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TransveRSa 2022

El futuro de la sostenibilidad, marcado por un “tsunami regulatorio”

En la edición de TransveRSa 2022, DIRSE quiso centrarse en las cinco funciones que más han tenido que incorporar los aspectos ASG en su día a día, ya sea debido a la regulación o a otros motivos, como son: Cumplimiento Normativo, Relaciones Institucionales, Relación con Inversores, Auditoría Interna y Secretaría General.

TransveRSa es un evento que crea DIRSE en 2016 para destacar y apoyar el rol transversal que deben cumplir los directores de Sostenibilidad (dirses o CSO), además de su rol vertical, imprescindible para que la Sostenibilidad se convierta en una función estratégica de las compañías.

Mucho ha cambiado desde entonces el conocimiento y la relevancia de la Sostenibilidad y de los aspectos ASG, dado el impulso de los inversores y de los reguladores. Sin embargo, la apelación al diálogo y la colaboración entre funciones y departamentos, en una cultura demasiado influida por los silos, sigue siendo igual de importante. 

Es por ello por lo que, en esta nueva edición, que fue celebrada en Auditorio Torre ILUNION e inaugurada por Fernando Riaño, director de Sostenibilidad/ESG y Relaciones Institucionales en el Grupo Social ONCE, DIRSE ha querido centrarse en las cinco funciones que más han tenido que incorporar los aspectos ASG en su día a día, ya sea debido a la regulación o a otros motivos, como son: Cumplimiento Normativo, Relaciones Institucionales, Relación con Inversores, Auditoría Interna y Secretaría General.

Fernando Riaño, director de Sostenibilidad/ESG y Relaciones Institucionales en el Grupo Social ONCE

En este marco de introducción a este espacio de diálogo, reflexión y debate sobre la importancia y la necesidad de la transversalidad para conseguir la excelencia empresarial, Riaño posicionó a la sostenibilidad, no solo como parte de la estrategia de las organizaciones, sino de la cultura empresarial, que cada vez está más conectada con las diferentes áreas, de una manera más transversal. “Desde las tres vertientes de la sostenibilidad (ASG), sigue habiendo grandes oportunidades y retos, por lo que tenemos por delante enormes desafíos, que forman ya parte de la agenda pública”, indicó.   

¿Cómo nos va a afectar el tsunami regulatorio en materia ASG?

Nos enfrentamos a una nueva era del reporting corporativo. Así lo dicta el nuevo acuerdo político provisional sobre las nuevas normas sobre información corporativa en materia de sostenibilidad (CSRD), alcanzado el pasado 21 de junio por el Consejo y el Parlamento Europeo.

"Nos enfrentamos a una nueva era del reporting corporativo".

Un punto de inflexión que proporcionará información útil, transparente, fiable y más accesible a gran cantidad de stakeholders (inversores, ciudadanía, gobiernos, etc.) y obligará a las empresas a priorizar el largo plazo y la sostenibilidad como eje de sus actividades, plantando cara al greenwashing. Esto significa que, a partir de 2024, las organizaciones deberán informar, basándose en la información del ejercicio 2023, sobre indicadores medioambientales y sociales. Solamente dos años para un cambio brutal.

"A partir de 2024, las empresas deberán reportar sobre indicadores medioambientales y sociales".

Hablamos de una más de las 391 iniciativas ASG en marcha en 2022 en el seno de la UE (incluyendo tanto hard como soft law) y que va a suponer una revolución para la manera de trabajar de las empresas en el corto y medio plazo.

Un tsunami regulatorio sobre el que reflexionó Alberto Andreu, presidente de DIRSE, durante su participación en TransveRSa 2022, quien expuso cómo las empresas tienen que prepararse para las nuevas exigencias regulatorias; para gestionar los riesgos asociados a la información no financiera y a los objetivos de descarbonización, y para aprovechar las oportunidades de este nuevo modelo, igual que pasó con la digitalización.

"Las empresas tienen que estar preparadas para las nuevas exigencias regulatorias".

