
A partir del 20 de junio, todos los smartphones y tablets que se vendan en la Unión Europea deberán cumplir con nuevas obligaciones marcadas por el reglamento 2023/1669. Con esta normativa se introduce una etiqueta energética obligatoria que ofrecerá al consumidor información sobre aspectos como la eficiencia energética, la durabilidad, la facilidad de reparación y la resistencia de estos dispositivos.
Esta iniciativa refleja el creciente compromiso de la industria tecnológica con el cuidado del planeta y la responsabilidad ambiental. Al incentivar la fabricación de dispositivos más duraderos y reparables, se reduce la generación de residuos electrónicos y se fomenta un consumo más consciente. Es, sin duda, una invitación tanto para fabricantes como para usuarios a mirar más allá de lo inmediato y apostar por productos que respeten los recursos del planeta.
Este nuevo sistema sigue el modelo ya implantado en electrodomésticos y televisiones, y marcará un antes y un después en la forma de entender y consumir tecnología. ¿Qué significa realmente esta etiqueta y cómo se debe interpretar? Los expertos de la marca de tecnología española SPC desgranan los detalles sobre qué significan cada uno de los datos contenidos en la nueva etiqueta y cómo interpretarlos.
Así se lee la nueva etiqueta
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Identificador del Producto (I, II, III): la etiqueta incluirá de forma clara la marca, el modelo y un enlace QR a la página con información del producto en el Registro Europeo de Productos para el Etiquetado Energético (EPREL por sus siglas en inglés).
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Clasificación energética (IV, V): indica la eficiencia energética del dispositivo usando un rango de clasificación que va de la A a la G, siendo A el mínimo consumo y G el máximo. Los consumidores podrán conocer de una manera sencilla, y antes de la compra, el consumo de energía del dispositivo. La eficiencia energética dependerá de aspectos como el procesador, el tipo de pantalla o la gestión del ciclo de carga.
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Duración de la batería (VI): la nueva etiqueta mostrará cuántas horas y minutos puede funcionar el dispositivo antes de necesitar una recarga de batería bajo condiciones homogéneas de uso: mismo brillo, red, volumen, etcétera.
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Resistencia a caídas (VII): este índice expresa la robustez y durabilidad de los smartphones en un índice que puede ir de la A a la E, siendo A el máximo de resistencia y E el mínimo. La nueva normativa establece una resistencia mínima a 45 caídas sin funda ni protector de pantalla para smartphones. Las tablets, por su diseño y la forma en que suelen usarse, están exentas de este requisito de resistencia mínima.
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Índice de reparabilidad (VIII): es una de las principales innovaciones de este nuevo sistema de etiquetado y busca fomentar la economía circular y maximizar la vida útil de los smartphones y tablets. Este índice se calcula en función de la facilidad de desmontaje, sustitución de piezas y acceso a la información técnica necesaria para reparar, y vendrá marcado por un sistema de letras que va desde la A a la E, siendo A el máximo grado de reparabilidad. Este nuevo índice busca estandarizar la medición de este parámetro y promover el arreglo y reacondicionamiento frente a la compra de nuevos aparatos.
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Vida de la batería (IX): esta cifra muestra la cantidad de veces que la batería puede cargarse y descargarse (ciclo de carga) antes de empezar a perder capacidad de forma significativa, permitiendo a los usuarios conocer rápidamente la longevidad estimada de la batería. La nueva normativa establece que las baterías de los smartphones y tablets debe mantener un 80% de su capacidad inicial tras 800 ciclos de carga. En este sentido, marcas como SPC implementan sistema de carga inteligente que promueven la salud de las baterías para prolongar su vida útil.
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Resistencia al polvo y al agua (X): el etiquetado especifica también qué protección ofrece el dispositivo frente a la entrada de polvo y líquidos siguiendo la certificación Ingress Protection (IP), un sistema de certificación compuesto por dos números: la primera cifra determina la resistencia frente al polvo (siendo 6 la protección máxima) y la segunda cifra la resistencia frente al agua (siendo 9 la máxima resistencia). En este sentido, la nueva normativa establece un mínimo de resistencia IP44, protección frente a salpicaduras de agua desde cualquier dirección y partículas sólidas de más de 1mm para smartphones; y un mínimo de resistencia IP40 frente a salpicaduras de agua accidentales y partículas sólidas de 1mm o más para las tablets.
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Número de regulación (XI): se trata del código con el que el producto está inscrito en el Registro EPREL.