisamente por eso los asuntos ESG han entrado en la agenda de los consejos y lo han hecho de una manera consistente y continuada".
Ignacio Garralda también aseguró que “hay muchas simbiosis entre la parte económica y la social. No hay que renunciar a ninguna de las dos ya que, a largo plazo y con visión general, ser socialmente responsable lleva a tener buenos resultados económicos”.
Además, apuntó que “la primera responsabilidad de un líder empresarial es ser coherente, que haya consistencia entre lo que dice y lo que hace. Si no hay esta autenticidad, tanto los empleados, en primer lugar, como los clientes lo van a notar tarde o temprano. La segunda condición es que el líder asuma riesgos, pues alguien que empuja a los demás debe tener audacia para asumir riesgos controlados y no centrarse sólo en el corto plazo”.
Asimismo, añadió que “consistencia y audacia deben completarse con una gran conexión con el equipo. Empatía, sí, pero también delegación de competencias, que rindan cuentas y que, si las cosas van bien, prosperen en su carrera profesional”.
Por último, Garralda se refirió a la labor social que llevan a cabo a través de la Fundación Mutua Madrileña. “Cuando nos planteamos contribuir a la mejora de las condiciones de vida de un colectivo vulnerable, tenemos claro que la mejor forma de hacerlo es a través de las ONG y a ellas destinamos más de un millón de euros anuales para que pongan en marcha sus proyectos. Es importante que sean las entidades no lucrativas, que trabajan sobre el terreno y cerca de los afectados o de sus familias, quienes desarrollen sus planes de acción con nuestro apoyo”, concluyó.