El informe ‘Sostenibilidad: el tsunami regulatorio que viene’, que publicó EY en 2021, ya ponía en evidencia que, según datos del Observatorio de Regulación de Datamarán, en el seno de la Unión Europea, en tan solo 10 años, la carga regulatoria en ESG había crecido de manera evidente, tanto en las iniciativas soft law (13 en 2012 frente a las 226 en 2022), como en las hard law (14 en 2012, frente a las 165 en 2022).

"En tan solo 10 años, la carga regulatoria en ESG ha crecido de manera evidente, pasando de 27 en 2012 a 391 en 2022".

No obstante, en 2022, advertía que tal es la fuerza de ese tsunami regulatorio en sostenibilidad, que, en junio de este año, el documento publicado solo un año antes, había quedado desactualizado, a lo que se suma, además, los impactos de la invasión rusa de Ucrania en la política energética de la UE y sus posibles efectos en la taxonomía europea.

En este contexto, Alberto Andreu explicó cómo, en materia ambiental, todo empieza con la Ley Europea del Clima, que establecía que para 2030 debía haber una reducción del 55% de emisiones de CO2 (con respeto a 1999), y a cero en 2050. Para ello, señaló, hay que canalizar una gran cantidad de fondos para cambiar el modelo productivo y acelerar la transición en todos los sentidos, y esto implicaría que cada año se tendrá que destinar 9,2 billones de euros de aquí a 2050 (McKinsey), es decir, alrededor de 265 billones de euros para una economía baja en carbono.

"Para una economía baja en carbono, se estima destinar 9,2 billones de euros de aquí a 2050".

Para la canalización de estos fondos, continuó, “existe un enorme apetito de mercado”, ya que la inversión ASG “ha crecido mucho”. Es más, uno de cada dos dólares en el mundo está dedicado a fondos ASG. No obstante, no todo lo que se puede calificar de financiación ASG es así, que es cuando surgió la taxonomía de la UE, o lo que es lo mismo: la parte del desarrollo reglamentario de la Comisión Europea que pretende vincular al sector financiero en la consecución de los objetivos de descarbonización de la economía europea y en el cumplimiento de los ODS de las Naciones Unidas, aunque, solo contemplaba la parte verde.

"Uno de cada dos dólares en el mundo está dedicado a fondos ASG".

Y, todo ello, debe estar catalogado para los financiados y los financiadores, ya que tiene un impacto en su balance. Lo financiados tienen que reportar en su balance qué parte se puede catalogar como “taxonómico”, y los financiadores (instituciones financieras e inversores), también deben explicarlo en el suyo.

Alberto Andreu, presidente de DIRSE

Por último, esto supone un impacto en la valoración de los activos. Es decir, si una compañía afirma que va a reducir un 55% de sus emisiones en 2030, previsiblemente esto significa que tiene que modificar la valoración de sus activos en una cantidad semejante.

Es cierto que todo esto puede abrumar y llevar a pensar que se puede estar ejerciendo una gran presión a la información no financiera, que nunca se ha hecho con la financiera. Según Andreu, “esto es cierto”.

Por otra parte, en materia social, destacó la propuesta de Directiva sobre Diligencia Debida de las empresas en materia de sostenibilidad (febrero de 2022), cuyo objetivo es fomentar un comportamiento empresarial sostenible y responsable a lo largo de todas las cadenas de suministro mundiales; el Plan Europeo de Derechos Sociales de la UE, que acabará regulando aspectos como la igualdad, seguridad, salarios, etc., o el informe final sobre la Taxonomía Social (febrero de 2022), que “parece estar estancada”.

Y, por último, en materia de gobernanza, apuntó a la publicación del European Financial Reporting Advisory Group (EFRAG) sobre los estándares en materia de sostenibilidad que han de ayudar a implantar la nueva directiva de reporte en esta materia, la CSRD.

"Los nuevos modelos de negocio que surgen como consecuencia de la ASG son inmensos".

En definitiva, para el presidente de DIRSE, los nuevos modelos de negocio que surgen como consecuencia de la ASG son inmensos, por lo que la regulación “no deja de ser más que un incentivo”.

Gobernanza sostenible y ‘compliance’

Por su parte, Miriam Porres, directora de RSC y Compliance en Sorigué, y Carlos Saiz, vicepresidente socio experto en GRC de Ecix Group y presidente de Cumplen, dialogaron sobre la función de cumplimiento, que también está evolucionando con un tsunami regulatorio, lo que supone un gran esfuerzo por parte de las empresas, que tienen que absorber esta normativa e implantarla.

Diálogo con la función de cumplimiento

La gestión de los criterios ASG se encuentra ya dentro de la estrategia de las organizaciones, que buscan un impacto y evitar riesgos medioambientales, sociales y de gobierno corporativo. Y es que una gestión equivocada en este sentido implica un riesgo. De ahí que las empresas comprometidas con la sostenibilidad requieran de procedimientos de obligado cumplimiento, así como conocer las leyes y aplicarlas. Algo que los órganos de decisión y de gestión de las organizaciones incorporen en la toma de decisiones. Hablamos de gobernanza sostenible y de diligencia debida, es decir, anticiparse y prevenir posibles riesgos.

"Una gestión equivocada en la estrategia ASG implica un riesgo".

El camino, por tanto, se dirige a “normativizar la ética”.  Según transmitieron a lo largo del diálogo, no basta solo con la necesidad de un compliance normativo, legal y regulatorio, sino que hay que ir a una cultura de cumplimiento. Así, explicaron, el compliance se implanta para satisfacer una demanda regulatoria, con un enfoque coercitivo, pero terminará siendo estratégico, por lo que requiere de profesionales que conozcan muy bien el negocio y la estructura de la empresa, y el DIRSE aquí juega un papel importante.

La regulación empresarial y las Relaciones Institucionales

La reputación y las buenas relaciones con los grupos de interés dependen de la capacidad que demuestren las compañías para responder a los desafíos sostenibles. Sobre esta función de las Relaciones Institucionales, dialogaron Fernando Riaño, director de Sostenibilidad/ESG, y Relaciones Institucionales del Grupo Social ONCE, y Laure Yvenou, Government Affairs Manager en Sanofi.

"Es fundamental un concomiento profundo de la sostenibilidad para estar alineados con la Administración y dar respuesta a las necesidades sociales".

El alto perfil regulatorio al que se está asistiendo tiene relación con la Dirección de Sostenibilidad de cualquier organización en su día a día, y, además, entre las diferentes áreas de la misma, es decir, está en la agenda. Ante esta realidad, desde las organizaciones se hace imperativo reportar las acciones llevadas a cabo bajo los criterios ASG ante las administraciones públicas, reguladores y supervisores, consumidores, medios de comunicación, inversores, profesionales o la sociedad en general.

De hecho, hay sectores que están más regulados que otros. Es el caso de la industria farmacéutica, a la que pertenece Sanofi. Según afirmó Laure Yvenou, la regulación es la que permite tener un diálogo “abierto y transparente” con la administracion, trasladando los intereses legítimos de la compañía, ya que “sin ello, no podemos abrir su puerta”. Una cuestión muy importante si nos referimos a los criterios de compra pública basada en valor, bajo la protección de derechos laborales y sociales, la protección del medio ambiente y la innovación. Para ello, agregó, es fundamental “un conocimiento profundo” de la estrategia ASG para poder estar alineados y poder dar respuestas a las necesidades sociales.

Diálogo con la función de Relaciones Institucionales

Asimismo, reconoció que “es difícil” adaptarse de una manera tan rápida a toda la regulación que se está adoptando, por lo que, según indicó, se hace necesario “acordar” un periodo de transición, con unos plazos y visión a largo plazo, gracias a una implementación flexible.

"Es difícil adaptarse de una manera tan rápida a toda la regulación que se está adoptando".

La sociedad cada vez es más consciente de la importancia de la reputación, que es la que permite ese diálogo con la Administración. Una reputación que viene de la mano de la sostenibilidad, como parte del ‘core’ de su propósito, que, tal y como aseguró Yvenou, hace necesario saber trasladarlo y comunicarlo bien tanto dentro de la organización como fuera.

"La reputación viende de la mano de la sostenibilidad".

La sociedad es el mayor regulador, al fin y al cabo. “Por ello, como empresas debemos enfrentarnos al juicio de la opinión pública y tener un impacto general”, concluyó.

Inversión sostenible

El impacto de las organizaciones en la sociedad es algo que no pasa desapercibido por los inversores. Y las empresas lo saben. Ser compañías que cumplen con los criterios ASG supone conseguir mayor financiación.

El diálogo con la función de relaciones con inversores, que contó con la participación de Inés García-Pintos, asesora y docente en Sostenibilidad y Finanzas Sostenibles, y Raimundo Fernández-Cuesta, director de Finanzas y Relación con Inversores de Acciona Energía, abordaron cómo pueden trabajar conjuntamente las áreas de sostenibilidad y de relación con inversores.

Diálogo con la función de relaciones con inversores

La relación de la figura financiera y la de sostenibilidad cada vez se está integrando más. Un informe anual de resultados ya incluye un reporte de sostenibilidad, con KPIS de impacto medioambiental o social. Unos indicadores que implican trabajar conjuntamente y que, además, interesa al inversor.

"La relación de la figura financiera y la de sostenibilidad cada vez se está integrando más".

Entre los aspectos más materiales desde el punto de vista de la sostenibilidad que interesan a los inversores en Acciona, se destacaron, entre otros, los medioambientales, como las emisiones, los targets, los objetivos, su medición…También las nuevas tecnologías, es decir, no solo qué emisiones hay, sino dónde están los retos en este sentido. Otro aspecto es la biodiversidad y el impacto social. En gobierno corporativo, la transparencia en la comunicación de los objetivos, o cómo se mide la retribución variable y cómo está ligada a la sostenibilidad, así como la atracción y la retención del talento, género (aunque menos), o los indicadores de satisfacción, entre otros.

“La sostenibilidad para nosotros es oportunidad de negocio, y es el negocio en el que estamos, pero, por otro lado, existe un ángulo muy grande de riesgo”, concluyó Fernández-Cuesta, quien anunció que el interés de su compañía es un negocio con vistas a largo plazo. Para él, eso es taxonomía: ser una compañía sostenible y estar para las futuras generaciones con un impacto positivo.

La cultura de control del reporte no financiero

María Isabel Moreno, directora de Auditoría, Control y Riesgos del Grupo Repsol, y Carlos Ruiz, director de Sostenibilidad de Acerinox, fueron los encargados de reflexionar sobre la función de auditoría interna y su interacción con los criterios ASG.

El acercamiento a la sostenibilidad desde esta área no es algo nuevo. Según aseguró María Isabel Moreno, llevan auditando internamente desde hace muchos años los aspectos ambientales, sociales y de buen gobierno, que se recabaron en un primer momento en los llamados Planes de Sostenibilidad, y que ha ido evolucionando hasta ahora, con “un modelo de sistema de control sólido”.

La cultura de control para que el reporte no financiero esté bien reflejado se impregne en toda la organización es el trabajo que desarrollan desde su área. Y, a partir de ahí, trabajan desde un mecanismo de verificación (de emisiones, por ejemplo) y con informes de aseguramiento anuales.

Diálogo con la función de auditoría interna

Un control que, además, se reguló con la Ley 11/2018 en España que obliga a las empresas a hacer reportes con los estados de la información no financiera, así como que haya un verificador independiente que confirme que se está reportando conforme a la ley. 

"Tenemos que ser tractores de ese cambio y colaborar para que todos seamos compliance”.

En este sentido, también apuntó al nuevo borrador de directiva europea en torno al estado de información no financiera, la cual, a partir de 2028 pedirá aseguramiento limitado o razonable de forma obligatoria. En ella, también se menciona a la competencia en este sentido, por lo que se quiere fomentar que existan proveedores de aseguramientos especializados en esta materia.

Para ella, las empresas que cotizan son las que están más preparadas para este aseguramiento del reporte no financiero. “Tenemos que ser tractores de ese cambio y colaborar para que todos seamos compliance”, concluyó.

La sostenibilidad en el Consejo: “De ser el patito feo a jugar un papel fundamental”

La interacción entre los directores de Sostenibilidad y el Consejo de Administración fue el tema central del diálogo con la Secretaría del Consejo, en el que participaron Ana Millán, directora de Negocio Responsable de Accenture Iberia y directora general de la Fundación Accenture España, y Emilio Martín González, secretario general de Calidad Pascual.

“El ADN de una compañía es fundamental para la maduración de la sostenibilidad en su estrategia”. Así lo destacó Martín González, quien destacó que “hubo un antes y un después” desde la directiva europea 2014/95/UE por la que se modifica la Directiva 2013/34/UE en lo que respecta a la divulgación de información no financiera e información sobre diversidad por parte de determinadas grandes empresas y determinados grupos.

“El ADN de una compañía es fundamental para la maduración de la sostenibilidad en su estrategia”.

De hecho, señaló cómo en los últimos años ha evolucionado la visión dentro del Consejo sobre el reporte de la Comisión de Sostenibilidad. “Así como antes era el último punto del orden del día, hoy en día no solo se le escucha, sino que se debaten temas importantes en relación a la estrategia de sostenibilidad, que antes era el patito feo de lo que eran las competencias del Consejo”, añadió.
 

No obstante, para él, los perfiles de consejeros que sepan de sostenibilidad en profundidad “todavía son pocos”. “Falta formación”, admitió, al tiempo que expuso que, para él, el futuro en este sentido pasa por una mayor formación, una mayor especialización, un afianzamiento en materia de sostenibilidad.

Diálogo con la Secretaría del Consejo

En este sentido, destacó la transversalidad de la dirección de Sostenibilidad y la importancia de darle “seniority”, puesto que tiene una función de convencer a todas las áreas de la empresa, lo que se hace a través de indicadores.

"La Sostenibilidad se está impulsando especialmente, cada vez más, en las pequeñas empresas"..

“Para que haya mecanismos de integración en estos órganos de gobierno, lo primero que hay que hacer es entrar en la agenda del Consejo”, sostuvo. En su opinión, “los mecanismos del Consejo muchas veces están automatizados, los cuales todavía no tienen una Comisión de Sostenibilidad”. “Por otro lado, hay que invertir en sistemas y reforzar departamentos. La gran pelea es si tienes una direccion de reporting integrado, con la parte financiera y no financiera, decides retirar recursos de la parte financiera, donde se destinaban tradicionalmente, y dedicarlos a la parte no financiera. Ahí empieza la negociación”, señaló.

Por otro lado, Martín insistió en que la sostenibilidad se está impulsando especialmente, cada vez más, en las pequeñas empresas, por la propia mentalidad de las nuevas generaciones.

La oportunidad de la diferenciación: la reputación

Además, Ángel Alloza, CEO de Corporate Excellence – Center for Reputation Leadership, y Susana Posada, vicepresidenta de DIRSE, abordaron la regulación y la sostenibilidad como dos elementos en común. Por un lado, se habla de la idea de la oportunidad de la diferenciación como base de la creación de riqueza, y, por otro, de licencia para operar. Y las empresas siempre buscan ambos.

Ángel Alloza, CEO de Corporate Excellence, y Susana Posada, vicepresidenta de DIRSE

Según expuso Alloza, tenemos legitimidad social gracias a la reputación. Y es la reputación la única que diferencia a una organización, ya que, gracias a ella, se construye “algo fundamental”, esto es, el sentido de pertenencia, el compromiso.

"Es la reputación la única que diferencia a una organización".

Es decir, para él, el motor está, por un lado, en la regulación, pero, sobre todo, en la opinión de la sociedad, por lo que, "hay que adelantarse y poder medir la reputación". Así, tal y como concluyó, para poder aprovechar este motor de aceleración y cambio y alineamiento de las empresas con la sociedad, “se necesita formación en aspectos no financieros y un conocimiento transversal”.

Clausura TransveRSa 2022

 

Por último, Juan Manuel Sánchez-Terán Lledó, subdirector general de la Economía Social y de la RSE del Ministerio de Trabajo y Economía Social, fue el encargado de clausurar TransveRSa 2022. Durante su intervención, llamó la atención sobre la necesidad de que haya mayor concienciación en materia de sostenibilidad, así como de una mayor colaboración público-privada y comprometerse en ello. “Cada vez hay mayor obligatoriedad en las leyes y hay que verlo como una oportunidad”, concluyó.